Pues sí, definitivamente Miguel Delibes rindió Madrid a sus pies. No sólo la suya ha sido la exposición del año de la Biblioteca Nacional de España (BNE), sino que se ha colado entre las más visitadas de este 2020 tan anómalo a causa del Covid. ... Hasta el pasado lunes, 18.644 personas la habían visto ya, por lo que cuando hoy cierre, la cifra total se acercará con toda seguridad a los 20.000 visitantes, si no los supera. Un éxito que certifica el interés que el creador vallisoletano sigue despertando diez años después de su muerte, y cuando se celebra el centenario de su nacimiento. Pero que acredita también el atractivo de una muestra que el próximo 17 de diciembre aterrizará en el Museo de la Pasión de Valladolid para iniciar desde allí una itinerancia por otras provincias.
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«Está siendo un año muy raro y casi nadie quiere dar cifras de visitas porque son muy bajas, debido a las restricciones de aforo y la reducida asistencia del público a causa de la pandemia», admite la responsable de Comunicación de la Biblioteca Nacional, Bárbara Vidal. «Pero la exposición de Delibes está siendo un éxito que la va a colocar seguramente entre las más vistas del país». La muestra está organizada por la propia BNE, junto a la Fundación Miguel Delibes, Acción Cultural Española, la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Valladolid y la Diputación de Valladolid.
«Si he de fiarme de los comentarios del personal del museo, que son los que mejor perciben estas realidades, diría que la exposición ha gustado muchísimo», asegura su comisario Jesús Marchamalo, quien, además, ha ejercido de guía particular para todo tipo de personalidades del mundo de la cultura. Fueron especialmente emotivas las del actor José Sacristán, que ha realizado dos versiones teatrales de las obras del escritor ('Señora de rojo sobre fondo gris' y 'Las guerras de nuestros antepasados'); y la actriz vallisoletana Lola Herrera (inolvidable protagonista y alma mater de la versión teatral de 'Cinco horas con Mario'). Pero también la visita, esta misma semana, de la presidenta del Senado Pilar Llop, que se reveló como como una entusiasta del novelista vallisoletano, especialmente por su ejemplo de honestidad y de fidelidad. «Fue muy emocionante también recorrer la exposición con dos hermanos vivos de Miguel Delibes y con varios nietos suyos, porque te dan otra perspectiva de realidades que tú sólo conoces a través del estudio y el papel», explicó el comisario de la exposición.
Además, la propia Biblioteca Nacional ha organizado varias actividades complementarias durante los meses de octubre y noviembre que han reunido en torno a la figura del escritor a algunos de sus hijos (Elisa, Germán y Miguel Delibes de Castro hablaron del Delibes más familiar, mientras Ángeles participaba en un acto conmemorativo del cumpleaños de su padre); a los prologuistas de tres de sus libros, Aroa Moreno, Berna González Harbour y Manuel Villas, moderados por el director editorial de Ediciones Destino, Emili Rosales; o a investigadores sobre su vida y obra como Amparo Medina Bocos o el propio comisario Jesús Marchamalo. Mención aparte merecen los encuentros de Lola Herrera y el periodista Carlos Alsina y, esta misma semana, el protagonizado por José Sacristán y el periodista Iñaki Gabilondo.
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La exposición que se montará en Valladolid es la misma que ha podido verse en la Biblioteca Nacional, pero con algunos pequeños cambios, según reconoce Jesús Marchamalo. «El diseño de Madrid ya se hizo teniendo en cuenta el espacio expositivo del Museo de la Pasión en Valladolid, que tiene una estructura muy parecida, en disposición y superficie. Habrá que hacer algunas adaptaciones, lógicamente, pero serán mínimas».
Entre las novedades, habrá, sobre todo, algunos añadidos. Por ejemplo, una vitrina dedicada a las traducciones de la obra del novelista, que es un aspecto que la familia echó en falta en Madrid. Asimismo, se ampliará la parte dedicada a su vinculación con su periódico, con un panel dedicado expresamente a la 'escuela de El Norte'. También está previsto añadir un retrato de la fotógrafa de El Norte de Castilla Henar Sastre, que en la versión que ha podido verse de la muestra no encontró lugar, así como varias fotos que muestran la biblioteca de la casa del escritor. A cambio, se retirará la parte dedicada a las fotos de los hijos, que ya había podido verse en Valladolid anteriormente.
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En conjunto, la muestra ofrece una adecuada combinación entre el Miguel Delibes reconocible y esperable, y el menos conocido y sorprendente. «Están el Delibes novelista, el Delibes periodista, el Delibes aficionado a la caza y al mundo rural que todo el mundo espera encontrar. Pero también el Delibes viajero, el Delibes dibujante y el amante del cine, que no son tan conocidos. El objetivo de la exposición es mostrar todos los Delibes distintos que había en Delibes», explica Marchamalo.
