Frambuesas, dulces y jugosas

De origen griego su origen se sitúa en el monte Ida. A partir de ahí tras el aprovechamiento culinario que hicieron los griegos de este fruto rojo continuaron los romanos y su expansión siguió por el resto de Europa. La temporada ideal para su consumo se extiende desde comienzos de verano hacia mediados del otoño, pero cada vez son más, debido a su alta demanda, los invernaderos que facilitan la presencia de la frambuesa y los frutos rojos en general durante todo el año.

Otros son previsores y hacen confituras que conservan el resto de los meses o congelan parte de la producción para ir utilizándola cuando sea necesario en los siguientes doce meses. Las variedades que se pueden encontrar en el mercado son el frambueso rojo, rojo y negro, negro y púrpura. También se pueden clasificar según la época del año en la que fructifican.

La mayoría de las variedades son de verano, sin embargo, existen frambuesas de otoño y aunque el volumen de la cosecha es menor, amplían el período de recolección de estas frutas. El aroma que desprende y su toque agridulce en boca hace que sean los postres uno de los platos que más aprovecha su potencial. En dulces mermeladas, confituras, suaves cremas para cubrir en pasteles, tartas y crepes, pero también se hacen helados o pudines.

En los desayunos con boles de yogur y cereales, las frambuesas junto a las moras, fresas y arándanos también hacen buen equipo. Y en cuanto a los platos más contundentes como puedan ser las carnes de caza, pato, pavo, pollo o también cerdo y ternera, su sabor agridulce en forma de salsa contrarresta efectivamente en el plato. En el caso de las ensaladas, las frambuesas se incorporan frescas o en ligeros aliños con vinagretas caseras en las que predominan los sabores de las frutas del bosque le aportan un sabor diferente a las ensaladas otoñales. En este caso, con un surtido variado de quesos, frutos secos y brotes de diferentes lechugas se presenta una sugerencia acorde a la estación del año.

En el mundo de los licores también hay presencia de este fruto rojo en variados orujos y aguardientes, que con conocimientos también se pueden hacer caseros. En cuanto a los cócteles que aprovechan esta fruta se pueden encontrar refrescantes propuestas como el daikiri de frambuesa, mimosa de frambuesa o la limonada de frambuesa con vodka. Y al margen del alcohol, se exprimen las frambuesas para disfrutar de zumos y batidos, que, combinados con otras frutas como la manzana o solos, se incluyen como bebida en dietas adelgazantes, pero también se disfrutan en cualquier momento como aperitivo o merienda.

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