Taller de minichef para un sábado divertido

En esta ocasión, se ha apostado por un taller de cocina, o como dicen los niños participantes: «un concurso de MásterChef». Una actividad que va mucho más allá de aprender a cocinar y que profundiza también en pruebas que fomentan el conocimiento de los alimentos y sus propiedades. Todo ello, a través de una intensa y pensada yincana, que consigue mantener en vilo y activos a los participantes.

Eso sí, el primer paso antes de comenzar consistirá en que cada minichef se elabore su propio gorro de cocinero. «Además, cada cual se lo decora en su estilo y a su gusto, hay que dejarles expresarse», detalla Lydia Martínez, responsable de OcioDuero. Cuando el complemento imprescindible está listo, es hora de empezar a competir. «Nos dividimos en cuatro equipos para llevar a cabo los juegos. Después, a través de varias pruebas relacionadas con los alimentos, como compra, recetas y acertijos, descubrimos cuál es el equipo más apto para cocinero», desvela. Cada equipo está identificado con un color: azul, verde, amarillo y rojo. Siempre con una máxima, lo importante es participar, aprender y, sobre todo, pasar una amena tarde de sábado de otoño.

«Después de completar esas intensas pruebas y superada la tensión, llega el momento de cocinar. Elegimos recetas sencillas y divertidas a la vez, se hacen rápidas y con un resultado gracioso», explica Lydia. En esta ocasión, se ha elegido, por una parte, la realización de un erizo con un quesito y unos cereales de decoración. Por otro lado, haciendo un guiño a la época micológica, se culminan dos setas elaboradas con queso de Burgos coronado por tomatitos cherrys. Ha sido una hora y media de risas, aprendizaje y compañerismo. De momento, el taller de MasterChef ha terminado, pero los pequeños esperan nuevas entregas ya sea de cocina o de otras alternativas como manualidades o patinaje.