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En platos dulces y también en los salados. Ricos, solos o como compañía de potajes, ensaladas, quesos, membrillos, helados... Los frutos secos ya han logrado su merecido reconocimiento,pero su mala fama como alimento que engorda aún lo relegan a malas posiciones en la dieta. ... Y, como todo, grandes cantidades sí serían grandes calorías,pero un consumo racional, y diario o casi, resulta recomendable incluso en las dietas de adelgazamiento y, en particular, para las personas con colesterol alto.
Las almendras son ricas en magnesio y fósforo... Las nueces tienen altas concentraciones de Omega 3. Los pistachos son especialmente ricos en potasio y vitamina K. Las avellanas, en ácido fólico y vitamina E. Todos son cardiovasculares, ayudan frente al colesterol, a perder peso, fortalecen el sistema óseo y previenen el deterioro cognitivo. ¿Se puede pedir más para incluir un alimento en la dieta?
Son llamados así porque tienen una característica en común: en su composición natural, sin tostar ni salar, tienen menos de un 50% de agua. Energéticos, ricos en grasas, en proteínas, así como en oligoelementos. Según el tipo de fruto seco, también pueden aportar buenas cantidades de vitaminas (sobre todo del grupo B) o ácidos grasos Omega 3. Pero no son lo mismo que las frutas desecadas. En cuanto a sus posibilidades gastronómicas, no tienen tampoco un 'pero'. Además de poder elaborar helados y tartas con sus sabores o bizcochos y chocolates, combinan bien con la caza, el potaje de garbanzos y bacalao –en particular la almendra–, salsas –como la de pesto de piñones– o aportan el toque crujiente a una ensalada, ave o carne de cerdo. El pescado es el que los deja más relegados. Aún así, una salsa a base de tomates, ajo, pan, almendras, avellanas, pimientos rojos secos, romero, aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta riega bien casi cualquier pescado a la plancha o al horno.
La gallina en pepitoria, que incluye las almendras entre sus ingredientes, forma parte del recetario tradicional español. Cervantes nombra este plato tanto en 'El Quijote' como en las 'Novelas ejemplares', mientras que Lope de Vega lo menciona en 'La dama boba' y Quevedo hace lo propio en 'El Buscón'.
Estas semillas se caracterizan por tener bajo contenido en agua y un importante porcentaje en grasa. La variedad es deliciosa: almendras, anacardos, avellanas, nueces, piñones, pistachos o las pipas de girasol. No todos son igual de recomendables, los cuatro primeros son los reyes de los frutos secos.
En una tabla de quesos son casi indispensables y es original y da un toque especial utilizarlos para rebozar alimentos, tanto solos triturados como mezclados con pan rallado.
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