Interpretación plástica de los tachones que Miguel Delibes realizó en el texto sobre su manuscrito de 'El Camino', realizada por Rafael Vega 'Sansón'. Rafael Vega

Renuncias en el camino

Delibes caricaturista ·

El dibujo fue otra de las pasiones del novelista, con la que se esforzó en captar la personalidad a través de la conjunción graciosa de algunos trazos escuetos

Rafa Vega

Valladolid

Sábado, 17 de octubre 2020

Pedro, el personaje que nos cuenta su historia en 'La sombra del ciprés es alargada', ha terminado sus prácticas durante el último año de la guerra y está a la espera de incorporarse como piloto al servicio de un barco transoceánico cuando entabla una intrascendente ... relación con Julián Royo, un caricaturista desaliñado que busca clientes en una cafetería.

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Será este dibujante quien manifieste por primera vez la célebre frase de Miguel Delibes: «El hombre crece donde lo plantan, como los árboles». Del diálogo de ambos no es difícil vislumbrar que los dos son reflejos del mismo autor: un avatar que bulle en su trasfondo pesimista –dotado de vida por el escritor en busca de voz propia que opta en su ópera prima por la narración en primera persona–, frente a esa proyección, quizás premonitoria, del destino azaroso que esperaría a su 'yo' dibujante si tuviera la determinación de elegir finalmente ese rumbo con todas las consecuencias. Sin embargo, por un instante, Miguel Delibes lo trata con indisimulado cariño en su breve aparición para mostrarnos el oficio que esconde este dibujante buscavidas, hábil y observador, que capta el alma de las personas pertrechado únicamente con un lápiz blando y una cuartilla; acaso un pequeño homenaje a esa ramificación de su 'yo' encarnada en otra de sus pasiones, el dibujo, con la que se esforzó en captar la personalidad a través de la conjunción graciosa de algunos trazos escuetos. Cuantos menos, mejor.

«Esa precisión en el lenguaje, esa economía en el uso de la palabra, siempre me ha recordado la limpieza y síntesis de sus dibujos, donde apenas pueden hallarse trazos prescindibles»

Hasta 1958 Miguel Delibes compaginó su actividad literaria con este afán, como prueban las resueltas caricaturas que reposan en las páginas de El Norte de Castilla. Ante su trabajo gráfico es fácil comprender que su esfuerzo por la síntesis aborda toda su obra. Es una actitud vital de su hábito comunicador. Sus dibujos disfrutan de una sencillez y concreción equiparable a la mantenida a lo largo de su obra literaria. Esa precisión en el lenguaje, esa economía en el uso de la palabra, siempre me ha recordado la limpieza y síntesis de sus dibujos, donde apenas pueden hallarse trazos prescindibles. Pasearse por la lectura de la mano de Miguel Delibes supone hacerlo con la confianza absoluta de que el autor no va a llevarnos por caminos tortuosos, llenos de broza literaria, vericuetos incómodos por los que avanzar y comprender el recorrido que se nos sugiere es tan difícil que olvidamos nuestro destino y perdemos nuestro deleite. Pudiera parecer que su sencillez es natural y, sin duda, los años de oficio habrán actuado favorablemente para que el resultado apenas se diferencie durante el proceso, pero conseguir su pulcritud requiere un concienzudo y generoso trabajo de renuncias. En unas ocasiones, como dice Murakami, de historias y personajes completos, que han de desaparecer de la obra literaria por doloroso que sea; en otras, de imágenes, descripciones o expresiones que un día fueron alumbradas en la superficie del papel y que han debido finalmente desecharse en beneficio de una intención más elevada.

«Pasearse por la lectura de la mano de Miguel Delibes supone hacerlo con la confianza absoluta de que el autor no va a llevarnos por caminos tortuosos, llenos de broza literaria»

Para unir ambos mundos y atender a la labor sacrificada del escritor, he querido rendir mi pequeño homenaje a Miguel Delibes en el centenario de su nacimiento recogiendo en la obra que acompaña este artículo una interpretación plástica de los tachones que Miguel Delibes realizó en el texto sobre su manuscrito de 'El Camino', tal y como prueba la edición facsímil publicada por Destino hace 20 años. 'Renuncias en el camino' es un pequeño paisaje de abnegación, la huella dejada por el sacrificio consciente de la creación; un homenaje a la generosa disposición de Miguel Delibes para ofrecer a sus lectores el fruto de una voz limpia con el fin de abrir en nuestros fueros internos la puerta hacia un universo comprensible y habitable.

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