Para ilustrar todas estas facetas la muestra recurre a una apabullante selección de fotografías, documentos, facsímiles, y algunos objetos, unos pocos nada más, que nos permiten introducirnos en el mundo del novelista. Muy representativa de la faceta más familiar y cotidiana del escritor es esa foto en la que se le ve lanzándose a la piscina a bomba. Pero también otras muchas que muestran cómo la relación del escritor con sus hijos se fraguó fundamentalmente en la naturaleza, en el mundo rural que representaba la vivienda de Sedano, en esos periodos en los que el novelista escapaba de su vorágine laboral cotidiana y salía al encuentro de los campos de Castilla y de sus gentes.
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Una de sus hijas, Camino Delibes, relataba recientemente que la suya era una casa en la que siempre había mucho ruido, dado que eran siete hermanos. «De repente nos gritaba: 'Silencio, no se puede trabajar' y todos pasábamos como de puntillas. Sabíamos que había unas horas en las que no nos podíamos mover». En la exposición puede verse el escritorio de su calle Dos de Mayo, donde convirtió en realidad sus mundos y personajes.
Respecto de la afición de su padre por la caza y el campo, otro de sus hijos, Juan Delibes, declaró a 'La aventura del saber' que para Miguel Delibes aquello «era una válvula de escape necesaria para el tipo de vida que llevaba, pluriempleado y con siete hijos». Recuerda que salía todas las semanas, ya fuera de caza o de pesca, a pasear o a observar pájaros. Y esa filosofía nos la inculcó a todos». En la muestra pueden verse algunos de sus cuadernos de caza y de pesca, con anotaciones de cada jornada, y unos prismáticos usados por el escritor para sus exploraciones.
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De su faceta como periodista destacan el original de su contrato como director de El Norte de Castilla, con un sueldo mensual estipulado de 12.375 pesetas al mes, así como una caricatura colectiva de los miembros de la redacción del periódico en los años sesenta, en la que se ve a hombres tan emblemáticos como José Jiménez Lozano.
Una de las realidades menos conocidas del escritor es su condición de profesor de la Escuela de Derecho Mercantil de Valladolid, un trabajo que no fue algo ocasional de los inicios de su vida laboral, como a veces se piensa, sino una actividad prolongada durante 40 años. «Toda su vida compaginó las ocupaciones de periodista y de profesor de Comercio. Esto es algo que te sorprende», explica el comisario de la exposición. En la muestra podrán verse los originales de dos manuales que el novelista escribió para sus alumnos: «Síntesis de la historia de España' y 'Síntesis de Historia Universal y de las civilizaciones'. Este segundo libro tuvo corta vida porque no era demasiado del agrado de la dirección de la escuela y sólo fue utilizado durante un curso académico.
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Especialmente atractivos son los manuscritos originales del escritor, de los que la exposición muestra los de algunas de sus novelas más destacadas. El primero de ellos, el de 'La sombra del ciprés es alargada', que se acompaña de la carta con la que lo presentó al Premio Nadal, que ganó en 1947. Pero también hay varias vitrinas con fragmentos de 'El camino', 'Las ratas'; 'Cinco horas con Mario', 'Los santos inocentes', 'El príncipe destronado' o 'El hereje'. Pero también el de 'La hoja roja', propiedad de la Fundación Juan March pues el libro se escribió gracias a una beca de la institución al escritor para liberarle de otras ocupaciones.
Delibes escribía siempre a mano y encargaba a otras personas la labor de pasar a máquina su trabajo de creación. Inicialmente asumió esa tarea un empleado del periódico al que le unía una gran amistad, y desde el año 1986 su secretaria personal Pepi Caballero. Durante mucho tiempo escribió todas sus obras con pluma estilográfica, pero finalmente se pasó al rotulador con punta fina de color azul, que le permitía ir más rápido. Y siempre trabajaba sobre cuartillas elaboradas con restos de papel de prensa que le facilitaba el periódico. Todo ello con una letra no siempre fácil de desentrañar, como podrá ver el espectador de la exposición y como padeció su secretaria personal. «Su letra era muy complicada y al principio sufría mucho para descifrarla».
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Entre los documentos más peculiares de la exposición destaca el contrato que firmó con la compañía Metro Goldwyn Meyer para la adaptación al castellano de los diálogos de 'Doctor Zhivago', la célebre película de David Lean. También pueden verse fotos de algunas de las adaptaciones cinematográficas de sus novelas, así como de las versiones teatrales de sus obras.
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