Los pueblos ponen en el mapa nacional la gastronomía de la provincia de Valladolid

Los ganadores en 2023 de los concursos que organiza la marca de calidad Alimentos de Valladolid capitanean la expedición de cocineros y reposteros que desplegarán en Madrid Fusión la gran gastronomía de la provincia .

La terna que encabeza las distintas presentaciones y degustaciones la componen: Teo Rodríguez, de Los Palomares de Vega, en Vega de Valdetronco, ganador del I Concurso de Tapas X Comarcas de Valladolid por 'Huevos rotos con cecina'; Silvia Herrera, de Mélida Wines, de Mélida de Peñafiel, ganadora del II Concurso de Tartas de Queso por su 'Tarta de Queso Mélida Wines'; e Inés Hernández, de confitería El Bombón, de Valladolid, ganadora del concurso Dulcería por su dulce 'Merceditas', un homenaje a su abuela.

De la localidad donde se asienta adopta el nombre el proyecto de Silvia Herrara y su hermana Miriam: Mélida Wines, «enoturismo 360», como define Silvia, con bodega, restaurante y alojamiento.

Al igual que Teo Rodríguez, Silvia hará doblete en Madrid Fusión. Además de su tarta de queso ganadora –fusión con un postre de origen turco–, también presentará su Gilda de Atún Rojo, finalista en el concurso por comarcas de tapas.

Afrontan el reto «con mucha ilusión», con muchas ganas de «aportar nuestro granito de arena», para que Valladolid se consolide «como un destino gastronómico importante, tanto la ciudad, como los pueblos». «Valladolid ya es un destino gastronómico muy importante», pero «Valladolid somos la ciudad y los pueblos, y todos tenemos que luchar para que se nos considere un lugar importante a nivel de gastronomía», destaca Silvia.

Confitería El Bombón es una institución del dulce de la capital vallisoletana. Casi un siglo de maestría que alcanza la cuarta generación, a Inés Hernández, para quien llevar a Madrid sus 'Merceditas' «es un orgullo y un reto, porque no solo representas a tu negocio, sino también a tu ciudad. Mi trabajo y mi negocio están en la ciudad pero yo me he criado en un pueblo, por lo que tengo la unión de los dos mundos. Valladolid es una provincia pequeñita y siempre está bien dar a conocer todo, la maravillosa gastronomía y la calidad de los productos».

Alimentos de Valladolid, además de la labor de difusión que realiza de productores y hosteleros, «también lo que hace muy bien es unir a los productores con los cocineros y pasteleros. Nos ponen en contacto y nos facilitan mucho el trabajo de buscar la materia prima, y de kilómetro cero, y así poder consumir productos de calidad y de nuestro entorno fomentando la economía circular. Y sobre todo que la provincia pueda prosperar, se pueda conocer y se pueda seguir desarrollando», indica Inés.

Reconoce que Valladolid es un referente en su ámbito, el del dulce, donde «siempre hemos tenido muchas pastelerías y pastelerías artesanales».

En su caso particular, «buscamos diferenciarnos de otras pastelerías, tener productos diferentes y siempre manteniendo la mejor calidad, que el producto sea único, innovando y estando al día, porque el consumo cambia y no te puedes quedar atrás. Siempre hay que dar lo mejor al cliente». Como 'Merceditas', su dulce ganador, que conjuga la esencia de El Bombón, tradición e innovación. «Nos gusta hacer productos nuevos pero nunca podemos olvidar los orígenes», uniendo «la tradición de la familia y la innovación, porque no habría innovación si no conociéramos la tradición y no nos apoyáramos en la familia. Si no tienes quien te acompaña en el camino y te ayude es muy difícil seguir prosperando».

Alimentos de Valladolid es esa mano que acompaña a la hostelería y productores, una hostelería que está poniendo en el mapa a muchos pueblos, como el de Teo Rodríguez, Vega de Valdetronco. «Una de las razones por las que yo creo que hay que darle todo el mérito a la marca es esa: dar a conocer multitud de establecimientos perdidos de la mano de Dios», indica. «Dan a conocer a unos profesionales de un nivel increíble, que tienen unos sitios espectaculares y que hacen las cosas con un mimo que ya les gustaría a muchos restaurantes del centro de cualquier ciudad de España», agrega Teo, quien añade que «lo bueno de trabajar en sitios así, es que eres libre para cocinar lo que te dé la gana; no hay modas, no hay etiquetas, es cuestión de hacerlo bien, ponerle cariño y las cosas salen». El chef refleja que «donde está el mayor reconocimiento» de las guías gastronómicas «es en la provincia, no en la propia ciudad». Por todo ello, «me siento más identificado con la provincia, porque vengo de un pueblecito de 90 habitantes y esto me hace aún más ilusión» para ir a la feria, porque «sé cómo funcionan ese tipo de establecimientos, lo que cuesta hacer las cosas y sacarlas adelante. Poder mostrar lo que hacemos en el congreso más importante de gastronomía, para mí es una responsabilidad pero voy a disfrutarlo al cien por cien», concluye con satisfacción.

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