Ilusión por encima de miedos

A falta de tres semanas para el inicio de la Liga, el Unami de baloncesto continúa barajando varias opciones para reforzar su plantilla. De momento, el equipo que entrena Mauro Martín cuenta con nueve jugadoras (además de algunas júnior), pero espera sumar la próxima semana «dos o tres incorporaciones más», según subraya su coordinadora, Esther Muñiz.

A pesar de esa aparente falta de fondo de armario de momento, el ambiente que se respira en el equipo, creado este curso para competir en la Primera División Nacional femenina, es de optimismo. Sus jugadoras desbordan ilusión por los cuatro costados. No temen encontrarse con una competición desconocida para la mayoría de ellas; al contrario, transmiten la sensación de que están deseosas de empezar a jugar y demostrar que están capacitadas para competir más allá de los campeonatos provinciales.

La temprana media de edad de su plantilla la mayoría rondan los 20 años y la más veterana apenas tiene 26 no creen que vaya a ser un factor adverso a la hora de afrontar la temporada. Consideran que pueden compensar esa juventud con un hambre por entrenar y competir fuera de toda dudas. «El ambiente es muy bueno. Nos reímos mucho a todas horas y es fantástico entrenar con este equipo», destaca la croata Martina Cubric, quien este miércoles por la tarde, junto a varias de sus compañeras del Unami, rindió una visita a uno de los patrocinadores del equipo, la pastelería creativa Chocova, situada en la calle Escultor Marinas a apenas un centenar de metros de la iglesia de San Millán.

Martina, que juega de base o de escolta, tiene 19 años y va a estudiar Psicología este curso en el campus de Segovia de IE Universidad. «Es una ciudad muy bonita. El Acueducto es espectacular, y también me gusta la gente, la comida...», explica la croata, una de las incorporaciones que ha realizado el club segoviano para esta temporada.

Este miércoles estaba previsto que probara con el equipo otra estudiante de IE Universidad, en este caso alemana, y la próxima semana es posible que aterrice una pívot serbia de 1,90 que llegó a ir a convocada con la selección absoluta de su país. Ambas se unirían a Martina y a la gallega Sara Araújo, que fue la primera en fichar por el Unami este verano. «Me dieron la oportunidad de venir y me gustó la idea», apunta esta jugadora que a sus 18 años combina las funciones de base con las de alero. El año pasado jugó en Ávila y este ha decidido trasladar sus estudios a Segovia. «Me estoy sintiendo muy bien en estas primeras semanas aquí. Mis compañeras ya me han enseñado la ciudad», resalta Sara, a la que, como a Martina, se la ve ya plenamente integrada en el Unami.

El fin de semana pasado las de Mauro Martín disputaron sus dos primeros ensayos de preparación (sufrieron sendas derrotas ante Las Rozas y Villalba) y este domingo debutan en la Copa de la Primera División Nacional frente al San Isidro (19:00 horas, pabellón Emperador Teodosio). «Necesitamos mejorar, pero no nos veo tan mal como dicen algunas de mis compañeras», afirma Sara con una media sonrisa.

«El objetivo», indica la jugadora gallega, «es quedar lo mejor posible». En ese momento sale de nuevo a relucir la cuestión de la edad y la teórica falta de inexperiencia del equipo segoviano. «Dicen que seguramente seamos el equipo más joven, pero no creo que tenga nada que ver. Vamos a intentar ganar igualmente», concede Sara. «El hecho de que seamos jugadoras jóvenes hace que tengamos más ilusión y más ganas de entrenar y de trabajar», intercede Martina. Mientras, el resto de sus compañeras ríen y se gastan bromas antes de preparar sus propios pasteles en Chocova. El Unami apuesta por la felicidad para el ilusionante proyecto que ha puesto en marcha. El baloncesto vuelve a sonreír en Segovia.