El Día de las Montañas en Castilla y León: nueve ascensos mágicos

Castilla y León es una de las zonas de la Península Ibérica con más superficie montañosa. Áreas, como los Picos de Europa, con estatus de Parque Nacional y uno de los referentes para el alpinismo y la aventura en el continente, forman parte del territorio castellano y leonés con varias cumbres de más de dos mil metros.

También en la comunidad se encuentran otras cimas muy representativas y, sobre todo, visitadas, como la sierra de Guadarrama, en Segovia; o Gredos, en Ávila, con una gran afluencia.

Como cada 11 de diciembre desde el comienzo del milenio -en concreto desde 2003-, se celebra el Día Internacional de las Montañas, promovido por Naciones Unidas y con el objetivo de su conservación. De hecho, las montañas albergan el 15% de la población mundial, y dan cobijo a un cuarto de los animales y plantas terrestres, además de suministrar agua dulce para más de la mitad de la humanidad.

Este año, la celebración va unida a la importancia de las montañas para los jóvenes y recalca las dificultades que afronta este sector cuando vive en las zonas más altas del planeta, que casi siempre lleva aparejada la emigración. Esta migración a su vez acarrea el abandono de la agricultura, la degradación del suelo y la pérdida de valores y tradiciones culturales.

Naciones Unidas plantea este problema a nivel global, pero lo cierto es que su mensaje está muy de actualidad en nuestro país y en Castilla y León, con el fenómeno de la España Vaciada y el cambio climático.

En la comunidad, con gran variedad de zonas montañosas, hemos destacado nueve áreas, una por provincia, a modo de homenaje a todas esas personas que viven en estas áreas y que luchan por su preservación.

Se puede realizar un recorrido circular de 22 kilómetros y 1.200 metros de desnivel positivo con salida y llegada en el municipio de Sotalbo. Se trata de una ruta que alterna pinos centenarios en las zonas más bajas del trazado, con áreas de pedreras y grandes rocas en los aledaños del Pico Zapatero (2.158 metros), justo en la mitad del recorrido (kilómetro 10), incluido un espectacular cresteo a más de 2.000 metros. Zonas como el arroyo El Picuezo, la propia cima del Pico Zapatero, la fuente Cabeza del Gallo o el Castillo de Manqueospese, en la recta final, otorgan un variado paisaje al visitante.

Situado en el corazón de la sierra de la Demanda, tiene como cima el pico San Millán, cumbre más alta de la provincia de Burgos con sus 2.131 metros. El recorrido, de 29 kilómetros y 4.000 metros de desnivel acumulado, parte de Pradoluengo para introducirse en un frondoso pinar que llevará al corredor por una ruta siempre ascendente hasta un cortafuegos (1.331 metros), que tras un fuerte descenso llega hasta el río Oropesa, el cual no se perderá de vista durante varios kilómetros.

La ruta se desarrolla en el Macizo de los Urrieles, en los majestuosos Picos de Europa. Con 25 kilómetros y 4.000 metros de desnivel acumulado, el corredor se enfrenta a un trazado de gran complejidad técnica, sobre todo en la primer parte, a la que luego completarán frondosos bosques de hayas que caracterizan el valle de Valdeón.

La salida se efectúa en Posada de Valdeón, y en paralelo al río Cares se llega hasta el mirador del Tombo, desde donde se iniciará la subida más fuerte de todo el recorrido con 1.300 metros de desnivel positivo, de Cordiñanes hasta las Colladinas (2.160 metros). La rienda de La Sotín, la vega del mismo nombre, Torre Friero y las vistas de Peña Santa hacen mágica la ascensión hasta el refugio Diego Mella en Collado Jermoso. Tras varios kilómetros, un laberinto de roca llevará al corredor hasta el alto de la Canal (2.030 metros), lugar con unas vistas increíbles de la Vega de Liordes, para iniciar un técnico descenso por la Canal de Remoña, para salir del Macizo Central de los Picos de Europa y llegar a Santa Marina de Valdeón, desde donde se iniciará el regreso a Posada.

La maratón de montaña dispone un recorrido de 42 kilómetros y 4.400 metros de desnivel acumulado en el interior del Parque Natural Montaña Palentina, con salida y llegada en Barruelo Santullán. La primera parte de la prueba tiene como objetivo llegar hasta el Pico Valdecebollas (kilómetro 21). Tras un breve recorrido circular, los corredores deberán tomar la Senda de la Pedrosa hasta Brañosera, y subir por el bosque hasta Valdepicos, cruzar las praderías de Pamporquero y llegar hasta el Valdecebollas.

