No corren buenos tiempos para las sopas. Para las calientes, porque las frías gozan cada vez de mayor estima. Cuando yo era niño, una sopa, en cualquiera de sus muchas variantes, formaba siempre parte del menú familiar, especialmente a la hora de la cena. Sin ... embargo, en estos tiempos que corren es raro que se preparen en las cocinas domésticas. Si acaso esas sopas preparadas que, salvo muy contadas excepciones, saben todas igual. Un sabor muy alejado de aquellas que preparaban madres y abuelas a fuego lento, dejando que se fundieran en ellas la esencia de los ingredientes.
Publicidad
Sopas de pescado, de pollo, de carne, de verduras… hechas muy despacio en aquellas cocinas 'económicas' de carbón. Pero entonces había tiempo para cocinar. Mucho antes, en épocas que no hemos conocido, estaban aquellos calderos puestos permanentemente al fuego del hogar en los que se iba echando todo aquello que se tuvieran a mano y que sirviera para alimentar.
Ahora las sopas se van perdiendo. Cada vez son menos habituales en los restaurantes. Ya apenas están aquellas sopas de fideos (salvo donde hacen cocidos), ni las sopas de ajo que algunos llaman castellanas, ni las minestrone de verduras que llegaron de Italia. Curiosamente es más fácil, aunque tampoco demasiado, encontrar las sopas francesas: la de cebolla, la 'soupe a l'oignon' de las madrugadas parisinas en Les Halles, o una bullabesa de pescado acompañada de sus tostadas de pan para untar con la salsa 'rouille' de azafrán.
Cuánto daño ha hecho Mafalda a las nuevas generaciones de españoles. Y digo de españoles porque viajando por el mundo compruebo que se siguen comiendo sopas. En la costa este de Estados Unidos enseguida le ofrecerán una 'chowder' de almejas, y en los restaurantes populares de México un pozole. En cualquier rincón de Asia verá cómo las disfrutan por la calle y no hay menú allí que no empiece, o termine, con una sopa.
Para intentar animarnos a comerlas, la Fundación Alicia, un centro de investigación dedicado a la mejora de los hábitos alimentarios y a la promoción del patrimonio gastronómico, ha publicado un libro que se llama así, 'Sopas'. Un completo recorrido por su historia, su importancia social y su presencia en el mundo. Y con recetas para todos los gustos. Un buen paso para que no dejemos morir a las sopas.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.