Quién es quién en 'El hereje': los 175 personajes de la última novela de Delibes

'El hereje' de Miguel Delibes está poblado de personajes inolvidables, desde su protagonista, Cipriano Salcedo, hasta su nodriza Minervina o su padre Bernardo. En este reportaje, trazamos el perfil de los más importantes (con las descripciones trazadas por el escritor vallisoletano en la novela) y enumeramos al resto de los personajes que, con nombre y apellido, se asoman a las páginas de 'El hereje'.

Cipriano Salcedo es «un hombre menudo, aseado, de barba corta, al uso de Valladolid», como lo describe Delibes en las primeras páginas. Pequeño, musculado y peludo, nació el mismo día que la reforma luterana (el 31 de octubre de 1517) tiene un leve tropicio en el habla cada vez que afronta la sílaba inicial de las palabras. No es tartamudo, pero sí que tiene «un titubeo intrascendente que le ha quedado del miedo a su padre». Y no es su único temor. También le tiene miedo a la soledad. Le aterra pensarse, no sabe estar ocioso.

Es un ser atormentado, que piensa que no siente suficiente la fe. Tiene remordimientos por sus comportamientos, por el odio a su padre, por la seducción de su nodriza, por el desafecto hacia su esposa. Encontró en el luteranismo una fraternidad que no había conocido hasta entonces para liberarse de los sentimientos mezquinos. Después de ser rechazado por su padre, de pasar la infancia en un colegio de expósitos y de ser formado por su tío Ignacio, decide emprender un negocio textil de éxito, con la adaptación del zamarro para todo tipo de clientes.

Clérigo español, humanista y erasmista. Hijo de un contador real y de Leonor de Vivero, estudió artes en el colegio de San Pablo con Bartolomé de Carranza. Fue capellán real de Carlos I y le acompañó en sus viajes por Europa, donde conoció las ideas protestantes. Su regreso a Valladolid, después de pasar unos meses en Salamanca, provocó «un verdadero tumulto» y predicaba todos los viernes en la iglesia de Santiago. Era un hombre «místico, sensitivo, físicamente frágil, de flaca constitución». No tenía doblez, no buscaba el aplauso, pero tampoco era indiferente al elogio y la admiración. «Tenía momentos de auténtico éxito seguido de reacciones emocionales un poco arbitrarias». Fue uno de los impulsores del grupo de sesenta herejes de Valladolid.

Padre de Cipriano. Tenía un almacén de lanas en la vieja judería y unos terrenos en Pedrosa. Era un tipo barbudo, autoritario que descubrió el poder que supone dar lástima. Una vez que quedó viudo, quiso dar compasión y empezó a buscar mujeres para no estar solo, lo que convirtió en un tipo «rijoso». Acusaba a su hijo Cipriano de parricida porque su madre, Catalina, murió durante el parte. Como castigo, ingresa a Cipriano en un colegio de expósitos. Fallece durante la epidemia de peste de Valladolid.

Hermano de Bernardo y tío de Cipriano. Es letrado y oidor de la chancillería, terrateniente y disponía en su casa de una rica biblioteca con 543 volúmenes, entre ellos, obras de Juvenal, Salustio, poetas latinos y la 'Iliada'. Era rubio, con el pelo corto y barbilampiño, ocho años más joven que Bernardo. Visitaba mensualmente los hospitales, daba de comer a los enfermos, cada año becaba a cinco huérfanos y era patrono del colegio hospital de niños expósitos, regido por la coferadía de San José. Estaba muy bien informado sobre los sucesos municipales y los acontecimientos nacionales y extranjeros, seguía al día la revuelta de Lutero, se relacionaba con los intelectuales y soldados que regresaban de Alemania, leía toda clase de libros y papeles relacionados con la reforma, pero era hombre de fe, papista íntegro.

Fue la nodriza de Cipriano. Natural de Santovenia, tenía 15 años cuando, después de perder a su hijo a los pocos días de nacer, fue contratada por Bernardo para atender al pequeño Cipriano. Era «alta, delgada, tierna, con largo y frágil cuello, ojos lilas, espesas pestañas, una atractiva sonrisa» y la «sensación de muchacha alegre». Años después, con Cipriano ya adulto, mantuvieron un romance. Cuando la familia se enteró, expulsaron a Minervina de la casa. Primero se mudó a Santovenia, para instalarse finalmente en Tudela de Duero. Cipriano nunca conoció su paradero, aunque durante años la buscó sin éxito. Su tío Ignacio la encontró y consiguió que visite a Cipriano el día del auto de fe.

