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El turismo inspirado alrededor de las bodegas y el vino está alcanzando unos niveles de sofisticación y calidad que eran casi inimaginables hace unos años ... en Castilla y León. Ahora que los resultados son tangibles, parece que esto haya surgido de un día para otro, como por arte de magia, cuando el único arte que está obrando el milagro es el fruto de un gran esfuerzo y de importantes inversiones para abrir las puertas de las bodegas y mostrar una forma de vida en un territorio orgulloso de su historia y su patrimonio. Al igual que la fe mueve montañas, aquí el espíritu emprendedor –que lo hay– hace lo propio con cordilleras enteras.
Mayor profesionalización, mejores y novedosas instalaciones y propuestas enoturísticas y gastronómicas están consolidándose, convirtiendo Valladolid en un referente del turismo enológico que traspasa fronteras. No hay mala tierra que haga vino, como tampoco hay rica y generosa despensa sin él. Ese todo que es el turismo del vino y la gastronomía que lo acompaña es un suculento atractivo del que dar buena cuenta. Y eso es lo que intentaremos hacer aquí, dar buena cuenta de ello con unos pocos ejemplos, porque, para muestra basta un botón.
Sin lugar a dudas, Castilla y León ofrece un extenso y variado marco para practicar el enoturismo. Alrededor de las instalaciones vinícolas y de los viñedos se dan la mano una excelente gastronomía y un gran legado cultural e histórico. En este caso, el viaje se centra en la provincia vallisoletana. A bodegas tradicionales y a la vez vanguardistas, como Protos en Peñafiel, diseñada por el arquitecto británico Richard Rogers, se suman hoteles, restaurantes y productores locales para tejer una interminable oferta de experiencias que buscan seducir al viajero para que no pase de largo, para que pare y conozca el territorio.
Principiantes, avanzados, profesionales; clásicos, aventureros, hedonistas…, o una combinación de ellos, determinan los múltiples perfiles del turista del vino. En la variedad está el gusto, como el gusto está en algo en lo que sí coinciden todos ellos: el de vivir una experiencia exclusiva. Para responder a esta demanda, las bodegas evolucionan y adaptan sus instalaciones con distintas propuestas turísticas. Una de esas bodegas en constante evolución es Matarromera, que da nombre al grupo familiar. Situada en el municipio vallisoletano de Valbuena de Duero, acaba de realizar una fuerte inversión en sus instalaciones y en el diseño de un novedoso plan turístico, manteniendo su esencia.
Merece otra parada Finca Villacreces, una de las 10 bodegas más visitadas de la Ribera del Duero, que acaba de recibir el premio Travellers Choice Award 2020 de TripAdvisor. Un galardón que otorgan los turistas y que supone un reconocimiento al trabajo realizado en materia de enoturismo por el Grupo Artevino.
La accesibilidad es clave en el enoturismo. Así, una de las actividades que distingue a Bodegas Emilio Moro permite tocar el alma del vino con las manos. La bodega está diseñada para recibir la visita de personas con discapacidad visual, quienes, además de percibir los diferentes olores de las estancias vinícolas y, a través de su piel, las condiciones de temperatura y humedad, con el tacto, pueden apreciar las texturas de los distintos elementos dispuestos a lo largo del recorrido. Para que las instalaciones y dispositivos turísticos sean accesibles, Emilio Moro contó con el asesoramiento de la ONCE. Es de las pocas bodegas del mundo que utiliza la escritura en Braille en sus etiquetas y que, incluso, ha editado una guía de catas.
Situada en el pueblo vallisoletano de Curiel de Duero, Legaris (Grupo Codorníu), presenta una arquitectura en consonancia con el entorno, fundiéndose con los viñedos y aprovechando al máximo la luz natural. El diseño de las modernas instalaciones de Legaris es idóneo para acoger todo tipo de eventos y actividades de enoturismo, algo patente en la amplísima oferta de su programación con propuestas que integran la degustación de sus vinos y de productos selectos con actividades variadas. Incluso el propio edificio forma parte de ese maridaje, una obra del arquitecto Domingo Triay, cuya arquitectura y creación artística se da a conocer durante su visita.
