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Nieves Caballero
Valladolid
Sábado, 21 de noviembre 2020, 08:37
Aunque madrileña de nacimiento, siente la localidad segoviana de Pedraza como su pueblo, al que iba todos los fines de semana desde los cuatro años. Samantha Vallejo-Nágera estudió paisajismo pero un amigo de su padre la retó a cocinar cuando tenía 19 años ... y descubrió su verdadera pasión. Su primer proyecto fue elaborar paellas en casas particulares de Nueva York, a las que llegaba en patines con su mochila. Después montó Catering Samantha de España. Desde hace ochos años es jurado del programa de TVE 'MasterChef' junto a Pepe Rodríguez Rey y Jordi Cruz. Ahora ha emprendido en Castilla y León. Iba a inaugurar su primer restaurante en Pedraza, Casa Taberna, el fin de semana del 7 y 8 de noviembre, pero la Junta obligó a cerrar toda la hostelería de Castilla y León por la pandemia. Y así sigue. Ha presidido el jurado del XVI Concurso Nacional de Pinchos en Valladolid.
-Por fin ha podido venir a Valladolid. ¿Es cuando más lo necesitaba la hostelería?
-Este año le dije a Luis Cepeda que venía para apoyar, para estar al pie del cañón al 100%, había que estar aquí más que nunca. Agradezco mucho que se haya celebrado. Estamos todos juntos en esta lucha y vamos a pensar que ya queda menos. No me gusta la gente tremendista; yo vivo al día, dando gracias a Dios de estar aquí, de estar bien.
-¿Hubiera sido mejor que se hubiera pospuesto?
-Creo que no porque ya se han pospuesto muchas cosas, hay que empezar a vivir. Yo empecé a grabar ('MasterChef') el 27 de abril con PCR, medidas sanitarias, etcétera. Tenemos que aprender a vivir con la enfermedad, no podemos paralizar la hostelería. Somos los que más hemos invertido en medidas sanitarias frente al Covid-19 para garantizar la seguridad de los clientes, y van y nos cierran a todos, cuando somos los que más nos hemos dejado la piel. Las reuniones a pequeña escala y con la gente controlada nos permite seguir trabajando.
Samantha Vallejo-Nágera
-¿Se consideran demonizados?
-Lo cierto es que tienes que quitarte la mascarilla para comer y para beber. Es donde estás más desprotegido y ese es el problema. Somos víctimas totales del Covid, pero vamos a ser positivos porque tenemos que ganar esta batalla.
-Justo cuando se decretó el nuevo cierre de la hostelería estaba a punto de abrir un nuevo negocio gastronómico en Pedraza.
-Sí, es un edificio de 1673 que he convertido en taberna de pueblo, con tapas, vinos y cervezas; un restaurante especializado en parrillas con chuletas a la brasa, patatas y pimientos; y una casa de huéspedes con cinco habitaciones. Esperamos poder abrirlo lo antes posible. Creo que va a dar mucho que hablar.
-Una apuesta por Castilla y León. ¿Cuánto ha invertido?
-Mucho más de los que podría. He comprado la casa y la he rehabilitado. He invertido mi vida entera en este negocio tan bonito. Estoy superilusionada. Estoy viviendo ahora mismo en Pedraza. Para mi los proyectos son sentimentales a parte de económicos. No se mide en dinero, se mide en pasión. La gente quiere venir a trabajar aquí. Todos queremos eso: un pueblo como Pedraza al que vas andando desde tu casa.
-¿Es el momento de volver a los pueblos?
-Claro, hay muchísima gente con teletrabajo en los pueblos, yo misma. Tengo una ventana sobre la plaza, un café buenísimo...
-¿Qué le gusta de la gastronomía de Castilla y León?
