Con o sin galleta. Hasta ahí llega la discusión sobre este delicioso postre. Aunque a más de uno se le puede aguar el final de la comida si le falta este toque final que les retrotrae a la infancia. Lo mismo ocurre con la canela ... que le aporta su sabor característico y despierta los sentidos con su intenso aroma.
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Se puede decir que es uno de los 'must' en la lista de sugerencias de postre. Cremosas y dulces parten de una lista muy sencilla de ingredientes leche, yemas de huevo, azúcar y vainilla. En el restaurante Pedro, ubicado en el municipio salmantino de Encinas de Abajo, las hermanas Manjón, Mercedes e Inés que se encargan de la cocina optan por la preparación clásica con su galleta María y una buena cantidad de canela.
Para comenzar se necesita un cazo donde se calentará la leche con un poco de vainilla, cáscara de limón y una ramita de canela. Con el fuego moderado y cuando la leche llegue al punto de ebullición se apartará y habrá que esperar un cuarto de hora aproximadamente. Por otro lado, habrá que ir separando las yemas de las claras. En otro recipiente, se echan las yemas y azúcar y se bate. Poco a poco se va añadiendo la maizena hasta que se vayan ligando todos los ingredientes. Será entonces cuando se vaya echando también la leche poco a poco, de la que previamente se habrá retirado la rama de canela y las cáscaras de limón.
Una vez vertida la mezcla en un cazo se lleva de nuevo al fuego, esta vez, estará a un nivel bajo. Habrá que remover durante unos diez o doce minutos continuamente con unas varillas, para evitar que se pegue porque poco a poco irá espesando. Cuando se haya conseguido una textura más densa, se retira del fuego y cuando se haya templado se puede guardar en la nevera. Tendrá que enfriar durante varias horas. Para ser servida se pueden utilizar cuencos o vasos aunque son frecuentes los pequeños cuencos donde se colocará encima una galleta redonda y para finalizar un toque de canela a gusto del comensal.
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Sobre el origen de esta receta, surgen dos teorías. La primera las sitúa en la cocina de los conventos, reconocidos por su tradición repostera. Ingredientes sencillos y resultado nutritivo. Por otro lado, la otra teoría se centra en los orígenes de la repostería francesa. En cualquier caso, hoy en día se mantiene como uno de los postres más reclamados entre pequeños y mayores.
Ingredientes Medio litro de leche, canela en rama, maizena, vainilla, cáscara de limón, cuatro yemas de huevo, azúcar y galletas redondas
Proceso Se calienta en un cazo la leche con canela, vainilla y cáscara de limón hasta que ebullicione. Después, se aparta del fuego y se deja reposar. Por otro lado, se separan yemas de las claras y se echan (las yemas) a un cazo donde se irán batiendo con azúcar y la maizena. Cuando esté bien ligado se suma la leche (sin canela ni cáscaras de limón) y se mezcla bien. Se pondrá a fuego lento durante diez minutos hasta que espese. Después se dejará enfriar en la nevera durante tres o cuatro horas y se servirá en cazos con una galleta redonda y canela.
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