¡Es la leche!

De hecho, Castilla y León es el principal productor de leche de ovino del país y el segundo de vacas, y también destaca en la exportación de productos relacionados con el sector lácteo. Ingrediente habitual en los fogones, participa en numerosas y populares recetas. ¿Qué sería de las croquetas sin la bechamel elaborada con leche o de otro tipo de salsas.? Entre sus derivados, la mantequilla, la de Soria con Denominación de Origen, hace las delicias de los desayunos tranquilos y es también ingrediente indispensable en la repostería.

Aunque uno de los productos derivados de la leche con mayor proyección productora y exportadora son los quesos. Bajo la etiqueta de Marca de Garantía destaca el queso Arribes de Salamanca, elaborado a partir de leche cruda de oveja con cuajo natural. Con Indicación Geográfica se encuentra el Queso Azul de Valdeón, elaborado con leche de vaca o cabra o la mezcla de ambas; de maduración larga, se caracteriza por un sabor y aroma intenso. Con DO es imprescindible mencionar el Queso Zamorano, a partir de leche producida por ganado ovino de razas autóctonas churra y castellana; y la IGP Queso Castellano, que ampara los elaborados con leche cruda o pasteurizada de oveja de todo el territorio de la comunidad.

En cuanto al amplio abanico de recetas en las que la leche interviene, destacan las apetecibles natillas, los flanes, la siempre sabrosa leche frita o el dulce de leche, la leche merengada, el tiramisú o las torrijas, entre otros muchos. La repostería saca buen provecho a este alimento por el sabor extra dulce que aporta la leche condensada, a la que se recurre con frecuencia, especialmente para bizcochos, tartas y cremas pasteleras.

Como endulzante para el café se encuentra en la base del conocido café bombón, que se corona con una nube de nata. Y no falla en el resto de bebidas con cafeína, el café con leche, manchado, capuchino y también se consume con té. Otra variante es la leche evaporada, bastante menos dulce que la condensada. Y también podemos recordar las elaboraciones con leche, cuando llega el buen tiempo, de batidos y helados.

Un deleite de cuchara

Uno de los postres típicos por excelencia del que se puede disfrutar en cualquier momento del año es el arroz con leche. Lo complicado de este plato es la preparación porque los ingredientes son fáciles de encontrar, leche, arroz, canela en rama, piel de limón y sal. Y lo de complicado, hace referencia más bien a la paciencia y maña que uno tenga en los fogones. Requiere de tiempo y paciencia.

Primero hay que poner en una cazuela la leche a calentar con una pizca de sal, la canela y se añade la cáscara de un limón, también se puede utilizar la de naranja o ambas. A fuego medio, se va dando vueltas y al cabo de unos minutos se añade el arroz. Hay que seguir removiendo para que suelte el almidón y después habrá que estar pendiente de cada poco ir moviéndolo para que no se pegue y se alcance una textura cremosa.

La preparación casera puede durar unos 45 minutos dependiendo de las cantidades y no hay que olvidar que el penúltimo paso será el de añadir el azúcar. Para finalizar, al servirse se espolvorea con un poco más de canela.