Estrella para un taller de cocina en el que fluyen las ideas

La pregunta es ¿cómo trabajan juntos una gran diseñadora, que ha aguantado durante años las tensiones de las pasarelas, los viajes, los flashes y los premios, y un gran cocinero, que ha lidiado con 'reality show' de cocina y ha recibido numerosos reconocimientos? Pues la respuesta de ambos es coincidente. Es un buen maridaje en el que la aportación de ideas es continua por ambas partes. Además, son dos personas sensibles que comparten creatividad. El resultado es evidente. Ambos se encontraban ayer felices. Ella seguía en Sevilla, donde recibieron la estrella en la noche del miércoles, y él estaba de regreso a su restaurante de Salamanca.

Es la segunda estrella para un chef cuya cocina tiene «alma española y corazón peruano». La base culinaria es la misma, pero en el Taller Arzuaga se ha tenido en cuenta que están junto a la bodega y que muy cerca tienen la finca La Planta. «Hemos hecho el trabajo bien y hemos tomado buenas decisiones; estoy feliz por el Grupo Arzuaga y todo el equipo» , señala. Reconoce que el primer año fue complicado gestionar el restaurante Taller Arzuaga «porque no teníamos equipo; pero desde que está como jefe de cocina John Mendoza -también peruano-, puedo delegar y confiar en su criterio; sus ojos son mis ojos y sus manos son mis manos».

Para el chef «es una ventaja trabajar con una persona tan creativa como Amaya porque ella siempre está encima de todo y sabe trasmitir la sutileza a los platos; es una persona muy inquieta, siempre con nuevas ideas; es una mujer que ha viajado mucho y ha comido en muchos lugares, por lo que nada le resulta raro; su aportación es muy grande». Víctor insiste en que «es una mujer de mundo y es un placer trabajar con ella porque aporta muchísimo al restaurante».

«Reconozco que soy una pesada, la moda lleva consigo un concepto de la creatividad muy diferente, que yo aplico también en el restaurante. Se me ocurre una idea y busco documentación, la aplico y veo los resultados. Ahora aplicó a un plato lo que antes ponía en práctica con un vestido», apunta la diseñadora. A pesar de que la forma de trabajar es muy distinta, Amaya Arzuaga confirma que «somos dos personas muy diferentes que nos comunicamos muy bien».

La diseñadora es la responsable de la decoración y de todos los detalles del restaurante recién premiado por la guía francesa de la alta gastronomía, desde elegir los muebles y las luces, hasta los manteles, la vajilla y la cristalería, además de su directora. Y ya se sabe que todo cuenta para convencer a los inspectores de la Guía Michelin, aunque la cocina esté por encima de todo. Amaya trabaja el día a día con el jefe de cocina del director gastronómico. Y de John Mendoza también habla maravillas. «Nos entendemos a la perfección; sabe aceptar una pequeña crítica o cualquier sugerencia, porque soy la que detecto lo que opinan los clientes y después se lo transmito», añade.

Siempre con el objetivo de mejorar. ¿Van a intentar alcanzar la segunda estrella? «Sí, claro, y la tercera. La segunda para que no te quiten la primera y la tercera para que no te dejen sin la segunda», confirma la que fue Premio Nacional de Diseño de Moda en 2013.