Las claves imprescindibles para un buen guacamole mexicano

En México, su lugar de procedencia, se dice que la receta original del guacamole data de hace unos 10.000 años. Se ha conservado hasta ahora, con éxito en los paladares y se ha expandido por todo el globo terráqueo. El guacamole acompaña algunas de las tapas del bar Palo Santo en Aranda de Duero. «Gusta muchísimo. Lo combinamos en tostas con jamón, huevo cocido o con salmón y también, a veces, en un bol con 'nachos'. Hemos ido ampliando porque es un producto que encanta a los clientes», explica Carolina Medina, cocinera del establecimiento.

Desvela que los ingredientes necesarios e imprescindibles para su guacamole, consisten en aguacate, cebolla morada, tomate, chile jalapeño, lima, cilantro y sal. «El verdadero guacamole nunca lleva ajo, eso es importante recalcarlo, no hay que incluir ese producto. Y otra cosa imprescindible, el chile jalapeño y es que el auténtico guacamole tiene que picar», insiste Carolina incidiendo en que es una de las claves para el buen resultado de la receta.

En la elaboración de la receta, los que más tiempo lleva es el picado de los ingredientes. El tomate, la cebolla, chile y cilantro deben estar bien troceaditos, «pero a mano, no hay que meter robot, sobre todo en la cebolla, el resultado no es el mismo». El siguiente paso, según Carolina, es partir y vaciar el aguacate, bien maduro, y depositarlo en un bol. A partir de ahí, se chafa el aguacate. «No hay que dejarlo como puré», recomienda la cocinera. Más tarde, se añade la cebolla morada, el tomate, el cilantro, el chile, zumo de lima y la sal. Se mezclan los ingredientes y la salsa está lista.

«Un truco a tener en cuenta. La bola del aguacate se mete en la salsa para que no se oxide y aguante más tiempo. Aguanta durante tres o cuatro días perfectamente y así se guarda», explica Carolina. El guacamole está ya listo y solo queda probarlo. ¿En qué formato? Eso ya queda a gusto del consumidor.