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No sin mi café. Para muchos no se entiende arrancar el día sin un café mañanero con el que entrar en calor y cargar las baterías para toda la jornada. Hoy en día basta con coger una pequeña cápsula y hacer clic para que en ... un par de minutos rebose esta bebida en la taza. Si bien es cierto que las máquinas de café han vivido una gran evolución tecnológica, hay también quien opta por recuperar o por lo menos mantener su elaboración de forma artesanal.
Juan Carlos Martín preparara y explica para Degusta la receta de pueblo que de boca en boca se ha ido manteniendo en la zona de San Román de Hornija. Se trata del café de puchero. Es cierto que la elaboración es sencilla pero también que son necesarios elementos y utensilios que no todo el mundo tiene en casa.
Para comenzar, hará falta un buen fuego con madera de encina. «Es muy importante que la brasa sea de encina porque no tiene nada que ver la brasa de encina con otra leña», explica. Insiste porque la brasa forma también parte del proceso. Se calienta el agua en un puchero de barro de pereruela y cuando esté hirviendo se retira hacia la zona con menos fuerza de calor. A continuación, se echan tres cucharadas colmadas de café, «se puede utilizar el que uno quiera, arábigo, de Colombia, africano... pero hay que tener cuidado con la primera cucharada para que no se desborde», aconseja.
Y es que el agua alcanza una temperatura muy alta de hervido por lo que habrá que esperar unos segundos entre cucharada y cucharada. Una vez que ha bajado la ebullición del café se introduce unos segundos una brasa en el puchero y se saca. Esta operación se repite dos veces más, «con este proceso el café queda muy y con un sabor increíble», apunta.
Después se deja reposar el café durante cinco minutos y se filtra a otra cafetera, que en este caso también será de barro de pereruela, con la ayuda de un filtro de tela. « Como todo es barro, el calor se conserva de forma permanente. Hay que tener cuidado con no abrasarse la mano», aconseja. Para mantener la tradición, apunta Juan Carlos Martín, se recomienda utilizar también para beber un pequeño pucherito de barro. Eso sí, el toque final de este café de puchero corre a cargo de «un chorrito de aguardiente de 50 grados macerado con uvas pasas durante un año», propone Martín porque servirá para « potenciar el sabor al ser un café suave con mucha agua», concluye.
Ingredientes Puchero de barro de pereruela, café, aguardiente
Proceso Se hierve agua en puchero de barro al fuego. Después se echan tres cucharadas de café por dos litros de agua. A continuación se introducen y se sacan tres brasas en el recipiente para tostar el café. Se deja reposar durante cinco minutos y se cuela utilizando un filtro de tela. Para finalizar se sirve en un pequeño puchero de barro y se le añade un chorrito de aguardiente. En este caso será un aguardiente de 50 grados macerado con uvas pasas durante un año.
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