Pan espelta en cocina

Mario y Pablo Sáez Martín, dos hermanos de 10 y 6 años, respectivamente, son los auténticos maestros de este tiempo de cocina en el que sacaron adelante diversos panes y bollos pero sin duda, su madre Elena merece una mención especial. La progenitora les ha enseñado el gusto por lo sano, «huimos de harinas blancas refinadas, los panes que hacemos son de espelta, harina de trigo integral y harina de centeno», indica. Además, su cocina no es una cualquiera y en este hogar de Villaverde de Medina (Valladolid), la masa se hace con la ayuda del robot de cocina y se hornea en cocina bilbaína o de leña, «porque somos unos cocinillas modernos», dice Mario.

El mismo hermano mayor aclara que en este reportaje no solo puede hablar de pan, «también hicimos el típico bizcocho de toda la vida en forma de castillo y otro de chocolate en forma de dinosaurio porque mi madre tiene muchos moldes».

Lo que él entiende por «de toda la vida», es el bollo de yoghurt cuya receta aprendió su madre en el colegio en 5º de EGB, «desde entonces no he dejado de hacerlo».

Mario y Pablo explican que el primer paso para hacer el pan es elaborar la masa madre con harina, agua, miel y levadura fresca, «luego se pone en un cuenco con agua y crece».

Ayudados por el robot de cocina mezclan agua, harina, sal, levadura y la masa madre, «y así el robot amasa por nosotros».

Tras dos horas de reposo lo amasan y unos se decantan por bollos pequeños que congelan y utilizan para el almuerzo del cole y otros por panes redondos «con mucha miga porque a mí me gusta mucho», asevera Mario.

Elena tiene una cocina equipada con ese horno de leña porque «en casa de mi madre siempre la hubo y por eso yo también la puse, fue un capricho que luego no usas tanto pero a mí me parece que el pan y los bollos están más ricos cocidos con leña».

Concluyen que aprovechando que el robot de cocina estaba ya sucio, se decidieron por el bollo de yoghurt, cuyo ingrediente principal también es casero; y por un bollo de chocolate en forma de dinosaurio que queda totalmente negro porque lo hacen con chocolate puro. «A mi lo que más me gusta del mundo son los dinosaurios», aclara Pablo.

Elena confirma que a sus hijos «les gusta ayudarme en la cocina sobre todo a hacer las cosas que les gustan a ellos como las galletas, el pan o las 'energy balls', bolas de almendra molidas, dátiles, crema de cacahuete, aceite de coco y cacao puro en polvo».

Pero por si esto fuera poco y tal y como se aprecia en las imágenes, estos chicos brillan con luz propia por otro secreto más, y es que su madre les ha hecho tanto el mandil como el gorro.