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Elisa Delibes cierra la caja 1.683, que custodia el legado del escritor. Chema moya-efe
El Instituto Cervantes cumple catorce años después el anhelo de custodiar el legado de Miguel Delibes

El Instituto Cervantes cumple catorce años después el anhelo de custodiar el legado de Miguel Delibes

La Fundación Delibes se declara deudora con la institución que dirige Luis García Montero por el trato de esta a la obra del escritor

Viernes, 12 de marzo 2021, 12:34

Apunten la fecha, lectores de las obras de Miguel Delibes. El 12 de marzo de 2031, año once de la era postcovid, quien entonces ostente la dirección del Instituto Cervantes, acompañado por los representantes de la Fundación Miguel Delibes, reabrirá la puerta de la taquilla 1.683 de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en su madrileña sede de la calle de Alcalá con vuelta a la calle Barquillo, edificio conocido como de las Cariátides y que antes también fue Banco Español del Río de la Plata, en la que desde ayer descansa el legado del autor de 'Los Santos Inocentes'.

Es en esa taquilla 1.683 de una cámara acorazada en el sótano que en su día custodiaba los tesoros de los clientes del Banco Central y que hoy es depositaria de joyas más inmateriales pero infinitamente más valiosas, Elisa Delibes, presidenta de la Fundación Miguel Delibes, depositó ayer el legado 'in memoriam' de su padre, coincidiendo con el décimo aniversario de la creación de la Fundación Miguel Delibes y el decimoprimero del fallecimiento del escritor vallisoletano. Un tesoro, el del escritor y periodista vallisoletano, que el Instituto Cervantes esperaba desde el año 2007 custodiar, cuando César Antonio Molina, entonces director de la institución creada en 1991 por el Gobierno de Felipe González para la promoción y enseñanza de la lengua española, y la difusión de la cultura de España e Hispanoamérica, escribió a un enfermo Miguel Delibes para explicarle la iniciativa.

«Mi padre no entendió el juego y por eso rehusó participar», reconoció ayer Elisa Delibes después de girar la llave que sellaba la taquilla durante los próximos diez años. «Él pensaba que se le pedía que escribiese algo que no quisiera que se leyese hasta después de su muerte y defendía que él no quería dejar dicho para cuando muriera nada que no hubiese dicho en vida». La presidenta de la Fundación Miguel Delibes indicó que de haber sabido en qué consistía el encargo, su padre no habría tenido ningún problema en participar. Un año después, otra directora del Instituto, Carmen Caffarel, volvió a intentarlo, pero esta vez a través de sus hijos, que no quisieron insistir al escritor, ya en la etapa final de su vida.

La Caja de las Letras recibió sus primeros depósitos en 2007, con los de Francisco Ayala, que permanecerán en la cámara hasta 2057, y Antonio Gamoneda, hasta 2032. No todos los tesoros que alberga son de literatos, pero es una tradición que el ganador del Premio Cervantes de cada año entregue un legado para su custodia temporal, la que él decida.

«Cuando mi padre ganó el Cervantes, en 1993, no existía la Caja de las Letras», recordó Elisa Delibes, quien afirmó que el Institito Cervantes «siempre se ha portado extraordinariamente bien con mi padre y su obra», como en 2003, «que con motivo de la traducción al ruso de 'El Hereje' le invitó a acudir a la sede del Instituto en Moscú para su presentación o poco después, cuando pusieron su nombre a la biblioteca de ese centro», señaló Elisa quien, tal vez inspirada por el uso anterior del edificio que hoy alberga el Instituto Cervantes, aseguró que «los deudores éramos los Delibes con el Instituto. Nosotros, familia y Fundación, por eso hemos venido hoy, para cubrir esos números rojos en los que estábamos».

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