Chilaquiles mexicanos

Los chilaquiles con pollo es uno de los platos originarios de México que se han adaptado sin problema a los gustos populares de la región. Un plato potente que se presenta como desayuno en el país azteca, especialmente si uno ha disfrutado quizá en exceso la noche anterior, pero que cada uno puede consumir a la hora del día que estime más oportuno.

En el restaurante Malafacha (Valladolid) especializados en comida mexicana, Nacho Martín explica los pasos para realizar esta receta que también se puede degustar junto a otros estupendos platos en el propio establecimiento.

Los pasos sencillos y el nivel de dificultad es bajo. En primer lugar, hay que preparar los totopos o nachos, que son los populares triangulitos de tortilla de maíz que tan bien saben acompañados de cualquier salsa. Para ello, se cortan los triángulos del tamaño que al comensal más le guste y se fríen, «nosotros hemos utilizado totopos de maíz amarillo y azul, aunque parezca negro», aclara Nacho Martín. Una vez fritos se reservan. Mientras se cuecen unas pechugas y muslos de pollo y se desmenuzan en tiras.

Y mientras tanto se prepara una salsa roja picante, «utilizamos tomate natural triturado, cebolla, unos ajos y unos chiles hidratados en agua. Lo trituramos todo y lo ponemos al fuego», explica. Una vez listos los ingredientes principales, en una sartén se añaden las tiras de pollo y la salsa roja, cuando esté bien caliente se echan los totopos. Estarán unos diez minutos a fuego suave para que vayan absorbiendo la salsa.

Después, solo queda emplatar. En este caso se ha utilizado un cuenco, pero también puede ser un plato hondo. Primero se ponen los totopos y a continuación un poco de queso Oaxaca, «es un queso mexicano con una textura similar a la mozzarella», y luego un poco de queso Cotija, «otra variedad que podríamos decir que es parecido al queso fresco de aquí, pero está curado y le aporta un toque salado». A continuación, un poco de cebolla morada cortada en juliana y un poco de jalapeños rojos y cilantro.

El toque final, una crema agria elaborada con nata, zumo de lima y una pizca de sal. La recomendación es comerlo con cuchara para degustar mejor el sabor de la salsa roja que queda en el fondo del cuenco, «hay muchas formas de prepararlo también se puede acabar con un huevo frito por encima», sugiere.