![Calabacín, el verde saludable en el plato](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202101/21/media/cortadas/calabacin-RyPyZhkTRWtxw0B0OT2cYCN-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Si hay un color que rápidamente se asocia a un producto natural es el verde. Legumbres, verduras y hortalizas concentran una alta cantidad de clorofila que además de aportarle esta tonalidad contribuye a mejorar el funcionamiento digestivo y refuerza el sistema inmunitario, entre otras propiedades. ... Así que en esta ocasión, el plato se viste de verde. En la cromoterapia gastronómica, el calabacín entraría de lleno en el grupo de los alimentos saludables con funciones depurativas y que estimulan el apetito. Es una de las hortalizas más fáciles de cocinar.
Los principiantes en el mundo de los fogones o los más perezosos a la hora de ponerse el delantal seguro que no han tenido problema a la hora de elaborar cualquiera de las numerosas recetas que protagoniza. Fácil y sencilla, la crema de calabacín es todo un clásico. Cocer un calabacín, batirlo, añadir un poco de queso o nata y condimentar, resuelven un primer plato o una cena ligera y caliente para estos días de invierno. Cuando llega el buen tiempo, no falta a su cita en las parrilladas de verdura que cada vez están más de moda, incluso se «disfraza» de patata. Los chips de calabacín, son muy fáciles de hacer. Se cortan rodajas muy finas y se hornean sin aceite. Después, se pueden condimentar con sal, ajo, pimienta negra o alguna especia más picante.
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Otra posibilidad, el rebozado. En harina o pan rallado y con huevo. Esta fórmula admite tanto el horno como la fritura en sartén con aceite. Es una manera más de introducirlo en la dieta en forma de snack o aperitivo. Incluso se transforma en pasta cortado en finas tiras. Los espaguetis o tallarines de calabacín se pueden comprar también en las grandes superficies. Es tal la versatilidad del calabacín que lo podemos encontrar hasta en los canapés. Cortado en tiras longitudinalmente se convierten en el envoltorio perfecto para rollitos que se pueden rellenar de ahumados, atún y queso crema, espinacas o por ejemplo jamón.
Los más atrevidos incorporan la flor del calabacín a sus platos. Menos habitual en España, al contrario que en otros países como en Italia o México, se puede cocinar sin problema fritas, al horno y también rellenas. De color amarillo, su forma de bolsita invita a elaboraciones que se puedan rellenar de verduras, queso o lo que a uno le apetezca. Las normas de la cocina en casa las dicta cada uno, así que hay quién decide explorar diferentes fórmulas hasta encontrar la que más le gusta o gusta en su casa. Por otro lado, como guarnición, el calabacín no falla, solo o acompañando con otras verduras, el pisto es también otro plato tradicional del que se puede disfrutar en cualquier momento del año.
Los hay con un color verde más oscuro, más claro, moteados y también de color amarillo. Su figura alargada es la más frecuente pero dependiendo de la variedad también existen otros más redonditos que son ideales para hacerlos rellenos. En cualquier caso, no habrá problema para elaborar esta receta apta para todos los niveles de cocinillas. Y es que el calabacín al igual que la berenjena son hortalizas que se prestan fácilmente degustados con todo tipo de relleno. Carne, pescado o verdura. No importa por el ingrediente por el que uno se decante porque con un toque final de queso gratinado en el horno se conquista a todos los paladares. Se corta longitudinalmente, se vacía y esa forma de barca será el contenedor para la presentación. Se aprovecha todo. En una sartén aparte se pocha la carne del calabacín con cebolla, zanahoria y pimientos. Se condimenta con pimienta y sal y se rellena el calabacín. Después, se prepara una suave bechamel con la que naparlo y se cubre con un poco de queso rallado. Después de estar en el horno unos diez minutos la operación calabacín relleno se da por resuelta. Fácil, rápido, saludable y caliente, no se le puede pedir más.
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