
El pimiento de torquemada o la intensidad del sabor
Aromático, con un intenso sabor, se consume fresco en ensaladas, frito o asado
Carne gruesa y consistente. Sabor, y olor, intenso y ligeramente dulce. Textura suave. Calidad. Forma achatada, con cuatro morros o gajos, o coronas, en vez de tres y un color que juega entre el naranja y los tintes rojos con pinceladas verdes que lo hacen inconfundible. El pimiento de Torquemada. O la calidad y personalidad de la huerta palentina.
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A esta fuerte personalidad como producto se le suma otro sello, el de su elaboración cuidada y autóctona. Asados directamente sobre las brasas con el arte de no permitir que se queme la piel y colocados después en un recipiente cerrado para completar su cocción. Así lo marca la tradición. Después, una vez ya fríos y pelados a mano para retirar, tirando de ella, esa cobertura fina e incómoda de comer y listos para consumir con todo el jugo que han soltado, se les añade un ligero sofrito de ajos con aceite de oliva virgen o igual para conservarlos congelados al vacío. También es habitual la conserva en botes, que las hay de buena calidad. Aromático, con un intenso sabor también para su consumo en fresco en sabrosas y coloristas ensaladas, frito para consumir directamente o el ya citado asado, que se potencia sobre las brasas, acompañado por el regusto del humo. También al horno relleno de verduras, con carne picada y su tomate o en frío con escabeches, como el del atún o el bonito. Es un pimiento con unas características genuinas y magníficas, y por todo ello es necesario defender y potenciar para que no se pierda la variedad local y personal que, a lo largo de siglos, seleccionaron los horticultores de Torquemada y de los pueblos limítrofes.
La larguísima tradición hortícola de Torquemada se incrementó a principios del siglo XX, cuando la crisis de la filoxera obligó, en toda la comarca del Cerrato, a los pequeños viticultores y asalariados agrarios a emigrar hacia América. En Torquemada, las huertas se multiplicaron en los pagos de La Vega y Requejo, donde todavía hoy pueden observarse, dispersos, algunos de los más de doscientos pequeños conjuntos de 'casilla, noria y nogal', que indicaban la existencia de una familia de hortelanos. Unas cien hectáreas de huerta mantuvieron la actividad y el empleo en la primera mitad del siglo XX. Ahora, sus herederos aúnan calidad y tradición. El pimiento es gastronomía y salud, sin duda.
Es esta una de las plantas cultivadas que presenta mayor diversidad de tipos, con una enorme heterogeneidad de formas, tamaños y colores, que se incrementa en función de su destino: consumo en fresco, para asar o freír, como condimento, especia picante, secado y molido, congelado, como colorante, en conserva, encurtido o como planta ornamental.
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