![La trucha, reina en las aguas dulces y la cocina](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202104/24/media/cortadas/erika2-kAvF-U1401300793145CE-1968x1216@El%20Norte.jpg)
![La trucha, reina en las aguas dulces y la cocina](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202104/24/media/cortadas/erika2-kAvF-U1401300793145CE-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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Dice el refrán que 'A río revuelto, ganancia de pescadores', pero en el caso de la recientemente inaugurada temporada de pesca en las aguas trucheras de la comunidad, lo importante es que el agua esté fría y sea de calidad. Este pescado azul de temporada regresa con fuerza a la gastronomía popular que mantiene el encanto de recetas tan populares como la sopa de trucha y que, además, mira más allá con sugerentes propuestas que van desde una tapa hasta originales presentaciones con aires orientales. En este paseo para descubrir las posibilidades culinarias de este producto recorremos las provincias de León, Burgos y Palencia, que gozan de una importante tradición truchera.
Y si hay una provincia vinculada especialmente a este pescado de la familia de los salmónidos, es León. Data del año 1624 'El libro de adereçar y adobar plumas para pescar truchas', escrito en Astorga. Una tradición ligada indiscutiblemente a la gastronomía y que popularizó las aclamadas sopas de trucha en las que tampoco falta otro elemento tradicional de la zona, el pimentón. «Unas sopas que se comen con tenedor, aclara la cocinera Noelia García que se ocupa de los fogones del restaurante Villanueva de Carrizo. El establecimiento se ubica en la piscifactoría del mismo nombre que el pueblo en el que se encuentran, a media hora en coche de la capital leonesa.
Noelia García, cocinera del restaurante y piscifactoría Villanueva de Carrizo, Carrizo (León), es la autora de esta tradicional receta leonesa.
El restaurante de ambiente familiar Villanueva de Carrizo, especializado en cocina casera y tradicional, destaca por su espectacular sopa de trucha. Ubicado en la piscifactoría del mismo nombre, se ha convertido en una parada obligatoria para disfrutar de este popular plato. Este plato típico de la cocina leonesa se sirve en cazuela de barro y se come con tenedor. En primer lugar, Noelia García prepara un sofrito con pimientos rojos y verdes y cebolla. Después, introduce los trozos de trucha sazonados con sal en la sartén. A continuación, añade laurel y cubre las truchas con pimentón. Vierte un poco de vino blanco y agua y, cuando hierva, lo deja reposar unos minutos. Cubre el fondo de una cazuela de barro con rebanadas de pan duro y vierte la sopa poco a poco para que vaya empapando la miga y, en último lugar, dispone la trucha coronando el plato. La piscifactoría dispone de un lago, donde niños y mayores pueden pescar truchas para llevar o para degustar en el restaurante.
La versatilidad de la trucha es bien conocida por los amantes de este pescado, escabechada, en ensaladas, al horno o frita convencen con un sabor propio que marca la diferencia con otros pescados. «Si sacas los lomos puedes jugar con los filetes, aunque a veces cuando le sacas la espina quedan muy finos. Por eso tiene que ser una trucha que esté criada con su tiempo para que los lomos sean más gorditos», aconseja.
La trucha que reina en las aguas de los ríos de Castilla y León es pescado saludable y con muchas proteínas. Sin embargo, esta bióloga de formación lamenta que «a veces la gente no valora lo bueno que es porque lo consideran de segunda. Siempre los pescados de río se han considerado como inferiores. No tiene una prensa tan buena. Aunque afortunadamente esa idea está cambiando». De hecho, la trucha se ha colado en los fogones del restaurante con estrella Michelin Pablo, que dirigen Juanjo Losada y Yolanda Rojo. Una cocina cuidada y con mimo que consigue ensalzar los productos de su tierra en cada una de sus creaciones.
Juanjo Losada, jefe de cocina y copropietario del restaurante Pablo (León), con una estrella Michelin y un sol Repsol, utiliza el producto de zona y temporada para elaborar los platos de sus menús degustación vanguardistas, en este caso la trucha.