Una vez coronada la carrera, el trazado plantea un entretenido cresterío hasta Peña Rubia, desde donde se iniciará el descenso hasta La Collada. Con dirección a Salcedillo, la bajada, sin senda y marcada por el agua, se inicia la parte final de la cita palentina, con el bosque de Valberzoso como último respiro antes de ascender hasta el alto del Pical y regresar a Barruelo de Santullán.

Un recorrido de más de 36 kilómetros y 4.100 metros de desnivel positivo, rodeado de la magia que desprende La Alberca, epicentro de la ruta y la totalidad de la comarca de la Sierra de Francia. La ruta se dirige en su primera parte hasta el techo de la carrera, en la Peña de Francia (1.720 metros), para recorrer después otros lugares considerados «mágicos» por la gente de la comarca salmantina, como el Paso de los Lobos o el Puente de La Yunta, antes de encarar la segunda subida de la jornada a la mesa del Francés y antes de llegar a ese valle encantado de Las Batuecas, en una bajada muy técnica, con grandes placas de roca en su parte final.

La ascensión al Puerto del Portillo (1.320 metros) desde Batuecas apuntala una ruta exigente que finaliza de nuevo en La Alberca.

La ruta segoviana del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso se desarrolla en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama. Más de 23 kilómetros de recorrido, con 3.000 metros de desnivel acumulado y una ruta que tiene su primera ascensión en la denominada Silla de Rey, desde la que se contempla la majestuosidad de la realeza de la villa segoviana. Desde este punto, el corredor desciende por una senda antes de reemprender la subida hasta La Chorranca y regresar por la Majada del Tío Blas hasta la cara este del Parque por Fuente Plata.

Tras dejar atrás los aledaños de los jardines de La Granja, se inicia la subida hasta Fuente Infante (1.820 metros), cuyo espectacular descenso, con zonas de gran dificultad técnica y mucha agua, devuelven el recorrido hasta el Real Sitio.

Con salida y llegada en San Leonardo de Yagüe, la ruta soriana dispone de 30 kilómetros y 3.000 metros de desnivel acumulado, con un bonito recorrido entre pinares y bajo el influjo del silencio del Parque Natural del Cañón del Río Lobos al oeste. El trazado comienza con la ascensión al Monte San Cristóbal (1.289 metros), que se coronará en el kilómetro 5 y en una posterior ocasión, aproximadamente en el 24, por la sinuosa Senda de Los Elefantes.

Para recuperarse del sofocón qué mejor que disfrutar de las sendas paralelas que cruzan el Cañón del Río Lobos durante aproximadamente cuatro kilómetros de unas vistas privilegiadas, posiblemente acompañadas de una buena dosis de agua.

En la provincia más plana de España se esconde algunos recónditos lugares, como este trazado en los términos municipales de Geria y Simancas, en el inicio de los Montes Torozos. Con un trazado de poco más de 20 kilómetros y casi 900 metros de desnivel positivo, la ruta vallisoletana se presenta como una oportunidad de oro para practicar el trail running. Con un recorrido denominado como 'rompepiernas' dispone de explosivas ascensiones con fuertes pendientes, pero de no más de 50 metros de distancia. La primera parte del recorrido concentra buena parte del desnivel, con una senda entre pinos y con muchas partes por la ladera de los cerros vallisoletanos. Ideal para correr en primavera con el destacado verdor del cereal de Tierra de Campos.

La joya del Parque Natural del Lago de Sanabria. La ruta ofrece un recorrido de poco más de 20 kilómetros y 2.000 metros de desnivel acumulado que nace bajo la atenta mirada del Monasterio de San Martín de Castañeda. Con la estructura románica en el retrovisor, los senderistas se dirigirán hasta el Refugio de la Agrupación Montañera Zamorana en las afueras del municipio sanabrés, antes de emprender el técnico descenso de la Senda de los Monjes. Este abrupto sendero, marcado por las abundantes rocas y el agua, es una de las señas de identidad de una senda que bordea el majestuoso Lago de Sanabria.

Tras el descenso, para el que es necesario una buena dosis de habilidad, los aledaños de Ribadelago -aquel municipio marcado por la tragedia de 1959- marcan el recorrido que llevará a los corredores hasta la ascensión al Pico Fraile (1.466 metros). Con varias lagunas a uno y otro lado de la senda, la carrera emprende el regreso a través del Cañón del Cárdena, un nuevo descenso de carácter técnico, en el que los helechos dotan el camino de un encanto especial -para aquellos que sean capaces de apartar los ojos del camino-. De nuevo en Ribadelago, se repite el trazado, pero esta vez con la Senda de los Monjes como ascenso hasta el refugio zamorano.

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