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Alquimistas o magos son términos que se han utilizado para describir el trabajo de los cocineros. Y algo de razón hay. La transformación de ingredientes que fácilmente encontramos hoy en día como los huevos, harina y limón, en estupendos postres, no deja de sorprender. Y ... las redes sociales se han convertido en los últimos años en una vía de comunicación rápida y efectiva para compartir todo tipo de recetas.
En el caso de la repostería, una de las que más ha triunfado es la del pastel mágico, una fórmula que permite con una sola masa conseguir varias texturas, puding, flan y bizcocho. Así que manos a la masa. El secreto está en utilizar los ingredientes a temperatura ambiente y cocinar sin prisa para no equivocar los pasos.
Para comenzar, se separa en dos boles las claras de las yemas. Las claras se reservan y se trabajan primero las yemas a las que se añadirá una cucharada pequeña de esencia de vainilla. Se puede sustituir por canela u otro sabor que guste o no poner de ningún tipo. También se añade la ralladura de un limón y el azúcar.
Con la ayuda de unas varillas eléctricas se baten las yemas hasta blanquearlas y se agrega la mantequilla, a temperatura ambiente. Se continúa batiendo mientras se echa poco a poco la leche. Luego irá la harina tamizada y se continúa mezclando hasta que queden bien ligados los ingredientes.
Se reserva la masa y es el momento de recuperar las claras de huevo. Con una pizca de sal se baten las claras hasta montar al punto de nieve. También en este caso ayudarse de unas varillas eléctricas agiliza el proceso. Una vez conseguido, llega el momento de unir las dos partes del pastel. Se incorporan las claras montadas a la masa de las yemas con movimientos envolventes y con cuidado de no bajar las claras. Debe quedar un aspecto grumoso, así que no hay que integrarlas completamente.
Se pasa la masa al molde forrado con papel de hornear y se alisa la superficie. Antes de meterlo al horno deberá estar precalentado a 180º y después se hornea a la misma temperatura durante diez minutos. Transcurrido ese tiempo se baja a 160º y se deja durante otros cuarenta minutos con calor arriba y abajo. Una vez comprobado con un palillo o la punta de un cuchillo que el pastel está hecho se saca y se deja enfriar a temperatura ambiente. Después, se puede mantener en la nevera. Una vez desmoldado con cuidado se decora con azúcar glass.
Ingredientes: 500ml de leche, cuatro huevos, 140g de azúcar, 125g de mantequilla, 115g de harina, ralladura de limón, esencia de vainilla (una cucharada), sal y azúcar glass
Proceso: En un bol se separan las yemas de las claras. Se reservan las claras. Por otro lado, a las yemas se añade una cucharada pequeña de esencia de vainilla, la ralladura de un limón y el azúcar. Se bate con la ayuda de unas varillas eléctricas hasta que las yemas se hayan blanqueado. A continuación, se incorpora la mantequilla que estará a temperatura ambiente y se bate todo mientras se echa poco a poco la leche. Después, la harina tamizada, se mezcla y se reserva la masa. Se recuperan las claras para montarlas con una pizca de sal y se incorporan al pastel. Se mezcla todo con movimientos envolventes y con cuidado de no bajar las claras. Debe quedar un aspecto grumoso. Se pasa al molde y se alisa la superficie. Una vez precalentado el horno a 180º arriba y abajo, se hornea a la misma temperatura durante diez minutos y después a 160º durante otros cuarenta minutos con calor arriba y abajo. Se saca, se deja enfriar y se desmolda. Para decorar se utiliza azúcar glass.
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