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Su especialidad es buscar alternativas de ocio para los más pequeños. Talleres de cocina, de manualidades, hinchables, competiciones deportivas… Ahora se ha embarcado en su última aventura, un huerto educativo que tendrán que cuidar y mimar los niños que disfruten de los campamentos de verano ... en la localidad burgalesa de Fresnillo de las Dueñas. Desde finales de junio hasta principios de septiembre, Lydia Martínez, con su empresa OcioDuero, dirige estas colonias en las que participan 80 niños, que esté año tendrán una labor añadida: velar por el desarrollo de los cultivos.
«Con la pandemia empecé a buscar cómo dinamizar en el exterior con nuevas actividades, dando una vuelta a lo que hacíamos. Aposté por impulsar un huerto infantil. Una idea fácil, un espacio abierto, donde descubrir el espacio más rural, tocando la tierra…», explica Lydia, quien gracias a la ayuda de un vecino del municipio consiguió la cesión de una parcela que preparó para albergar esta iniciativa.
De momento, el huerto ya está sembrado. Lo han hecho un grupo de pequeños que han participado en la actividad de los 'Viernes Divertidos' que durante todo el año promueve el Ayuntamiento de este municipio ribereño de 700 habitantes, situado a tres kilómetros de Aranda de Duero. Las semillas están ya en la tierra y, durante todo el verano, los niños que disfruten de estos campamentos, además de diversión tendrán una responsabilidad, la de velar porque crezcan las verduras, hortalizas y aromáticas.
El huerto educativo, adaptado para niños, saca un gran partido de las posibilidades que da el medio rural. Un total de 400 metros cuadrados con cinco bancales en los que se han plantado berenjenas, lechugas, pepinos, calabacines, cebollas rojas, acelgas, puerros, tomates y zanahorias. También aromáticas como romero, albahaca, lavanda, tomillo, melisa, menta y hierbabuena, además de un manzano y girasoles.
«Ahora pueden regarlo, disfrutarlo, ver cómo evoluciona las plantas… A partir de ahí, también realizamos talleres sobre cómo evolucionan los cultivos, las cualidades de hortalizas y verduras o de dónde vienen las plantas», indica la responsable de la actividad. Los huertos tienen mucho que enseñar y, en los últimos años, se ha demostrado su gran valor educativo y socializador. Se observa la tierra, se conoce de dónde vienen los alimentos.
Durante todo el verano, los niños de Fresnillo de las Dueñas, acompañados de los monitores, acuden dos o tres veces por semana para regar, quitar malas hierbas y plantar algo más. Luego con cuidados y confiando en el beneplácito del tiempo llegan hasta el resto final: la recolección. A partir de ahí, se llevan los alimentos a casa, donde llegará el turno de prepararlos y degustarlos. La monitora incide en que con esta iniciativa se fomentará el cuidado del medio ambiente, además de la cooperación en un proyecto común. «El huerto no es de nadie y es de todos, eso es algo que les gusta», concluye.
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