El legado de Porfi
Pepe Catalina
Jueves, 16 de julio 2015, 20:07
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Pepe Catalina
Jueves, 16 de julio 2015, 20:07
Palencia Basket convenció al genial Porfi Fisac para que se convirtiese en el entrenador de su equipo a partir de ahora. Es una gran situación para ambas partes. El club palentino acaba de cerrar una larga y gloriosa con Natxo Lezkano, que será recordada siempre, y no podía reemplazarle con cualquier entrenador. Y Porfi, después de su grandísima labor, y de todo lo sufrido, se merecía encontrar un buen destino profesional. Y ya lo tiene, porque al día de hoy, Palencia es uno de los clubes donde mejor se puede trabajar por su seriedad, profesionalidad y ciudad entregada a su equipo.
Desafortunadamente para Valladolid, eso significa que habrá que conformarse con seguirle desde la distancia. El actual panorama en el que se debate el baloncesto profesional en la ciudad no es el mejor contexto para él. Aunque estoy seguro que en su fuero interno hubiera contemplado la opción de seguir luchando por la institución a la que tanto ha dado en sus dos etapas, las circunstancias son las que son. El Club Baloncesto Valladolid está inmerso en una situación delicadísima y más cerca del fin que nunca.
Pero su enorme legado no puede ser ignorado, todo lo contrario. Porfi, aparte de sus enormes éxitos a nivel deportivo, hizo lo que nadie había hecho hasta ahora desde su llegada: llamar a las cosas por su nombre. Aseveró que el baloncesto de élite en Valladolid solo podía aspirar a moverse en parámetros de modestia y espíritu de superación, y que mucho de lo vivido a lo largo de su historia no correspondía a la verdadera realidad.
No le faltaba razón, todo lo contrario. Desde hace muchos años en el club se obsesionaron con unas aspiraciones que llevaron a gestiones irresponsables que obligaban a vivir por encima de sus posibilidades. Cuando había mucho dinero se gastaba más aún, y cuando había menos, tres cuartos de lo mismo.
Es cierto que es frustrante ver como en otras ciudades que empezaron con menos llegaron muy alto, y que por aquí nunca se consiguiese consolidar un proyecto ganador acorde a los recursos empleados. Los años exitosos de verdad, en los que se triunfó en lo deportivo sin disparar el gasto, se cuentan con los dedos de la mano. Y todos los despilfarros sin sentido son los que han llevado a la triste y desgraciada situación actual.
Por eso, pase lo que pase a partir de ahora, lo que Porfi se atrevió a decir en voz alta y demostró con hechos contundentes, es el único camino para que Valladolid pueda aspirar a tener baloncesto de élite. Humildad, sensatez, honestidad y espíritu combativo. Gracias por todo, coach.
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