El langostino, el rey de la fiesta

Su popularidad y posibilidad de congelarlo contribuyen a que sea uno de los mariscos más consumidos a lo largo del año y no falta en el menú de fechas especiales como las Navidades. Por cierto, no hay que salir de Castilla y León para encontrar empresas dedicadas a la crianza del langostino de forma natural. En la localidad vallisoletana de Medina del Campo se ubicó una empresa especializada en la producción de este tipo de marisco que se plantea alcanzar una producción de 100.000 kilogramos para finales de 2021.

En el campo de la gastronomía el langostino ocupa numerosas recetas y comentarios. Sobre este último aspecto, cabe mencionar, la recurrente 'polémica' sobre el chupeteo de las cabezas debido a la presencia de cadmio. Un debate que se repite año tras año, especialmente en el mes de diciembre. Precisamente en 2019, la por entonces ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo explicó, «por chupar una cabeza de gamba uno se va a envenenar. Contienen pequeñas cantidades de cadmio. Es abusar de ello lo que puede ser perjudicial para la salud».

En cualquier caso, siempre se recomienda moderación y no abusar de ningún alimento en general. Por cierto, es importante retirar las tripas con cuidado. Es muy sencillo, una vez se identifica una tira de color negro se retira con la ayuda de un cuchillo con el que se hace un pequeño corte y después se extrae ese hilillo. Hay que hacerlo con cuidado para evitar que se rompa, se limpia y así se evita un mal sabor que puede dejar en el langostino.

Frito, rebozado, a la plancha o cocido son las maneras más habituales de cocinarlo. Una de las tapas más populares en los bares son las gambas con gabardina que también se pueden elaborar con langostinos. Como aperitivo lucen sabroso en brochetas marinas con frutas tropicales como el mango, con champiñones y tomates, con pimiento verde asado y bacon o con trozos de sepia y pescado con salsa de soja, mostaza, ostras o mango. Las posibilidades son infinitas. Para chuparse los dedos, los langostinos al ajillo, una receta muy sencilla para la que solamente hará falta ajo, perejil, un poco de limón y sal.