Vivía en Peñaflor de Hornija junto a su padre Segundo, un hombre natural de Sevilla, «primitivo y tosco», que hizo fortuna en las Indias y se instaló en el páramo con ganado. Teodomira, a quien apodaban 'la reina del páramo' por su destreza esquilando, era una mujer «alta, sólida, sumamente laboriosa, de piel pálida y ojos color miel». Se casó con Cipriano. El suyo fue un matrimonio fracasado. Después de varios años de convivencia, comprobaron que no podían tener hijos. En su tramo final como pareja, hacían vidas separadas y Cipriano llegó a despreciar a su esposa. Después de que ella le intentara atacar, ingresó en un manicomio y un hospital de Medina del Campo, donde falleció.

Mujer de Castrodeza que, cuando Bernardo la conoce, se presentaba como «una chica tímida, de cuerpo elástico, ojos azules y maliciosos», con un «cuidado trenzado en la cabeza». Bernardo, después de la muerte de su esposa, intentó encontrar una nueva mujer y le presentaron a Petra, a quien llevó a Valladolid como su amante, primero con un piso para ella en la plaza de San Juan y luego en la calle Mantería. Aunque le presentaron como una moza que no había tenido relaciones anteriores, es en realidad una prostituta que se aprovecha del dinero y la influencia de Bernardo.

Hija de los marqueses de Alcañices. Fue una de las participantes en la reunión de afines al movimiento protestante que organizaron Leonor de Vivero y Agustín Cazalla. Entre ella y Cipriano comenzó un coqueteo que se acentuó con las cartas que ambos cruzaron en prisión una vez que fueron detenidos. Finalmente, Ana se libró de la hoguera gracias a los contactos de su familia. Años después, se convirtió en colaboradora de Teresa de Jesús en varias fundaciones.

Heinrich Berger. Capitán del barco 'Hamburg' en el que Cipriano regresa de Alemania.

Isidoro Tellería. Sevillano con ideas calvinistas que coincide con Cipriano en el 'Hamburg'.

Catalina Bustamante. Madre de Cipriano. Murió en el parto y pidió ser enterrada el atrio del convento de San Pablo.

Francisco Almenara. Doctor con consulta en la calle Cárcava que atendió en el parto de Catalina.

Diego de Leza. Médico, maestro de Almenara.

Blasa. Cocinera en la casa de Bernardo.

Modesta. Doncella de la casa.

Juan Dueñas. Criado de Bernardo.

Victoria. Comadre que ayuda en el parto de Cipriano.

Gabriela. Esposa de Ignacio Salcedo y tía de Cipriano.

Dionisio Manrique. Jefe del almacén de la judería.

Federico. Joven mudo ayudante del alamcén.

Camilo Dorado. Fabricante textil en Segovia.

Gaspar Laguna. Barbero cirujano.

Custodio. Boticario.

Fray Hernando. Religioso del convento de San Pablo.

Padre Gamboa. Religioso de San Gregorio.

Dámaso Garabito. Tabernero.

Teófilo Roldán. Labrador de Tudela habitual en la taberna de Garabito.

La Candelas. Mujer de la mancebía de Valladolid.

María de las Casas. Alcahueta del páramo que presenta mujeres a Bernardo.

Clara Ribera, Ana de Cevico, Tita, Agustina, Eleuteria, La Exquisita y Máxima Antolín. Mujeres que María presenta a Bernardo.

Nicasio Celemín. Cura de Santovenia.

Rodrigo Postigo. Noble al que queman su casa en la guerra de las Comunidades.

Pedro Lanuza. Vecino de Santovenia y conocido de Minervina.

Francisca Hernández.

Miguel Zamora. Letrado a quien Bernardo encuentra con Petra y descubre así que es una prostituta.

César Maluenda, comerciante burgalés con el que Bernardo hace negocios

Gonzalo Maluenda. Hijo de Néstor. Intenta sin éxito hacer negocios con Cipriano.

Damián. Esclavo de Mozambique que sirve en al casa de los Maluenda.

Argimiro Rodicio. Transportista que facilita a Cipriano los carros para ir a Burgos.

Rufino. Ventero de la posta de Villamanco, en el camino a Burgos.

Pedro Luaces. Mesonero de Burgos.

Jesús Revilla. Tansportista que lleva a pasajeros de Valladolid a Santovenia.

Leonor Vaquero. Vecina de Santovenia.

Estacio del Valle. Corresponsal de sus negocios en el Páramo.