Donde el Duero deja atrás la localidad vallisoletana de Pesquera de Duero, hacia poniente, destaca la arquitectura de Nexus, una bodega de líneas modernas donde también se conjugan los valores tradicionales con los de la innovación. Su filosofía se sintetiza en la siguiente declaración de intenciones: «Ofrecer una experiencia de emociones en torno a la cultura del vino, en un entorno ligado a la tierra y a la tradición, al saber hacer y los valores tradicionales de su paisaje». Si buscas «la armonía perfecta entre vino y gastronomía», Nexus la tiene. Nexus Xperience incluye visitas para grupos reducidos a su bodega de Ribera del Duero, en las que armonizan sus vinos con productos de la tierra.
Junto a las bodegas con más historia a sus espaldas y más consolidadas han ido surgiendo otros proyectos familiares y empresariales que aportan su particular visión del enoturismo. Ese es, por ejemplo, el caso de Bodega Sarmentero que acaba de abrir las puertas de su hotel rural La Tejera junto a las instalaciones de la elaboradora. Esta bodega situada en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Arriba completa el círculo virtuoso que en Ribera del Duero trazan con pulso firme el vino, la gastronomía y el turismo enológico. El hotel refuerza un proyecto vitivinícola familiar y es un puntal más para que los visitantes prolonguen su estancia en la zona y conozcan con más profundidad el territorio. «Se trata de crear una economía circular y ayudarnos todos, porque es el futuro de la zona», explica María López Repiso, copropietaria y enóloga.
También en la provincia vallisoletana, pero en plena Ruta del vino de DO Rueda, Menade pone a disposición de los visitantes otra opción distinta, que cada vez cuenta con más adeptos por estos pagos y muy extendida en zonas vitivinícolas de otros países: degustar sus vinos por copas sin necesidad de reservar en La Cantina de una bodega con seis generaciones de historia.
BODEGA LEGARIS Una apuesta segura para los sentidos
Las visitas con catas y maridajes permiten disfrutar y aprender sobre la elaboración y la crianza de los vinos
Bodegas Legaris permite a los visitantes llevar a cabo sus actividades sin interferencias en la bodega, sumergiéndose en un mundo de sensaciones como las que se pueden experimentar desde su terraza con su propuesta Atardeceres. Mientras el sol se diluye en el horizonte dejando una estela de tonos vibrantes, con las viñas a los pies y como telón de fondo el castillo de Peñafiel, los asistentes disfrutan de una copa de vino y de productos locales tras haber recorrido antes la viña y la bodega, que cuenta con una espectacular enoteca.
Su oferta es amplia: degustaciones de vinos con quesos y chocolates; catas a ciegas para aguzar los sentidos y comprobar hasta qué punto están afinados; en primicia, directamente de la barrica, para apreciar la diferencia entre un vino en creación y uno ya rubricado; verticales para comprobar la evolución en botella del mismo vino de distintas añadas; a través de la cata del vino en barricas, para percibir cómo influye la madera. Con la visita técnica se descubre más a fondo la zona vitivinícola, los vinos de Legaris, y sus nuevos proyectos I+D+i. Con la de enólogo por un día aprenderá a ensamblar vinos. Con Trabajos de Campo, sabrá cómo se poda la viña en invierno.
Tras pasear en bicicleta o almorzar entre viñas, su Casino del Vino pone a prueba a través de juegos y divertidas apuestas, adivinanzas y pruebas. Tapas Lunch-Visita Premium propone degustar sus vinos con canapés, embutidos, queso castellano de oveja, empanada de lechazo, croquetas caseras, pastelitos y café. Una apuesta segura para los sentidos.
BODEGAS EMILIO MORO Un proyecto gastronómico que bebe del terruño
El restaurante de esta elaboradora toma un nuevo rumbo hacia la alta cocina
«Queremos hacer un proyecto gastronómico honesto y conectado con el terruño, en el que la comida y el servicio hagan que nuestros visitantes vivan una experiencia única, disfrutando de nuestros vinos». Esta es la carta de presentación con la que Emilio Moro, bodega ubicada en la localidad vallisoletana de Pesquera de Duero, presenta en sociedad el nuevo aire de su restaurante a través de su propuesta Experiencia Gastronómica.
