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Estudió Trabajo Social y Sociología pero el mundo del vino siempre estuvo muy presente en su vida por lo que Almudena Castelló no se lo pensó dos veces a la hora de poner en marcha junto a sus dos hermanos la bodega Viña Alondra. «Mi ... formación académica nada tenía que ver con esto, luego llegó lo de estudiar para ser sumiller, lo que sabemos es lo que hemos visto y aprendido desde siempre en casa».
La tradición en el hogar de los Castelló era la de elaborar vino pero con el tiempo su padre decidió plantar más viñas en su pueblo natal de Langa (Ávila). Esa ampliación quedó en manos de los hijos ya que el progenitor falleció y fue en ese momento cuando «decidimos coger las riendas pero ya no solo para consumo, empezamos haciendo crianza y luego fuimos diversificando».
El binomio tradición e innovación se conjuga a la perfección en esta empresa que por un lado tiene como norma el respeto al cultivo tradicional y los tiempos que marca la tierra pero sin dejar de lado nuevas experiencias que se notan en los resultados de sus vinos.
De estos principios surgió la idea de introducir parte de sus 'crianzas especiales' en el embalse de Las Cogotas,(Ávila), algo innovador porque «creemos que es la primera vez que se introduce el vino en agua dulce» pero a la vez, con los posos de la tradición.
«Hay cosas que siempre has escuchado en el pueblo como que de vez en cuando han aparecido botellas antiguas enterradas y en buen estado», comenta Almudena, «la gente cuando iba al campo metía el vino en un pozo para que estuviera fresco y siempre quedaba alguna botella dentro que también se encontraba con el tiempo asentada por lo que nosotros rizamos el rizo y aunque no es lo mismo un embalse que un pozo, pensamos en algo nuevo dentro de la tradición».
El resultado después de diez meses en ese lugar «totalmente oscuro» en el que los propios buzos tuvieron sus problemas a la hora de sacar las botellas, fue un vino «realmente muy asentado, muy suave y con toques de todo».
Almudena asegura que el vino la ha permitido «descubrir un mundo porque cuando ya comercializas te encuentras con algo totalmente diferente a lo que conocías».
Todo el trabajo de elaboración es prácticamente artesanal y sus producciones, además de estar muy seleccionadas con una poda en verde «bestial», están certificadas en ecológico por eso la gusta tirar de una frase que define su trabajo, «el vino natural de Langa».
Las perspectivas son buenas y Almudena no se pone límites, «queremos expandir la marca a nivel mundial pero sin perder la esencia de Viña Alondra, un vino único, pequeño, de calidad gourmet».
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