Pellica. Viuda de Castrodeza.

Florencio. Mesonero de Villanubla.

Evencio Reglero. Posadero de Rioseco.

Benjamín Martín. Rentero que cuida la Hacienda de Bernardo en Pedrosa.

Lucrecia del Toro. Esposa de Benjamín.

Martín. Hijo de Benjamín y luego, rentero de Cipriano.

Antonio. Hijo de Benjamín.

Judas Tadeo. Hijo de Benjamín.

Viuda de Baruque. Posadera de Pedrosa.

Álvaro Cabeza de Vaca. Preceptor de Cipriano.

Clemencio 'El Corcel', Tito Alba', José 'El rústico', El niño, Claudio 'El obeso', Gallofa. Compañeros en los expósitos:

Don Lucio 'El escriba', padre Arnaldo (antierasmista), padre Toval (erasmista). -Profesores en los expósitos:

Tomás de la Colina. Caballero a cuyo entierro acuden los expósitos.

Eliseo. Carpintero, exalumno de los expósitos.

Don Moisés. Carpintero para quien trabaja Eliseo.

Miguel 'El menino'. Atiende el depósito de cadáveres del Hospital de la Misericordia.

Gabriel de Salas. Nuevo preceptor de Cipriano cuando sale de los expósitos.

Benito Huidobro. Doctor que atiende a Bernardo cuando enferma de peste.

Alonso de Virués, Pedro Margalho, Fray Francisco del Castillo, Fray Antonio de Guevara, Pedro Sánchez Ciruelo, Sancho Carranza de Miranda. Religiosos y teólogos participantes en la Conferencia de Valladolid:

Domenico Nelli, banquero italiano instalado en Valladolid.

Martín Martín. Rentero de Cipriano, hijo de Benjamín (ya nombrado, como niño, en el apartado de Viaje de Bernardo por Torozos).

Teresa. Mujer de Martín.

Domingo. Cura de Pedrosa.

Victorino Cleofás y Eleuterio Llorente. Labradores de Pedrosa enemistados con los Salcedos.

Tomás Galván. Vecino de Pedrosa.

Vicente. Criado de Cipriano.

Crisanta, Jacoba y Fidela. Criadas de Cipriano.

Fermín Gutiérrez. Sastre que adapta el zamarro ideado por Cipriano.

Tiburcio Guillén. Organiza la red de acopiadores para surtirle de pieles a Fermín.

Bonterfoesen. Comerciante de Amberes que vende los zamarros de Cipriano.

David de Nique. Comerciante que alaba el zamarro de Cipriano.

Segundo Centeno. Ganadero del páramo con el que Cipriano hace negocios. Padre de Teodomira.

Octavia. Criada de Segundo.

Petronila Mozo. Segunda mujer de Segundo.

Telesforo Mozo. Pastor, padre de Petronila.

Gildardo Albarrán. Pastor de Wamba.

Benita Albarrán. Hija de Gildardo, con la que Segundo se amanceba después de dejar a Petronila.

Avelino. Bichero de Peñaflor.

Galache. Doctor al que acuden Cipriano y Teodomira para tratar su infertilidad.

Elvira Esteban. Dependienta en al tienda de Cipriano.

Luis Mercado. Médico del monasterio de la Concepción que atiende a Teo después de la pelea que tiene con Cipriano.

Aniano Domingo. Tratante de Rioseco.

Aquilino Benito. Barquero que une el Espolón con el Paseo del Prado.

Ciriaco Maluenda. Hermanastro de Gonzalo e hijo de Néstor en Burgos.

Honorino Verdejo. Cura de Peñaflor que entierra a Teodomira.

Leonor de Vivero. Madre del doctor Cazalla. Muere y es enterrada en San Benito, pero cuando el grupo de protestantes es apresado, la Inquisición ordena desenterrar sus huesos para quemarlos en la hoguera. El solar de su casa fue sembrado de sal.

Pedro Cazalla. Cura de pedrosa, amigo de Cipriano y hermano de Agustín.

Beatriz y Constanza Cazalla. Hijas de Leonor de Vivero.

Bartolomé Carranza. Profesor en el colegio de San Gregorio, arzobispo y teólogo español, acusado de herejía y apresado por la Inquisición.

Carlos de Seso. Nacido en Verona. Fue consejero de Carlos V, introductor del luteranismo en España.

Juan García. Joyero participante en las reuniones de los protestantes.

Paula Rupérez. Mujer de Juan García, católica que sospecha de las actividades de su marido.