Una nueva etapa que dirigirá el chef David Pérez Ruiz (Bilbao 1981, Plato Michelin 2020 en restaurante Esencia, de Lanzarote), con la que «situar al restaurante como una punta de lanza de la restauración en la Ribera del Duero», manteniéndose fieles a los valores de la bodega: «Tradición, Innovación y Responsabilidad Social». Una forma de mostrar la responsabilidad social con el entorno es manteniendo platos como el tradicional lechazo asado y apostando por productos locales.
Platos como los raviolis de rabo de toro sobre puré de coliflor, dulce de remolacha y foie fresco; el pulpo braseado sobre humus de garbanzos pedrosillanos, manzana en texturas, cecina de León y pimentón de la Vera; o la merluza rebozada en espirulina sobre patatas a la importancia y fluido de plancton marino, combinan la cocina de la meseta con la atlántica, maridadas con vinos como La Revelía, Emilio Moro, Malleolus, Valderramiro y Sanchomartín.
Además, la bodega propone distintas visitas, todas con degustación de sus vinos. Una de ellas permite apadrinar una cepa del viñedo solidario, una acción destinada a apoyar causas en las que participa la bodega.
BODEGA NEXUS Tapeo y chateo que bien valen la capitalidad del reino
Desde el hotel de Valladolid se organizan excursiones para visitar los viñedos y las bodegas de Ribera del Duero y Toro
Pesquera de Duero ocupa una ubicación estratégica para adentrarse en la Ribera del Duero, por la milla de oro de la DO, como estratégica es la situación del Nexus Suites & Hotel para hacer lo propio en Valladolid. Desde este confortable y lujoso establecimiento hotelero, con vistas a la iglesia de Santa María de La Antigua –en la calle Solanilla–, se accede al corazón histórico de la que fue capital del reino y ahora también lo es, pero de las placenteras sensaciones: las que proporcionan los sabores de las tapas y pinchos que bien merecen el reino de los cielos gastronómicos en la tierra vallisoletana. Sin casi salir del hotel, reciben al viajero unos excelentes anfitriones como son el teatro Calderón, la catedral, la plaza de la Universidad y la de San Pablo, la Plaza Mayor....
Todo un despliegue de historia y arte que conquista el sentido de la vista a unos pasos de que otros sentidos, el del gusto y el olfato, caigan rendidos ante las pequeñas exquisiteces que salen al paso, literal, en el periplo por el entramado de establecimientos hosteleros de la zona centro que hacen del pincho y la tapa todo un arte.
El establecimiento de cuatro estrellas cuenta con su propio sanctasanctórum enológico: un magnífico 'wine bar' donde catar los vinos de sus bodegas: Nexus (Ribera del Duero) y Frontaura (DO Toro). Desde este hotel boutique –que reabrirá sus puertas en enero–, también organizan excursiones para visitar sus viñedos y bodegas, y catar sus vinos sobre el territorio, terreno abonado para grandes vinos con los que, de vuelta a la capital, redondear una jornada de tapeo y chateo.
BODEGAS MENADE Si recibe una botella con un mensaje dentro, irá de visita
Las hondas raíces vitivinícolas familiares permiten conocer las instalaciones construidas en 1820 en La Seca
Si solo están de paso o son de los y las que van directamente al grano, es decir, a catar, están de enhorabuena si pasan frente a las instalaciones de Bodegas Menade, situada junto a la localidad vallisoletana de Rueda. Allí, entre otras actividades, podrá degustar sus vinos en La Cantina, el 'wine bar', sin tener que reservar o contratar una visita más amplia.
Si les apetece profundizar en la filosofía con la que esta bodega elabora sus vinos, desde el viñedo a la copa, la elaboradora dispone de su propio programa enoturístico, con catas acompañadas de productos locales, y con alternativas para vegetarianos y veganos, como el delicioso pan de Rueda y el aceite de oliva de la propia bodega, AEVA, elaborado con aceitunas de Rodilana. Si el cliente lo solicita también sirven catering.
