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El sector del vino representa un pilar básico de la economía de Castilla y León. Más de mil millones de euros de facturación anual y 19.000 empleos, repartidos entre viticultores y 650 bodegas, dan idea de la dimensión de este sector. Pero si hay algo que define al vino de la región es la calidad, con 14 denominaciones de origen protegidas, a las que se suma la Indicación Geográfica Protegida Vino de la Tierra de Castilla.
La apuesta por el sector del vino, en todo su proceso, queda patente en las diferentes acciones promovidas desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl). Una de las más destacadas y recientes ha sido la II edición del Duero International Wine Fest, el mayor congreso vitivinícola de España.
Esta cita sirvió para mostrar la importancia de la cuenca portuguesa del río a través de un viaje por sus elaboraciones y paisajes, y congregó en Valladolid a los profesionales más importantes del sector de dentro y fuera de nuestras fronteras, para tratar el potencial, impacto, repercusión y futuro de la Comunidad.
Este punto de encuentro de todos aquellos que tienen algo que ver o decir en el mundo del vino, sirvió además, para presentar los resultados de un proyecto que inició la Junta de Castilla y León años atrás para la recuperación y caracterización de variedades minoritarias en peligro de extinción de la Castilla y León y que ha permitido la localización de un gran número de ellas hasta determinar la importancia de unas 25 nuevas, ni registradas ni reconocidas oficialmente. De todas ellas, 14 presentaban muy buenas cualidades enológicas o agronómicas y también de adaptación al cambio climático en sus lugares de procedencia, uvas capaces de funcionar bien en el viñedo y formar parte de un ensamblaje, diferentes entre ellas y también distintas a las variedades ya establecidas.
Este programa de recuperación de variedades minoritarias ha favorecido que zonas productoras tradicionales como la DO Bierzo incorpore a su pliego de condiciones las vinificaciones con estaladiña y merenzao, la rufete blanco serrano en la DOP Sierra de Salamanca, y que otras variedades como la Puesta en Cruz, Gajo Arroba y Tinto Jeromo puedan formar parte del abanico de catas recuperadas de la extinción y permitidas para elaborar vino en la DO Arribes, o la Negro Saurí en la DO León.
Tinta Cenicienta
Otras variedades como la tinta Cenicienta, localizada en la DO Rueda, y con muy pocas cepas, está en peligro de extinción real. Es una variedad totalmente nueva de la que se dispone de un clon certificado y muestra un enorme potencial para vinificar vinos de enorme potencial y personalidad.
Esta iniciativa ha servido como palanca de impulso para poner en valor la calidad de los vinos y la importancia de la variedad del terruño de Castilla y León y la riqueza del territorio bañado por el Duero y sus afluentes.
Castilla y León es la tercera comunidad autónoma en superficie vitícola en España (por detrás de Castilla la Mancha y Extremadura) y la segunda que más vinos de calidad vende, con un 26% de cuota de mercado. Uno de cada cuatro vinos de calidad en España es de Castilla y León.
El vino se ha convertido desde hace años en el mejor embajador de la agroalimentación de esta tierra y uno de los productos con mayor pujanza en el mercado electrónico de la marca de carácter regional Tierra de Sabor.
El sector del vino es un pilar básico, económica y socialmente, por su pujanza en los mercados, por su dinamismo y por su proyección de futuro.
A la solera y antigüedad de varias de las denominaciones de origen de la región se han sumado otras nuevas en los últimos tiempos. En concreto, a primeros de este mismo mes de noviembre, la Comisión Europea publicó la aprobación de la solicitud de inscripción del vino de Urueña (Valladolid) en el Registro de Denominaciones de Origen Protegidas (DOP). De esta manera, la CE da respuesta a la solicitud promovida por Pago Heredad de Urueña, de la familia Rodríguez León, cuya bodega y viñedos son los únicos protegidos por la nueva denominación de Origen en el término municipal de Urueña, en la provincia de Valladolid, «en una zona perfectamente adaptada a la viticultura y con condiciones ambientales muy favorables para la producción de vinos de calidad».
De este modo, esta nueva indicación de Castilla y León se incorporará a las 1.177 denominaciones de origen protegidas de vinos, cuya lista está disponible en la base de datos europea eAmbrosia.
Las exportaciones de los vinos de Castilla y León cotizan al alza y a pesar del contexto actual, en 2020 se exportaron vinos por un valor de 167 millones de euros. Castilla y León contaba en ese momento con 14 figuras de calidad, ahora ya son 15, que abarcan una superficie de en torno al 90% de las más de 70.000 hectáreas plantadas en la comunidad.
Actualmente se exporta a 105 mercados del mundo, acumulando el 60% en cinco grandes países: Suiza, Alemania, Estados Unidos, Países Bajos y México. Esa presencia internacional la certifican los sumilleres de la región que se mueven por todo el mundo, como Pablo Martín, que acaba de regresas de Chipre donde se ha encontrado vinos de la DO Ribera del Duero.
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