Patatas rancheras al estilo de Haza

La cocinera arandina Patricia López prepara con productos de la zona platos tradicionales con aires renovados

Andrea Díez

Valladolid

Lunes, 7 de diciembre 2020

El 1 de julio de 2020, apenas diez días después de entrar en lo que se llama la nueva normalidad abría sus puertas La Casa de Haza, un pequeño restaurante que también dispone de habitaciones ubicado en el municipio burgalés de Haza. Este, por cierto, ... es uno de los muchos pueblos de Castilla y León llamados a la desaparición porque apenas son siete vecinos residiendo. Pero la arandina, Patricia López, lo tenía claro, «lo decidí durante la pandemia. Se me presentó la oportunidad y me lancé para aprovechar el verano».

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Uno de los platos que ha funcionado desde su apertura son las patatas rancheras, «es cierto que es sencillo pero lleva su tiempo». Se trata de patatas caseras, servidas con un salsa elaborada con nata, especias e hierbas, bacon ahumado troceado y una capa de cuatro quesos fundidos. Primero se seleccionan las patatas, se pelan y se cortan en tiras rectangulares. Se fríen en aceite bien caliente y al sacarlas se ponen en un plato con un papel para que empape el aceite restante.

Por otro lado, se elabora una salsa con nata y algunas especias a las que se le suman trocitos de bacon fritos previamente. Por último se procede al montaje, una capa de patatas, después de salsa, a continuación patatas y para finalizar una capa de quesos variados rallados que se funden al calor de las patatas.

«Ha ido tan bien que hasta me las encargan», comenta Patricia que añade también las hamburguesas caseras «compro la carne y las hago yo misma. Es importante cuidar el producto porque estamos en un sitio pequeño y hay que ofrecer un buen servicio para que luego la gente vuelva». En cuanto a elaboraciones más cuidadas no falla el cordero lechal de la tierra, pollo de corral, parrilladas de carne y también pescados, como el salmón a la plancha o la lubina a la sal.

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Las raciones de croquetas con jamón, de setas, los clásicos pimientos rellenos, morcilla, oreja, callos, sepia o calamares comprenden algunas de las especialidades en raciones que ofrece la casa. «A mí me gusta la cocina tradicional, es muy sabrosa, el cuchareo, el cocido, el salir de un sitio y sentir que has comido y quedado satisfecha», afirma. Ahora con la pandemia se centran en los encargos.

De profesión camarera siempre había estado de cara al público pero con fuertes inquietudes en la cocina que sólo descubría en el ámbito privado. «Mi madre es cocinera. Yo lo he aprendido todo de ella y quería emprender mi propio negocio y centrarme más en la cocina», explica. Situada en lo alto de un cerro, esta villa medieval cuenta con interesantes restos arquitectónicos que visitar, «la gente se acerca de toma un aperitivo, vermouth y se da por aquí una vuelta», señala.

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