En pocas bodegas podrán realizar una visita como en Menade. Las hondas raíces vitivinícolas familiares, que se remontan a seis generaciones de Sanz, permiten contratar Menade by Secala y así conocer la bodega construida por la primera generación en 1820, en La Seca.
De vuelta a las modernas instalaciones de Rueda, se muestran los procesos de elaboración y, en el viñedo, el tipo de viticultura que practican, la ecológica; y el jardín hotel de insectos y la granja de Menade, cuyos huéspedes contribuyen a cuidar y a enriquecer la biodiversidad del terreno con el fin de no utilizar productos químicos. También puede regalar una visita a la bodega para dos personas, regalo que se entrega a domicilio junto a una botella con un mensaje para degustar, el que transmite el buen verdejo contenido en ella.
BODEGA SARMENTERO Vivir el mundo del vino desde dentro, en una bodega
El nuevo hotel rural La Tejera conjuga el alojamiento con el vino y los productos de la zona
La pasión define e impulsa el rumbo del proyecto familiar de Bodega Sarmentero, que acaba de inaugurar su hotel rural La Tejera en una nueva muestra de implicación con su pueblo, Quintanilla de Arriba, y con el entorno. Pasión que transmiten a cada uno de sus visitantes. Un amor incondicional por un proyecto que empezó en 2004 con tan solo una barrica y 300 botellas.
«Mis padres, mi marido y yo. Nosotros lo hacemos todo, incluso las visitas, eso a la gente le gusta muchísimo», señala María López Repiso, copropietaria y enóloga. El hotel (adherido a la Asociación Española de Turismo Seguro Responsable y Sostenible) dispone de seis amplias habitaciones, en un entorno tranquilo, y ofrece alojamiento, vino y gastronomía.
«Es muy bonito vivir una bodega. Vivir el vino desde dentro y acompañarlo de la comida para mí es una de las mejores experiencias». La bodega y el hotel están conectados a través de un amplio patio compartido. Proponen visitas –también en inglés– y suculentas combinaciones y maridajes con los productos próximos como protagonistas. «Nos gusta trabajar con productos de la zona; tenemos verduras ecológicas, tomates de Piñel de Abajo, quesos de Valladolid, aceite de oliva de aquí, de Quintanilla. Creemos que la gente cuando viaja quiere probar los productos de la zona».
Quesos, ibéricos, chocolates que elaboran ellos mismos, conservas selectas y ensaladas armonizan con sus tintos, su rosado y su verdejo, y, pronto, con un nuevo y muy especial vino: The Branch. Ensamblajes que están abiertos a las nuevas sensibilidades, como la vegana.
BODEGA FINCA VILLACRECES Placeres para todos los sentidos
Sus propuestas fusionan naturaleza, música, fotografía y cocina con la cata de sus vinos
Finca Villacreces recibió en 2019 más de 5.000 turistas, atraídos por la diversidad de unas actividades que fusionan naturaleza, música, fotografía, cocina y la degustación de sus vinos de Ribera, Rueda, Toro y Rioja Alavesa. Propuestas muy singulares como el Día Pruno (su vino icónico). Se trata de un 'wine festival' con música en directo, gastronomía con 'food trucks' temáticos, degustaciones de productos gourmet y 'wine bar'.
El picnic sobre ruedas permite realizar un recorrido de 4,5 kilómetros por la finca en 'e-bikes', bicicletas que incorporan una completa cesta para dos personas con una botella de Pruno y una selección de productos gourmet. 'Bike & Brasas' es una experiencia que permite descubrir la finca también a través de paseos en bicicleta y un almuerzo campestre, con la degustación de pinchos de lechazo, así como mesas temáticas de quesos, embutidos y vinos. En el Taller de Sushi y Vino un chef especializado prepara distintas piezas orientales en directo, armonizadas con diferentes vinos de Ribera del Duero y de Rioja. 'Pruno Sunset' se celebra al caer la tarde con productos gourmet, pinchos de lechazo y vinos de Ribera; un dorado brindis con la caída del sol y música Dj. En el 'wine bar' se puede disfrutar de sus vinos por copas, tanto en interior como en terraza, acompañados de una selección de tapas frías. En otro taller se armonizan vinos de las cuatro denominaciones en las que elabora el grupo Artevino con quesos de esas mismas zonas geográficas. La fotografía también tiene su cabida con un rally para retratar uno de los rincones con más encanto de la Ribera.
