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Natillas, arroz con leche, tarta de queso y …. crema catalana. Éste último se suma al club de las recetas de postre más populares y con las que disfrutar de un plato dulce al finalizar cualquier comida.
Este clásico catalán que no tiene fronteras y que ... se puede preparar en cualquier punto del país. Es fácil y económico. Lo más 'complicado', utilizar un soplete de cocina al final del proceso para caramelizar el azúcar y conseguir una fina capa crujiente que se parte con facilidad en la primera cucharada.
Para que la crema catalana esté lista a la hora del postre se puede dejar hecha el día anterior o a primera hora de la mañana porque tendrá que estar en la nevera durante cuatro horas.
Pero el primer paso, es poner una cazuela a fuego medio donde se calentará la leche con un poco de canela y un poco de piel de naranja y también de limón. Mientras tanto en otro bol grande se mezclarán las yemas de seis huevos con el azúcar y la maicena. Con ayuda de unas varillas de cocina se van integrando tranquilamente todos los ingredientes. Pero hay que estar atentos a la cazuela porque cuando comience a hervir se retira del fuego y con cuidado se incorpora a la mezcla del bol.
Sin dejar de remover se pasa todo de nuevo a la cazuela que estará a fuego lento hasta que la textura de la mezcla se espese. Una vez conseguido se verterá en cuencos de barro individuales y se dejarán en el frigorífico durante cuatro horas más o menos. Para el último paso hará falta un soplete de cocina que servirá para caramelizar el azúcar que se echará al sacar los cuencos de la nevera. Una vez caramelizado y conseguido el tueste adecuado del azúcar estará listo para ser servido.
Ingredientes: 750ml de leche, 150g de azúcar, 20g maicena, seis yemas de huevo, una rama de canela y piel de limón y naranja
Proceso: A fuego medio en una cazuela se calienta, hasta que comience a hervir, la leche con la canela y la piel de naranja y limón. Por otro lado, en un bol se baten con varillas las yemas de huevo con azúcar y la maicena. Cuando la leche esté hirviendo se incorpora con cuidado al bol. Luego se pone a fuego lento hasta que espese sin dejar de remover. Luego se echa la mezcla en los cuencos de barro y se lleva a la nevera durante cuatro horas más o menos. Antes de servir se espolvorea con azúcar y se quema con un soplete de cocina.
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