Bachiller Herrezuelo. Abogado natural de Toro.

Juan Cazalla. Hermano del doctor Cazalla.

Juana Silva. Esposa de Juan Cazalla.

Francisca de Zúñiga. Hija del licenciado Antonio de Baeza

Catalina de Ortega. Hija del fiscal Hernando Díaz.

Fray Domingo de Rojas. Dominico aristócrata hijo de los marqueses de Poza, alumno de Bartolomé de Carranza

Luis de Rojas. Sobrino de Fray Domingo de Rojas

Eufrosina Ríos. Superiora del convento de Santa Clara

María de Rojas. Superiora del convento de Santa Catalina.

Catalina de Reinoso. Superiora del convento de Santa María de Belén

Margarita de Santiesteban, Marina de Guevara, María de Miranda, Felipa de Heredia, Catalina de Alcázar. Religiosas del convento de Belén.

Ildefonsa Muñoz. Novicia del convento de Santa Clara.

Agustín Becerril. Impresor.

Juan de Acuña. Participa en la discusión de Aldea del Palo que llevará al fin del círculo protestante de Valladold.

Cristóbal de Padilla. Criado de los marqueses de Alcañices.

Juan Sánchez. Criado de Leonor de Vivero.

Alonso Pérez. Cura simpatizante con las ideas luteranas.

Pedro Sarmiento.

Luis de Frutos. Barbero de Piedrahita.

Luciano de Mercadal. Joyero de Peñaranda de Bracamonte.

María Dolores Rebolledo. Vecina de Peñaranda.

Mauro Rodríguez. Vecino de Peñaranda.

Rafael Velasco. Vecino de Peñaranda.

Pedro Burgueño. Carpintero de Piedrahita.

Antonia del Águila. Vecina de Aldea del Palo.

Madame Babouse. Amiga de Ana Enríquez que podía acoger a Cipriano en su huida a Francia.

Pedro Sotelo. Denuncia a Cristóbal de Padilla.

Antonia de Mello. Mujer de Pedro Sotelo.

Catalina de Cardona. Dama de honor de la princesa de Salerno, criticaba la influencia del doctor Cazalla sobre ella.

Pablo Echarren. Vecino de Cilveti, en Navarra, que acoge a Cipriano en su primer viaje a Alemania y luego lo entrega a la Inquisición.

Marcos Duro. Contrabandista del Pirineo.

Pierre. Guía del Pirineo en el tramo francés.

Vidal. Interrogador de la Inquisición en Navarra.

Genaro. Cacelero en Navarra.

Álvaro de Moscoso. Obispo de Navarra.

Herrera. Alcalde de Sacas de Logroño.

Pedro Menénez. Capitán que detiene a Juan Muñoz.

Dato. Carcelero en Valladolid que facilita a Cipriano las confesiones de sus compañeros y hace llegar las cartas de Ana Enríquez.

Mamerto. Carcelero en Valladolid.

Bartolomé Gálvez y Miguel Sahagún. Doctores en la cárcel de Valladolid.

Fray Luis de la Cruz. Confesor de Cipriano antes de su muerte.

Padre Tablares. Confesor en la cárcel de la Inquisición.

Melchor Cano. Obispo que pronuncia el sermón y cierra el auto de fe.

Fernando de Valdés. Arzobispo de Sevilla e inquisidor.

Ortega y Vegara, relatores del auto de fe.

Alonso Berruguete. Escultor.

Diego Bernal. Salteador de caminos.

Erasmo de Rotterdam

Felipe Melanchton. Seguidor de Lutero con el que se entrevista Cipriano.

Martin Lutero.

Carlos V.

Infante don Fernando

Leonor. Hermana de Carlos V.

Lucero. Caballo de Bernardo.

Relámpago. Caballo de Cipriano.

Pispás. Caballo de Cipriano.

Alazana y Morisca. Dos mulas de Bernardo

Atila. Mastín de Dionisio en el almacén de la judería

Blas. Asnillo de Cipriano en los expósitos.

Lucifer. Uno de los mastines de Segundo.

Obstinado. Caballo de Teodomira.

Valiente. Caballo de Ignacio.

Arrugado. Caballo de Vicente.

Luminosa. Mula con la que Cipriano atraviesa los Pirineos.

Sola. Mula que parte de Valladolid junto a Cipriano y Vicente.

-Veronés, caballo de Carlos de Seso.

-Antón, ave de caza de Pedro Cazalla y Cipriano.

-Cansino, caballo que Cipriano coge en Santo Domingo en su huida.

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