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El brócoli es uno de los alimentos que más discrepancias genera entre los consumidores. Hay verdaderos detractores que rechazan su ingesta. Sin embargo, sus seguidores disfrutan de esta hortaliza con importante aporte nutricional hervida y aliñada con un buen aceite de oliva virgen extra y sal.
El brócoli también es conocido con el nombre de brécol, que tiene su origen en la palabra italiana 'brocco' que significa brote. Es en el país italiano donde se desarrollan las variedades de esta hortaliza que conocemos hoy en día y entre las que destacan la calabrese y el romanesco. La primera es la más común y se distingue por sus cabezuelas anchas y carnosas con un color verdoso y toque morados. Por otro lado, la variedad romanesco tiene un aspecto más similar a la coliflor. En este caso las cabezuelas están más apiñadas y el color suele ser verde amarillento pálido.
En la cocina ha encontrado un hueco sobre todo en cremas y salsas, pero también es una buena alternativa como guarnición, por ejemplo, para degustar con un plato de pasta, arroz, con garbanzos, con pollo, en revueltos con jamón y otras hortalizas. También contribuye a convencer de sus posibilidades gastronómicas a cada vez más público gracias a estupendos gratinados con una sabrosa salsa bechamel.
Su particular color verde hace que los más reacios a su consumo lo asocien con un producto poco saciante; sin embargo, las muchas recetas posibles desarman estas teorías.
Por ejemplo, una de las ideas más originales la encontramos en el 'brocomole' que no es otra cosa que una versión del clásico guacamole para dipear. La única variante en su preparación es la sustitución del guacamole por brócoli. Para quienes le resulte un cambio demasiado brusco, se puede utilizar la combinación de estos dos alimentos a partes iguales. Se trata de una forma diferente y novedosa de ir introduciendo al comensal en esta controvertida hortaliza. También se puede emplear en las pizzas como parte de la base de verdura, cocinar un delicioso puré de patata con brócoli o acompañar a unos champiñones gratinados.
El brócoli se desarrolla durante el invierno y puede recolectarse durante una larga temporada en primavera y comienzos del verano, cuando aún son jóvenes. Eso sí, tiene que hacerse antes de que se abran sus flores de color amarillo porque si no la textura será más áspera y el sabor más amargo. Para conservarlo, se puede congelar o mantener en la nevera entre tres y cinco días. Se recomienda guardarlo en una bolsa de plástico con la menor cantidad de aire posible y no lavarlo hasta que no se vaya a utilizar.
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