BODEGAS PROTOS Un espectáculo audiovisual para relatar su esencia
La realidad aumentada a través de animaciones y recreaciones en 2D y 3D permite al visitante conocer su historia
La visita a Bodegas Protos es un aperitivo ideal para hincar el diente a la localidad vallisoletana de Peñafiel. Desde su fundación hace 93 años, sus vinos han sido excelentes compañeros de viaje del plato típico de la zona: el lechazo asado. Peñafiel, Protos y lechazo «es uno y trino», que diría uno de los personajes del genial José Luis Cuerda en 'Amanece que no es poco'. Protos es un clásico en la villa del río Duratón, pero también es innovación, desarrollo y crecimiento constante por el espíritu emprendedor heredado de sus once fundadores. Es tradición y vanguardia en la elaboración y en sus propuestas enoturísticas, un terreno que pisa firme con 40.000 visitantes en 2019. Es la bodega más visitada de la Ruta del Vino Ribera del Duero.
Pionera en Ribera del Duero, su última propuesta turística es un espectáculo audiovisual, un 'videomapping 360º' con el que arranca la visita a sus instalaciones, sumergiendo al visitante en la historia de la bodega a través de animaciones y recreaciones en 2D y 3D fusionadas con música envolvente. Realidad aumentada para relatar su esencia y que supone un paso más en su objetivo de innovar para ofrecer nuevas sensaciones enoturísticas y experiencias únicas. El 'videomapping' comienza con un peculiar pintor que sale de la pared y, trazo a trazo, define la primera etiqueta, que reza: Bodega Ribera Duero. Sí, así se bautizó la originaria cooperativa en 1927. Después, en los 80, cedió el nombre a la Denominación de Origen. El audiovisual hiperrealista avanza hasta proyectar cada una de las referencias vínicas y las bodegas de las que surgen.
BODEGAS FAMILIARES MATARROMERA Enoturismo de 360º concebido como un todo
La elaboradora completa su oferta con el restaurante La Espadaña y el Hotel Rural Emina
Ubicada en la milla de oro de la Ribera del Duero, en un perfecto ensamblaje de sus vinos, su historia y tradición vitivinícola, y el patrimonio de la zona, Matarromera ha desarrollado un proyecto de interiorismo en el que el diseño de las instalaciones está concebido como un todo integrador.
El Jardín Varietal, la Plaza de la Balconada, la Sala de los Insignes y la de El Legado son algunos de los nuevos espacios que respiran Esencia Matarromera, nombre que integra el proyecto bodeguero. Se han diseñado dos tipos de visitas para todo tipo de público, denominadas Origen y Legado. La elaboradora también se abre a celebraciones privadas, eventos, presentaciones y reuniones de empresas, y da opción a que en sus instalaciones se pueda atender una inquietud cada vez mayor, como es catar vinos en exclusiva. Su bodega histórica posibilita degustar todas las añadas y referencias, permitiendo así acceder a vinos que de otra forma es prácticamente imposible.
Bodegas Familiares Matarromera completa su oferta con el restaurante La Espadaña y con el Hotel Rural Emina, formado por dos casas ubicadas en Valbuena de Duero. El hotel se encuentra a escasos minutos de otras de sus dos bodegas visitables, Emina y Rento. El complejo se compone de dos edificios con un total de 17 habitaciones. Emina Tradicional conserva la imagen de la antigua Casa Rural Emina, ubicada en una casa castellana del siglo XVIII rehabilitada. Emina Premium presenta un diseño más innovador y moderno y una de sus habitaciones está adaptada a personas con movilidad reducida.
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