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Las bajas temperaturas del invierno invitan, estos días, a decantarse por los platos de cuchara y puchero para entrar en calor. Una propuesta que viene acompañada de otras sugerencias interesantes en esta época del año, como la sopa de ajo, «es la típica de Castilla ... y la hacemos en horno de leña», apunta Eusebio Baños del restaurante La Alcazaba. Apetitosa es también la menestra castellana, unos revueltos de la casa o un buen arroz caldoso, aunque en este establecimiento ubicado en la localidad palentina de Grijota y que abrió sus puertas hace 16 años, la especialidad son las carnes a la brasa y la parrilla, churrasco y entrecot, «por supuesto para quien prefiera pescado encontrará lubina, dorada o rodaballo dependiendo de la temporada», apunta el propietario. La cocina tradicional fue una apuesta clara desde su apertura.
«La gente pide comida casera», insiste mientras enumera algunos de los platos que el cliente puede degustar como unas lentejas estofadas con chorizo, unas alubias de Saldaña con matanza o parrillada de verdura. De los fogones se encarga un equipo de cocina mientras reconoce que su fuerte son las carnes a la parrilla «es lo que he hecho siempre». Los expertos coinciden en la calidad del producto para que el plato final sea todo un éxito, «no tiene aditivos», así que acertar con la carne es «una parte esencial. Nosotros contamos con muy buenos proveedores y carnicerías a las que comprar». Pero también, hay que saber controlar el fuego y la intensidad que necesita cada una de las piezas y por supuesto «tener en cuenta las preferencias del cliente».
Tan importante como el primer y el segundo plato son los postres, «caseros», así que en La Alcazaba sugieren un arroz con leche, natillas, tarta de queso, manzana, caramelo. Con una decoración castellana, mesas hechas con trillos, techos de madera, vidrieras o escudos, la distribución de este amplio espacio permite un aforo de hasta 170 comensales en dos salas. La situación del municipio, muy próximo a Palencia y en un marco único, como es el Canal de Castilla, «ha favorecido que mucha gente se acerque hasta aquí a descubrirlo y disfrutar además de nuestra gastronomía», argumenta. Sobre la evolución del sector de la hostelería en la zona, Eusebio reconoce que los gustos han ido cambiando, «ahora solo damos cenas bajo reserva y con un mínimo de diez personas» explica. Sin embargo, reconoce que la proximidad con la capital de la provincia y las zonas de paseo habilitadas para conocer el Canal de Castilla contribuyen a que «esta zona tiene bastante actividad, tampoco nos podemos quejar».
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