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Marco alonso
Sábado, 7 de noviembre 2015, 00:30
Los partidos del Quesos Cerrato cada vez recuerdan más a esas sesiones de coaching que dicen que te cambian la vida. Ahora que están tan de moda los gurús empresariales y que cualquier coach que se precie utiliza la palabra liderazgo unas trescientas veces al día, el líder de la Liga LEB Oro demostró sobre la cancha del Marta Domínguez las razones por las que está el
primero en la tabla, y sus argumentos tienen que ver tanto con la calidad como con la motivación. Y es que, no en vano, la palabra coach traducida del inglés significa entrenador y el que manda en el banquillo local del Marta Domínguez tiene tanto de entrenador como de coach, y volvió a demostrar ayer que sabe gestionar tan bien las posesiones como las emociones.
El Quesos Cerrato dominó desde el inicio todas las facetas del juego, pero una vez más fue la defensa lo que le permitió distanciarse en el marcador. Al Peñas Huesca le costaba muchísimo finalizar las jugadas y, cuando a alguno de sus hombres se le pasaba por la cabeza probar suerte, ahí estaba un jugador morado para estorbar lo suficiente como para entorpecer un tiro fácil. La pegajosa defensa palentina impidió a los oscenses catar el aro hasta que se habían disputado cuatro minutos y medio de partido. Desde el primer cuarto se veía que el Quesos Cerrato era superior a su rival, pero un par de jugadas desde el exterior permitieron a los de Quim Costa acabar los primeros diez minutos de juego con un resultado de 15-10.
Como suele ser habitual, Porfi Fisac movió el banquillo por aquello que se enseña en primero de coaching: hay que hacer partícipes de los logros a todos los miembros de la empresa, y el quinteto inicial abandonó la cancha para dar minutos a todos. El equipo bajó enteros con las novedades y el Peñas Huesca se arrimó un poco en el marcador, pero solo fue una falsa alarma. La buena dirección de juego de Dani Rodríguez y el regreso al quinteto de Barnes ayudaron a los palentinos a mantener su corta ventaja y el descanso llegó con un resultado apretado de 36-30.
Sin Power Point ni Prezi, tan solo con una pizarra blanca y un rotulador, Porfi Fisac intentó hacer ver a los suyos que para ganar había que tirar de coraje, amor propio y, sobre todo, defensa. El coach del Quesos Cerrato lo tenía claro. Había que distanciarse en el marcador y el tercer cuarto parecía el mejor momento para hacerlo y así, de paso, ahorrarse sufrimientos innecesarios. Pues dicho y hecho. Cuando Porfi pisa el acelerador, el equipo sube las revoluciones y las pocas veces que el técnico tira del freno de mano, sus jugadores responden ralentizando el juego. Aquella metáfora que usó el club para presentar su campaña de socios con el entrenador a los mandos de un juego de arcade no pudo ser más acertada. Porfi Fisac mueve el joystick y sus jugadores le siguen a pies juntillas, tanto que el importantísimo tercer cuarto acabó con el Quesos Cerrato 16 puntos arriba (63-47).
Solo faltaban 10 minutos para el final y el conjunto palentino se mostraba como un equipo sólido, sin fisuras. Nadie sobresalía por encima del resto y los jugadores funcionaban como un bloque ordenado, pero el Peñas Huesca no estaba dispuesto a sucumbir sin plantar cara y en los dos primeros minutos del último cuarto redujo la diferencia a 10 puntos. Tocaba sufrir y el pabellón estaba un tanto frío. El hecho de ir todo el partido por delante en el marcador había hecho pensar a la afición que tal vez en esta ocasión su empuje no sería tan decisivo como en otras ocasiones, pero Urko Otegui se levantó del banquillo para recordar a la afición que su aliento es vital. La petición del ala pívot vasco fue respondida por la grada y el jugador número seis entró en juego para alentar a los suyos en el único momento de flaqueza de todo el partido y aupar al Quesos Cerrato para que cerrase el marcador con un resultado final de 81-61.
El manual del buen coach cuenta con infinidad de frases con las que cerrar esta crónica, pero tal vez una de Michael Jordan sea la más apropiada. «El talento gana partidos, pero el juego en equipo y la inteligencia ganan campeonatos». Eso dijo Jordan, que de baloncesto sabía algo. Si el de Brooklyn no va muy desencaminado, este equipo está llamado a hacer un excelente campeonato.
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