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Las croquetas del Bar El Corcho, una de las reinas de la noche de tapas en Valladolid. Alberto Mingueza

El sueño de una tapa de verano

Las terrazas se llenan con el buen tiempo y el desarrollo de una cultura gastronómica que gana adeptos entre los de 'casa' y los turistas nacionales y extranjeros

Juan J. López

Valladolid

Sábado, 21 de julio 2018, 18:58

Tomás y Thomas. Vallisoletano e inglés comparten algo más que el nombre. Pese a que a les separan más de 1.600 kilómetros –la distancia entre Colchester y la ciudad que cimentó hace siglos un conde de apellido Ansúrez–, ambos se pirran por su pasión gastronómica. Esa que esta noche les ha invitado a «cenar, se dice, ¿no?», acierta a articular el turista británico, que no ha terminado la frase cuando se dispone a dar un bocado al tartar de solomillo con salsa de pimienta en una de las barras de la Tasquita.

Thomas, al igual que su homólogo local, sabía muy bien qué tenía que pedir y dónde en su escapada a Valladolid. «Los extranjeros, pero también los turistas del resto de España, ya saben que si vienen a la Tasquita, tienen que pedir el solomillo, la tortas de gambas... Vienen a tiro hecho gracias a las redes sociales y las páginas de recomendaciones», afirma Vidal Oliveros, representante de uno de los locales más conocidos de una cultura gastronómica que se extiende y que alcanza su cénit estos días con la llegada del buen tiempo. «No apetece quedarse en casa, aunque nosotros somos de los que, por ejemplo, aprovechamos todos los jueves», afirma Tomás Caro-Patón, con el asentimiento de su mujer Ana.

Los dos trazan una ruta, con paradas señaladas, como la realizada en el Bar Castivera, en la calle Alarcón, en la que los torreznos son casi una experiencie religiosa, que cantaría Enrique Iglesias, aunque en este caso sean los tocinillos fritos los que se repiten más en los platos que cualquier mal llamada canción del verano.

Podría ser un comienzo en una terraza que certifica que es la reina de la temporada estival. Rabas de calamares, con apellido de Santander; tapas que evocan toponimias no tan lejanas, como cuando se pide una ración de patatas revolconas, y casi se vislumbra la muralla de Ávila. «Los productos de la tierra y con denominación tienen un plus», afirma Justo Díez, propietario del Castivera, quien admite que «con el buen tiempo, se nota que hay más gente». «La terraza funciona muy bien, sobre todo por la noche», añade su pareja, Yolanda Torés.

Ruta de tapas por Valladolid. Alberto Mingueza
Imagen principal - Ruta de tapas por Valladolid.
Imagen secundaria 1 - Ruta de tapas por Valladolid.
Imagen secundaria 2 - Ruta de tapas por Valladolid.

Pimientos del Padrón y un sinfín de tortillas de patata, otra de las tapas por las que perderse en el corazón de Valladolid. «Cada vez hay más extranjeros. Muchas parejas de personas ya de una edad en las que la gastronomía tiene también un peso muy importante a la hora de visitar la ciudad», agregan desde el Castivera. Una afirmación con la que asienten en cualquiera de las otras paradas de la ruta de esta noche.

En el Tabancos, en la plaza de la Rinconada, con un claro influjo andaluz, el visitante puede iniciar su menú con un salmorejo con jamón ibérico y un chorrito de aceite de oliva virgen extra; u optar por una tapa de humus con pipirrada, a las que acompañar con unas gambas de Huelva.

En el mapa de Tomás, al que también se suma Thomas, el Bar Corcho es otro de los imprescindibles. «Vienen y no has dicho 'hola' y ya te han pedido las croquetas», afirma Sara Rico, quien, justamente, atiende a un grupo de jóvenes de Madrid, quienes se han plantado en el establecimiento tras seguir las huellas de una de las decenas de rutas de Internet en las que el Corcho está bien destacado.

Comida, cena, cultura, gastronomía y una experiencia socializadora en el sueño de una tapa de verano que gana adeptos dentro y fuera de casa.

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