Sergio del Molino: «Frente al caos de las redes, los medios pueden imponer cierto orden, jerarquía y limpieza»
I CONGRESO INTERNACIONAL DE PERIODISMO MIGUEL DELIBES ·
El autor de 'La España vacía' opina que esa es «probablemente su mayor fortaleza» y alerta sobre la «crisis de legitimidad» de nuestra democracia
E. García de Castro
Domingo, 26 de septiembre 2021, 09:14
Valladolid. Es el autor de más de una docena de libros, entre ellos el imprescindible 'La España vacía', que fue capaz de despertar un movimiento ciudadano contra la despoblación. El escritor Sergio del Molino (Madrid, 1979), colaborador habitual de 'El País' y Onda Cero, entre otros medios, estará el próximo 7 de octubre en el I Congreso Internacional de Periodismo Miguel Delibes.
–La dimensión literaria de Delibes es bien conocida. ¿Ocurre lo mismo con la periodística?
–Se ha ido convirtiendo en una especie de apéndice de su legado, pero es normal en una obra tan grande y que ha sido capaz de sobrevivir de forma tan viva e intensa a través de libros que han marcado el imaginario colectivo como 'Los santos inocentes' o 'El camino'. Creo que los lectores 'pata negra' de Delibes sí son conscientes del peso enorme que la faceta periodística tiene, pero es inevitable que se vaya desdibujando porque es la esencia misma del periodismo, que es flor de un día.
–En el congreso analizará el lenguaje periodístico. ¿Cómo se escribe y se habla en los medios?
–Mejor de lo que dice el tópico. En general, aunque los periódicos hoy son muchísimo menos leídos que hace años, en algunos aspectos están incluso mejor escritos que antes. Hay menos presura y como se abarca menos, hay verdaderos ejemplos de altísimo nivel estilístico, sobre todo en la prensa. Tampoco diré que son los faros del gusto ni que la lengua se refleja ahí de una forma descollante y brillante, pero desde luego creo que muchas de las críticas responden más a prejuicios que a la realidad. El idioma no se destruye en los medios.
–Lo relacionará con el «ruido global». ¿Puede desarrollarlo?
–Se refiere al clima general que hemos convenido en llamar ruido porque parece muy caótico, pero en realidad es un caos relativamente ordenado. Los medios de comunicación parece que reaccionan mal al griterío de las redes y se adaptan peor que los partidos políticos al sino de los tiempos. Probablemente ese sea ahora mismo el reto de los medios: sin traicionarse, sin dejar de ser ellos mismos y responder a las claves de la democracia liberal, sin dejar de intentar liderar y orientar la conversación pública, tienen el reto de moverse en el magma de unas redes que parecen caóticas, caprichosas, donde conversación y debate hay pocos. Es el principal problema al que se enfrentan los medios de comunicación y probablemente su mayor fortaleza, porque frente a ese caos ellos pueden imponer cierto orden, jerarquía y limpieza en el diálogo.
«La situación no es bonita y debería preocuparnos a los que pensamos que fuera de esta España que existe ahora mismo hace mucho frío»
Sergio del molino
–El hecho de que un escritor haya sido capaz de colocar en el debate público un problema tan acuciante como la despoblación, ¿significa que la prensa está perdiendo su función social e influencia?
–(Duda un momento). Pues... No, no creo que haya relación entre ambas cosas, no. Sencillamente creo que la prensa no se preocupó por este asunto, desde luego la prensa nacional nunca. Estaban a otras cosas, estaban mirando a otro lado. Y en el momento en que les ha interesado el debate, en general han sido capaces de influir en él y generar líderes de opinión. Eso está ahí y es evidente.
Recoger «las sensibilidades» de la sociedad
–¿Echa de menos que se dé la batalla por el medio rural en los medios de comunicación?
–Es que no creo que los medios deban ser militantes. No creo que deban ser portavoces ni instrumentos de reivindicaciones de ningún tipo, aunque evidentemente lo son y lo hacen, tienen intereses por todas partes en todos lados. Su función ideal debería ser intentar transmitir y recoger de la forma más amplia y plural posible las sensibilidades de la sociedad en la que trabajan.
–Su último libro, 'Contra la España vacía', trata nada menos que de la «disolución simbólica del país». ¿Tan mal estamos?
–En esos términos sí. La propia existencia de la democracia española, tal y como se entendió en 1978, está cuestionada por amplias capas de la población. No solo desde perspectivas nacionalistas, sino también generacionales. La crisis de legitimidad es muy grave y está relacionada con esa falta de símbolos. No diré que todo se vaya a deshacer como un azucarillo en los próximos años, porque las instituciones paradójicamente son muy fuertes, pero la situación no es bonita y debería preocuparnos a los que pensamos que fuera de esta España que existe ahora mismo hace mucho frío, y la democracia es muy inviable. Por eso quienes nos preocupamos debemos participar en el debate compartiendo esta preocupación.
«Los políticos tienen mucho trabajo si renuncian a su estrategia de teatralización, cosa que parece muy difícil»
Sergio del molino
–¿Se puede corregir esa tendencia solamente hablando?
–Yo no tengo ninguna receta, pero creo que hablar en la plaza pública es un paso importantísimo porque si no ocupas tu espacio, lo ocupan otros. Ycreo que hay que desconfiar de quienes tienen recetas y soluciones para todo porque sabemos que no las hay.
–¿Los políticos podrían hacer más?
–Sí, claro. Por ejemplo, rebajando la instrumentalización política, intentando que el debate público sea realmente un debate y no un intercambio de consignas, teniendo amplitud de miras... Sí, los políticos tienen mucho trabajo si renuncian a su estrategia de teatralización, cosa que parece muy difícil.
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