El chef invita al comensal a realizar un recorrido gastronómico por toda la provincia de León –aunque no solo– y sus alrededores a través de sus productos más emblemáticos, tratados con el máximo respeto. Así que no podía faltar un producto típico de la zona, la trucha del Órbigo. En este caso la trucha de siete años y siete kilos procede de la piscifactoría Villanueva del Carrizo. El jefe de cocina destaca su calidad y sabor debido a la alimentación cuidada que recibe con piensos vegetales preparados con los mismo que comen las truchas en los ríos leoneses, como el Órbigo o el Esla. La trucha está preparada a baja temperatura y va acompañada con una emulsión que elabora con el colágeno del propio pescado de agua dulce, tocino ibérico laminado, ligeramente calentado, y huevas de trucha.
En esta línea, Noelia insiste en que «la calidad es fundamental». Por este motivo, en la piscifactoría de Villanueva de Carrizo optan por una alimentación manual y diaria para que solo consuman lo que necesitan. «No se trata de alimentar, engordar y vender. De aquí no salen a la venta hasta el año y medio o dos frente a los siete u ocho de otro tipo de criaderos». Y el resultado final se confirma en el plato cuando salen recién hechas unas estupendas sopas de trucha servidas en cazuela de barro.
En el fondo, las rebanadas de pan bien empapadas del caldo de la cocción de la trucha con un sofrito de cebolla, pimiento rojo, verde y un poco de vino blanco, laurel, agua y pimentón. La trucha se coloca encima de la sopa. Pero «es cierto que mucha gente las come migadas. Primero sacan al plato la trucha le quitan piel o espinas y luego le añaden el pan y se lo comen todo junto», aclara Noelia.
La cocinera Gemma de Domingo, de restaurante hotel Torremillanos de Aranda de Duero (Burgos), elabora 'Panipuri de trucha ahumada', con la que recibió una Mención Especial en el I Campeonato de Pinchos y Tapas de Castilla y León 2020, que se celebró en Palencia.
Esta tapa consiste en un relleno de cremoso intenso con trucha ahumada aderezada con un encurtido de verduras. Para aportar a este pescado un sabor profundo se utiliza la técnica del ahumado con sarmiento, según explica la cocinera. El resultado son unos lomos de trucha perfectamente cocinados y con intenso aroma a madera, perfecto para maridar con un buen vino. En cuanto al panipuri es una masa crujiente, redonda y hueca, típica de Asia, que se fríe como los buñuelos. Así que podría describirse como uno buñuelo relleno de trucha ahumada que, además, lleva una crema a base de chalota caramelizada y kimchi y que se come de un bocado osado y divertido, destaca la jefe de cocina del restaurante del hotel ubicado en la bodega Finca Torremilanos, ubicada en el corazón de la Ribera del Duero burgalesa, y una de las fundadoras de la DO.
Para Gemma de Domingo del hotel Torremilanos de Aranda de Duero (Burgos), los recuerdos de la infancia están ligados a su pueblo, Hortigüela del Arlanza. «Recuerdo de pequeña ir con mi tío de pesca. Entonces había mucha pero ahora creo que el río está más contaminado», explica. Le rindió su particular homenaje a este agradecido pescado azul, que «es como el pollo, lo hagas como lo hagas, está bueno» con la tapa 'Panipuri de trucha ahumada' con la que participo en el I Campeonato de Pinchos y Tapas de Castilla y León, y que bien merece tomarse con un buen blanco fermentado en barrica de Ribera de Duero, tan de moda en estos momentos.
«Elegí la trucha, porque es un pescado lleno de sabor, muy versátil, pura proteína, con poca grasa, color intenso y que hace que sea fácil que se lleve el protagonismo de cualquier plato y, además, es muy económico», argumenta la cocinera. Para esta original presentación optó por la técnica del ahumado con sarmiento para conseguir un intenso aroma a madera, perfecto para acompañar con un buen vino de la zona. Esta será la base del relleno del panipuri que es una masa crujiente redonda y hueca que se fríe como los buñuelos. La mezcla interior se completa con una crema a base chalota caramelizada y kimchi (una fermentación de verduras) y un encurtido suave a base de kimchi, lima y soja. «A algunas verduras como la chalota, la zanahoria y los cherry picados muy finitos se les añade ralladura de lima, que ayuda a arrastrar, limpiar y dar frescura frente a la intensidad de sabor que nos da la trucha y el ahumado», indica.
