Platos caseros, sencillos y sabrosos

Naturales de Villoria (Salamanca), en 1999 decidieron hacerse cargo de este establecimiento en el pueblo vecino de sus primos. «En una fiesta de los quintos me dijeron que podía hacerme cargo del de Pedro porque estaba cerrado», explica Francisco. Así que fue dicho y hecho; comenzaron la búsqueda del propietario y le hicieron una propuesta que convenció.

Formado en la hostelería, Francisco ha desarrollado su carrera profesional en distintos establecimientos de Valladolid y cuando se decidió a volver a su pueblo natal con sus padres tuvo claro que la solución era poner en marcha su propio negocio.

En la cocina, sus hermanas Mercedes e Inés se encargan de dar un toque personal a las recetas de cocina casera que han aprendido de sus padres. El resultado final es un menú variado, con platos para todos los gustos y que dan forma al menú diario, que mantienen de lunes a domingo sin incrementar el precio, pensado para gente de paso «que quiere comer bien y a un precio asequible». Con capacidad para unos setenta comensales también organizan eventos. «Preparamos una comunión para una familia del pueblo y la verdad, estamos contentos porque salió muy bien y se sorprendieron gratamente», apunta Mercedes.

Durante estos veinte años han pasado por diferentes etapas. «En 2007 nos estancamos pero el 2009 fue una debacle», relatan. Entonces eran siete personas trabajando y hoy en día se organizan entre los tres hermanos para dar los servicios de comedor y atender la barra del bar.

Con ánimo de seguir adelante, Francisco insiste «aquí lo que te vas a encontrar es un menú casero y tradicional». Entre las especialidades, garbanzos con callos, carrilleras de cerdo guisadas, menestra de verduras o sopa castellana. «Aquí es típico el tostón, llamamos así al cochinillo; lo hacemos previo aviso, siguiendo recetas tradicionales. Mi madre y mis abuelas le echaban manteca y orégano para adobarlo y le da otro sabor», relata Francisco.

También enumeran otros platos como pollo asado, cabecero de cerdo, churrasco de ternera, lomo, costilla de cerdo al horno, conejo al horno, palometa o carrilleras. «Es necesario tener variedad porque hay gente que come fuera de casa todos los días», recuerdan.