El Delibes más personal, fiel a su ciudad y su periódico, hoy en un suplemento especial

Miguel Delibes fue fiel, –además de a una novia, a unos amigos, a todo con lo que se sentía bien, a su pasión periodística y a la caza– a un periódico, lo cabal es que ese periódico, este, al conmemorarse el centenario del nacimiento de un escritor cuya obra exhibe plena vigencia, corresponda a esa fidelidad con su respeto y su admiración, pero sobre todo con su gratitud, con el reconocimiento a lo que esa pasión periodística suya aplicada al diario en el que entró como dibujante y en el que alcanzó la Dirección, supuso de modernización, de salto de calidad, de compromiso con los valores de una tierra y de sus gentes y por ende, de sintonía con sus lectores, además del prestigio indiscutido en el panorama de la prensa española.

Por eso, El Norte de Castilla conmemora este centenario como algo propio, porque las trayectorias del periódico de Valladolid y del escritor más importante que ha dado esta ciudad están indisolublemente unidas desde aquel 10 de octubre de 1941 cuando aquel joven de 20 años se presentó en las oficinas del diario con un portafolio repleto de caricaturas. Por eso, El Norte, 'su' Norte, ha querido recordar a Miguel Delibes en el centenario de su nacimiento desde dentro, con testimonios cercanos, recordando los detalles de su vida de la mano de su biógrafo y su amigo Ramón García Domínguez, su compañero en mil paseos y el depositario de sus reflexiones a paso ligero por los caminos del Campo Grande y su entorno. El también periodista y escritor Ramón García publicó allá por 2005, 'El quiosco de los helados', la primera versión de la biografía de un escritor aún vivo, revisada a la muerte de su amigo en 2010 y transformada en 'Miguel Delibes de cerca'. «Kilo y medio de Delibes», como la califica el autor en razón del peso del tomo.

Antes, Carlos Aganzo hace un esfuerzo de síntesis para recordar todos los actos, de todo tipo y tamaño, virtuales y presenciales e incluso mixtos, en tantos lugares dentro y fuera de la geografía delibeana con los que instituciones de todo tipo, el mundo del espectáculo incluido, recuerdan al escritor al cumplirse cien años de su nacimiento. Unos actos que se han visto alterados por las restricciones impuestas por la pandemia, pero que gracias al impulso decidido de sus promotores han garantizado su celebración recurriendo al cambio de fechas y a la imaginación para que nada impida el homenaje a un escritor aupado a la categoría de clásico de las letras españolas sin perder su condición de autor actual por los temas que aborda en su obra.

Así, Aganzo recuerda que la Biblioteca Nacional acoge desde el mes pasado y hasta noviembre la exposición 'Delibes', comisariada por el escritor Jesús Marchamalo. Una muestra que habría sido del gusto del autor a la que está dedicada –no sin cierta incomodidad por su parte por no sentirse merecedor del esfuerzo– y que recalará el 17 de diciembre en la sala municipal de la Pasión de Valladolid para acudir al encuentro de los vallisoletanos. Aganzo recuerda que el 22 de octubre, la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, la antigua cámara acorazada del Banco Central en su sede de la calle de Alcalá, recogerá el legado del autor, el manuscrito original del ingreso de Delibes en la RAE.

Entre los actos en memoria del escritor no falta la representación de las adaptaciones de sus novelas al teatro, de la mano de José Sacristán, en el caso de 'Señora de rojo sobre fondo gris' y de Lola Herrera como la eterna Carmen Sotillo en 'Cinco horas con Mario'.

En su recorrido de lo que queda por venir en torno a la conmemoración de esta efemérides, Aganzo también anuncia otro proyecto editorial en el que trabajamos en El Norte, de próxima aparición más centrado en su obra literaria y que cuenta con un centenar de artículos de otros tantos escritores que se han sumado a la propuesta del periódico para que expliquen qué es para ellos la prosa de Delibes, así como las reseñas de todas sus novelas firmadas por los colaboradores habituales del suplemento 'La sombra del ciprés' y de la sección de Opinión del diario.

Y aunque habrá que esperar a ese especial sobre el perfil más literario de Miguel Delibes, el suplemento que acompañará este sábado a El Norte incluye un recorrido por su obra y por las constantes de la misma con la firma de una de las grandes especialistas en la obra del escritor vallisoletano, Amparo Medina-Bocos. La autora destaca la personalidad polifacética de un autor cuya vida estuvo dedicada a la escritura, pero no solo a ella. Fue además –describe Medina-Bocos– periodista, profesor, cazador, viajero, ecologista, deportista... y convirtió en literatura sus aficiones, sus viajes, sus preocupaciones y obsesiones sobre su entorno, recogido todo en sesenta títulos de todos los géneros. «Uno de los renovadores de la literatura de posguerra, que fue fiel al realismo aunque en los años sesenta pagase su tributo al experimentalismo imperante con su 'Parábola del náufrago'», explica la estudiosa de la obra de Delibes. Muerte, infancia, naturaleza, conflictos sociales son las constantes de la obra de un autor consciente de asistir al final de una cultura y un modo de vida, pero que no se conformó con ser testigo mudo y levantó acta notarial del vivir cotidiano de las gentes de su tierra.

El especial 'Delibes centenario' del sábado aborda también la relación del autor con Valladolid, su ciudad. Victoria M. Niño recuerda el vallisoletanismo militante del escritor, «plantado en Valladolid, que fue divisa de la ciudad, aunque también marino, viajero, con editor en Barcelona y tentado con oferta de empleo en Madrid». La periodista de la sección de Cultura de El Norte recuerda la declaración de Delibes como hijo predilecto de la ciudad en 1986, bajo el mandato municipal de Tomás Rodríguez Bolaños y las palabras del escritor. «Nada me deben Valladolid ni Castilla. Yo soy el deudor. He tomado personajes, escenarios, argumentos y las palabras con las que mis obras han sido escritas». Tras describirse como «un provinciano cabal y químicamente puro, defendió que «Valladolid ha pagado con creces mi fidelidad».

Comparece a continuación el historiador Enrique Berzal para abordar la figura del Delibes periodista, su relación con un periódico, este, en el que lo fue todo, así como su impulso para recuperar la identidad liberal de El Norte en pleno franquismo.

Y una vez trazado el perfil más académico del Delibes periodista, su figura vista por los periodistas que trabajaban en El Norte cuando el exdirector, ya jubilado, seguía asistiendo los martes a las reuniones del denominado 'consejillo' donde se analizaba la marcha del periódico, del que seguía siendo ávido lector. María Aurora Viloria y José Luis Lera, exredactores de El Norte, y Fernando Herrero, eterno crítico de cine y teatro del diario, recuerdan su trato personal con el escritor, mientras que el hoy director de 'Diario Montañés, Íñigo Noriega, que tuvo el privilegio de asistir a las reuniones del 'Consejillo por su condición de subdirector de El Norte en los noventa, describe alguna de las inquietudes del Delibes periodista ya en retirada.

David F. Arranz repasa las desiguales adaptaciones cinematográficas de las novelas de un autor tan cinéfilo, mientras que Víctor García de la Concha, presidente de honor de la RAE, recuerda en un emocionante artículo el respeto y el cariño que todos los miembros de la Academia sentían por un autor elevado a clásico de las letras españolas.

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