Erika Sánchez, del restaurante La traserilla (Palencia), ligada por familia a uno de los emblemas de la gastronomía de la capital palentina, propone una oferta gastronómica evolucionada con claras raíces tradicionales que se fusionan con otras cocinas.
El pescado de río se adapta sin problema a las nuevas tendencias culinarias en las que se apuesta por una fusión de producto de la tierra con toques más orientales. En esta línea, la cocinera Erika Sánchez elabora para Degusta Castilla y León uno de sus exitosos 'poke con carne de trucha'. A una base de quinoa le suma, trucha fresca, trucha ahumada y huevas de trucha, acompañadas de un surtido de cebolla roja, mango, aguacate, puntas de espárrago de Tudela de Duero como producto de temporada, unas algas y un aliño de anisados (eneldo, cilantro, apio, hinojo). Para rematar, utiliza un poco de sésamo, salsa de soja y mahonesa de kimchi. El toque picante lo pone con un poco de guindilla, a la que se suman los sabores cítricos de la lima. Una refrescante explosión de sabor en boca.
No importa si se trata de recordar los sabores de toda la vida con recetas de siempre o de probar cosas nuevas en platos fusión. En la capital palentina, Erika Sánchez, del restaurante La Traserilla, apuesta por los pokes, un plato de origen hawaiano que «tiene muy buena aceptación». Se trata de un bol con base de arroz o quinoa y una combinación de pescados, verduras y frutas.
Para esta ocasión, opta por mezclar trucha, trucha ahumada y huevas de trucha, que sustituyen a atún y salmón. «Ahora no trabajamos mucho la trucha, pero sí recuerdo que cuando era pequeña mi abuela servía trucha con almendras cuando había celebraciones de bodas», explica, mientras se dispone a montar el plato.
Primero, coloca la quinoa y, sobre ella, ocupando secciones triangulares, el resto de los ingredientes. Una fila de cebolla roja cortada, mango y aguacate con unas puntas de espárragos de Tudela; por otro lado, unas algas marinas y después las tres variedades con trucha. El toque final lo aporta una salsa de soja, una mahonesa de kimchi, un aliño de anisados (eneldo, cilantro, apio, hinojo) y un poco de sésamo. ¡Ah! Por su puesto este poke de trucha también se presenta picantón, con unas guindillas sustituye al pimentón.
El 20 de marzo se dio el pistoletazo de salida a la temporada de pesca de trucha en Castilla y León. Primero fueron las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid y, a partir del día 27, se incorporaron el resto, Burgos, León, Palencia, Soria y Zamora.
Una temporada que esperan con ganas los amantes de esta práctica y que han visto que, como consecuencia de la Covid-19, se ha cancelado por segundo año la Semana Internacional de la Trucha en la provincia de León. La Junta de Castilla y León acordó la suspensión de la 54 edición, prevista entre del 4 al 13 de junio.
En cualquier caso, hay que recordar que, tanto en las aguas de acceso libre trucheras como en las aguas de acceso libre no trucheras, hay que devolver al río las truchas comunes pescadas, aunque den la talla o medida.
Una de las recomendaciones para evitar dañar la especie es sujetar el pez suavemente bajo el agua, con la boca aguas arriba y moverlo despacio adelante y atrás. De esta forma, se facilita que el agua circule por sus branquias y se oxigene. Cuando el pez se recupere y quiera escapar, se suelta. Por otro lado, también se puede probar suerte en piscifactorías como la de Villanueva de Carrizo, que dispone de espacio para que niños y mayores puedan pescar su trucha y, si quieren, degustarla en el mismo restaurante.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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