Melocotón, una fruta con leyenda

De mayo a septiembre es la mejor temporada para su consumo, aunque puede encontrarse durante todo el año y también en su versión de conserva. Existen diferentes variedades, aunque una de las más conocidas es la de Calanda, una Denominación de Origen Protegida del Bajo Aragón y que se caracteriza por tener la piel de color amarillo. Por cierto, que una de las variedades del melocotón que está de temporada son las nectarinas. También hay leyenda china vinculada porque se consideraba a esta fruta como el néctar de los dioses. Y en el caso del paraguayo, originario también de China, con piel aterciopelada, pero de forma aplastada, se trata de una mutación natural del melocotón.

Las características nutritivas de ambas son muy similares a la del melocotón bajo aporte calórico, mucha cantidad de agua, ricos en antioxidantes y con vitaminas A, B1, B2 y vitamina C. Así que existe una amplia variedad en el mercado de esta fruta con la que se pueden preparar diferentes platos. En la cocina, el melocotón se ha empleado principalmente para la elaboración de salsas y en el mundo de los postres, ya sea en un estupendo bizcocho o un refrescante sorbete o helado. Pero también se aprovecha para dar colorido y un sabor diferente a las ensaladas de verano.

Si hablamos de las salsas, mencionadas anteriormente, estas están pensadas para acompañar platos de carne a los que aporta un toque fresco. Por ejemplo, puedes sorprender en casa con un solomillo acompañado de melocotón. Solamente habrá que triturar unos trozos con un chorrito de zumo de limón y una cucharada de azúcar. En una cazuela se deja cocinando unos minutos y después se cuela para evitar que queden trocitos. Luego cuando el solomillo esté emplatado se cubre con la salsa y se sirve.

Más refrescante es la opción de los sorbetes e igual de fácil porque una vez que tengas el melocotón triturado solamente tendrás que ponerlo en el congelador. Eso sí, al cabo de una media hora es importante sacarlo y removerlo un poco para que no se quede congelada la parte superior. Esta operación se repite cada media hora un total de tres veces y cuando se compruebe que tiene la textura adecuada que está a medio camino entre el batido y el granizado, estará listo para ser servido en un original vaso o en una copa de postre.

Mermelada casera

Empezar el día con un buen desayuna ayuda a continuar con energía el resto del día. Entre dulce y salado cada uno se decanta por la opción que más le guste o le ayude a continuar con energía el resto del día. Así que, en esta ocasión, para los que les guste el dulce una tostada con mermelada casera es irresistible. Fresa, albaricoque y melocotón son las más solicitadas. Para prepararla en casa hay que dedicarle un poco de tiempo. Primero pelando y troceando unos melocotones que se pondrán en agua a cocer con el azúcar. Se aconseja una proporción de azúcar igual a la de la fruta pero puede rebajarse la cantidad. Con el fuego suave se va removiendo hasta que el melocotón se ablande y se añade un poco de zumo de limón. Se sube el fuego y cuando burbujee se vuelve a bajar y se deja terminando de cocer. Después se puede triturar dejando algunos trocitos de fruta. Cuando se alcance el espesor deseado será el momento de rellenar los botes que deberán haber sido correctamente esterilizados. Una vez estén bien cerrados estarán reposando al menos un día. Los botes deben conservarse en un lugar oscuro, seco y fresco.