Es Carbajales de Alba tierra de pan y paisajes, de pan hecho de forma tradicional y de larga duración, y de paisajes naturales extraordinarios como el que se divisa desde la peña Valdoradas, el punto más alto de la localidad. Sabe Carbajales a embutidos, a ... puchera tradicional, bien de costilla de ternera con patata o patata con bacalao, y a jugosa carne de ternera de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera de Aliste. Pero si hay algo por lo que se conoce a esta tierra es por su tradicional bordado manual, el bordado carbajalino, cuyos orígenes se pierden más allá del siglo XVI y a los que tantas horas han dedicado las mujeres de la zona y siguen haciéndolo hoy en día.
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La comarca zamorana de Tierra de Alba está situada en el centro de la provincia y Carbajales, a orillas del embalse del Esla, es la capital comarcal. Unos 29 kilómetros separan Carbajales de Zamora capital. Al entrar a la localidad por la carretera ZA-P 1405, uno de los primeros edificios que en encontrarnos y también uno de los más pintorescos, es el emblemático Taller de Bordados, de color blanco y torre redonda. Hasta su inauguración en 1941, las mujeres bordaban en casa y en la escuela.
Además del taller, la edificación acoge el Museo del Traje Carbajalino, que rinde homenaje a un bordado típico, de colores vivos y lentejuelas, en el que predominan las flores y que ha situado al traje de Carbajales como una de las indumentarias más artesanas y coloridas de España. Esta labor ha sido reconocida internacionalmente con el máximo galardón en el Primer Festival Folclórico Mundial de Baviera (Alemania) en el año 1985.
Este tipo de bordado es, además, un símbolo de la provincia de Zamora y de la mujer, que ha dedicado incontables horas y puntadas a una artesanía que se viene realizando en la zona al menos desde el siglo XVI. La tradición de esta indumentaria pasa de generación en generación y lo habitual es que en cada casa de Carbajales haya un traje típico. Las mujeres los desempolvan y sacan de baúles y arcones para las fechas especiales como las fiestas de septiembre en honor a la Virgen de Árboles, patrona de la villa que también viste durante los festejos su traje carbajalino, bordado hace cuarenta años.
A la luz natural que entra por las numerosas ventanas del Taller de Bordados, se encuentra un grupo de bordadoras. Trabajan con lana, paños, lentejuelas y sedas. Todo se hace a mano y sin patrón, por lo que cada traje, cada motivo vegetal, es único e irrepetible.
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Recuerdan que antiguamente las jóvenes comenzaban a bordar en el taller al salir de la escuela. Al principio, como aprendices, después cobraban en función de las prendas que hicieran. Actualmente se sigue bordando a través de cursos y talleres de empleo que se organizan con el fin de mantener la tradición. En la otra zona del edificio se encuentra el Museo del Traje Carbajalino, que hace un recorrido por la historia de esta indumentaria y muestra piezas elaboradas, desde manteos a ropa infantil, adornos y cintas para el pelo o cojines. Las partes del traje de Carbajales son la gabacha, el jubón, el mandil, el manteo, las calzas y los zapatos, que también se bordan.
A cinco minutos a pie, se erige la iglesia parroquial de San Pedro, de gran belleza, con su esbelta torre con un reloj solar. En lo más alto se sitúa la campana torera, cuyo repique solo se oye cuando se celebran los festejos taurinos de septiembre. Es una iglesia monumental del siglo XVIII en forma de cruz latina y con un altar barroco. En el interior está la patrona, la Virgen de Árboles, cuya imagen es la de mayor devoción.
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La iglesia de la Plaza Mayor fue edificada tras desmontar el templo primitivo, que estaba en la parte central del Fuerte de San Carlos. De esta fortificación se conservan restos, después de que fuera realizada entre los siglos XVII y XVIII como elemento defensivo de la frontera con Portugal. Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento y es uno de los pocos ejemplos de arquitectura abaluartada que se conservan en Zamora y tuvo protagonismo en las distintas guerras con el país vecino.
Conserva Carbajales de Alba, el Charicico, el antiguo lavadero comunal de piedra en el que las mujeres lavaban la ropa a mano. En esta zona lavaban, aclaraban y tendían, y todavía puede verse una parte de piedra en la que dejaban a los niños mientras se afanaban en la labor. Obligada es también la visita a la peña Valdoradas, el punto más alto de Carbajales de Alba, una zona paisajística con unas impresionantes vistas. Se trata de un lugar privilegiado desde cuya cima se ve el embalse del Esla, el puente que lleva a Fonfría y el pueblo vecino de Muga de Alba. Un placer para la retina. Desde lo más alto de Carbajales, «Valdoradas paz y amor.
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El pan de Carbajales es uno de los productos típicos de la gastronomía de la provincia de Zamora y el pan más popular. Destaca porque es totalmente natural y se elabora de manera artesanal únicamente con masa madre, sal, harina y agua como ingredientes. Además, se hace en el horno de leña tradicional con leña de encina. Este pan se caracteriza por tener una corteza dorada y crujiente, y por su larga duración, ya que se conserva hasta un máximo de ocho días en verano y hasta cuatro en la época de calor.
El pan de Carbajales no puede faltar para acompañar a embutidos, carnes o a la tradicional puchera de costilla con patatas o patatas con bacalao que se hace en las fiestas de septiembre o por los barrios en el mes de octubre. Este pan artesanal también es ideal para hacer sopas de ajo.
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