No fue un domingo cualquiera

El sofá parece el mejor lugar en el que pasar la tarde de un frío domingo de noviembre, pero los tresillos y cheslonges de más de 3.000 palentinos perdieron protagonismo ayer ante un espectáculo infinitamente mayor que el que ofrece cada tarde dominical María Teresa Campos en Telecinco. El Quesos Cerrato cambiaba de horario y quería prolongar este tiempo tan feliz que está viviendo instalado en lo más alto de la tabla y así lo hizo, sin necesidad de presentadoras septuagenarias. Para lograrlo tuvo que pelear a brazo partido

contra un rival que resurgió de sus cenizas y que hizo pasar al pabellón los segundos finales más taquicárdicos de la temporada.

El Quesos Cerrato llegó al partido con la consigna bien clara: había que estar muy acertado en defensa para no pasar apuros ante un equipo acostumbrado a anotar mucho y a jugar con rapidez ofensiva, y el guion marcado se cumplió a pies juntillas en el primer cuarto. Un Barnes espectacular se convirtió en una muralla y al Cocinas.com le tocó echar mano de uno de los recursos que más rendimiento le ha dado: el juego exterior. Pero Porfi había dejado claro esta semana que la defensa del perímetro sería clave para hacerse con la victoria, y, si en los primeros minutos a los riojanos les costó jugar por dentro, aún lo tuvieron más complicado por fuera. Prueba de ello fue el único triple que consiguieron anotar de los siete que intentaron durante el primer cuarto. El orden defensivo con el que se movían los de morado estuvo acompañado de un juego eléctrico en ataque liderado por un McCarron rápido con las manos, las piernas y la cabeza. Nada pudo hacer el Cocinas.com para frenar el empuje inicial de los de Fisac, que acabaron el primer cuarto con una sonrisa de oreja a oreja al ver en electrónico un sorprendente 31-14 en solo 10 minutos de juego. Pero esa sonrisa se fue desvaneciendo poco a poco de la cara de la plantilla morada.

El quinteto inicial se fue al banco y los que salieron en el segundo cuarto no desmerecieron en absoluto. Fakuade volvió a reclamar más minutos con un trabajo incesante en ataque adornado con dos mates que levantaron a la grada del asiento. Pero, una vez más, cuesta mucho señalar un jugador por encima de los demás en un partido en el que el bloque brillo por encima de las individualidades. El de ayer no fue un domingo cualquiera, como el que se reflejaba en la mítica película de Al Pacino. «O aprendemos a pelear como un equipo o perderemos como individuos». Decía el genial actor encarnado en el entrenador Tony DAmato. Pero a Fisac no le hizo falta decir esas frases tan elocuentes para que el trabajo en equipo permitiese a los suyos irse al descanso con un 49-35 en el marcador.

Arrancó la segunda mitad y el quinteto inicial saltó a la cancha con la misma consigna, pero la defensa del Cocinas.com apretó mucho más y el Quesos Cerrato solo anotó 3 tantos en los 5 primeros minutos del segundo tiempo. Las distancias bajaron hasta los cuatro puntos de diferencia (54-50). El domingo empezaba a tener cara de lunes para el Quesos Cerrato y, más aún, a falta de un minuto para el final del tercer cuarto, cuando un triple de Alfredo Ott y otro de Kennedy permitieron al equipo riojano dar la vuelta al marcador y ponerlo en 57-58. La contienda se igualó y el último cuarto arrancó con un resultado de 60-60.

A lo grande. Con un alley oop machacado por Kennedy. Así comenzó el Cocinas.com el último y decisivo cuarto, pero el Marta Domínguez no se arruga con filigranas. Porfi Fisac sacó a sus dos bases a la cancha y el técnico acertó de lleno. Primero fue Dani Rodríguez el que marcó un triple, luego, Dani Pérez, y McCarron metió otro de tres para rematar la faena. 69-64 y faltaban seis minutos de infarto. El corazón de más de 3.000 aficionados bombeaba al unísono a toda velocidad y el ruido de los gritos, las palmas y los silbidos de la grada comenzaron a tener un elevadísimo número de decibelios.

Solo faltaban 13 segundos para el final, el electrónico reflejaba un inquietante 75-73 y Alfredo Ott paró a Dani Rodríguez con una falta. El base se encaminó a la línea de tiro libre. La tensión flotaba bajo el techado del Marta Domínguez y cuando el 9 del Quesos Cerrato lanzó el primero se escuchó un estruendoso ¡¡¡oooohhh!!! en el pabellón. Pero el segundo fue para dentro. La ventaja era de tres puntos y entonces apareció Alberto Ruiz para igualar otra vez el partido desde el perímetro con un triple que enmudeció de repente al pabellón. Pero aún había tiempo. Dani Rodríguez tenía otra vez la papeleta de subir el balón y le volvieron a hacer falta. El base regresó a la línea de tiro libre y sucedió lo mismo que había pasado segundos atrás. El primero, fuera y el segundo, dentro. 77-76 y el Cocinas.com tenía una posesión ganadora, pero entonces, cuando más falta hacía, Marc Blanch robó el balón para ganar un partido que se decidió por detalles.

Al Pacino interpretó un discurso memorable en Un domingo cualquiera, la misma película de la que se hablaba en esta crónica hace tan solo unas líneas. En su alegato, el actor hablaba de la importancia de los detalles en el deporte. «Medio segundo más lento o más rápido y no llegas a pasarla. Medio segundo más lento o mas rápido y no llegas a cogerla. Las pulgadas que necesitamos están a nuestro alrededor. Están en cada momento del juego, en cada minuto, en cada segundo», así se explicaba el bueno de Al Pacino en el vestuario de los Tiburones de Miami y ayer esa pulgada en el último segundo estuvo del lado de Blanch, que desbarató la última ocasión del encuentro para dar al Quesos Cerrato una victoria trabajadísima con la que las más de 3.000 personas que se acercaron al Pabellón recordaron por qué un domingo cualquiera, como el de ayer, no vieron el programa de María Teresa Campos en el sofá.