-Me encanta el cordero y el cochinillo de toda la vida. Pero es verdad que, como ya hay muchos establecimientos que ofrecen los asados y hay gente que busca otra oferta, no tengo horno y no voy a hacer la competencia a los restaurantes de Pedraza. Soy una loca de la carne, me encanta y la voy a defender. Tendré unos quesos muy buenos, unas tapas tradicionales pero con una vueltecita. No va as ser alta cocina.
-¿Con qué otros productos se queda de Castilla y León?
-Me apasionan las legumbres, los embutidos, las patatas y todos los productos de la huerta, los huevos, las aves, los vinos de Rueda, Toro y Ribera del Duero. Estoy intentando comprar productos de la zona.
-¿Es defensora de los productos de kilómetro cero?
-Por supuesto, estoy intentando comprar productos locales, ahora estoy probando patatas, hay miles y es divertidísimo. También trabajo con productos de Tierra de Sabor y he conocido ahora Alimentos de Valladolid. Mi idea es comprar productos de la zona que me encajen en precio y calidad. Se trata de poner en valor esos productos. Esto va a ser un escaparate de Castilla y León, espero que a nivel mundial.
-¿Es muy duro grabar un programa como 'MasterChef'?
-Sí, son muchas horas y muchos viajes. Trece o catorce semanas seguidas, desde las ocho de la mañana con el micrófono, los tacones, el vestido y maquillada. Es un trabajo durísimo pero vale la pena por el cariño de la gente, porque la gente ama 'MasterChef' y vive el programa en familia en sus casas. España vive 'MasterChef'. Somos ídolos de los niños.
-En su día participó una niña vallisoletana, María, que es un encanto.
-Yo no puedo decir nada, pero este años vais a tener sorpresas vallisoletanas.
-¿Cree que los programas de cocina ayudan a que la gente coma mejor?
-'Masterchef' es un antes y un después en nuestras casas. La gente se atreve con productos que no conocía, acude a tiendas gourmet y compra herramientas como sopletes, sifones, mandolinas y ralladores que no sabía ni que existían. Nos lo dicen los de las tiendas. Hoy en días, la baja temperatura forma parte del vocabulario de la gente.
-Fue de las primeras cocineras que tuvo visibilidad. Las abuelas y las madres cocinaban, pero se hicieron famosos los hombres.
-Descubrí la pasión por la cocina a los 19 años y acabo de cumplir 51. Creo que formo parte de una generación de tránsito total. La cocina siempre ha estado hecha por mujeres. La realidad es que detrás de un gran cocinero siempre hay una gran madre o una gran abuela. Incluso, en muchas casas de comida sigue habiendo mujeres en los fogones. Creo que también es una cosa de cultura. Hay que poner en valor el trabajo de las mujeres en la hostelería, que es durísimo. Es muy difícil compaginar la vida profesional con la maternidad porque, aunque haya unos hombres que ayudan muchísimo hoy en día, el peso de los niños sigue recayendo en la mujer.
-Siempre se ha preocupado mucho por la salud en la cocina. ¿Qué recomienda para que comamos más sano?
-Como de todo, y puedo permitírmelo precisamente porque como mucha verdura. Me gusta estar delgada, hacer deporte y sentirme enérgica, me gusta llevar una comida saludable.
-¿Alquien de sus cuatro hijos va a seguir sus pasos?
-Mi hija Cloe tiene 17 años y va a empezar a estudiar hostelería este año en el Basque Culinary Center de San Sebastián.
-¿Está contenta?
-La verdad es que sí, estoy orgullosa. Se ha apuntado ella sola. No la quiero presionar.
-¿Qué aficiones tiene?
-Monto a caballo, cocino mucho en familia. Mi principal afición es mi casa. Soy mucho de llevar mi casa. Si los jarrones no tienen flores, voy al campo a por flores. Soy también muy deportista, me gusta caminar, montar en bici, incluso bici estática en casa, el yoga. Tengo un caballo en Pedraza que se llama Caviar porque es negro, tengo un gato que se llama Chef, otro que se llama Master y un gatita negra pequeña que vamos a llamar Cata (de catar).
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