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Rais Esteve, Oriol Castro, Mario Rodríguez y Joan Coca, del restaurante Disfrutar de Barcelona, antes de salir al escenario del Auditorio en San Sebastián Gastronomika 2022. Javier Comenero
Disfrutar con esencia de Castilla y León

Disfrutar con esencia de Castilla y León

Jóvenes cocineros de la región vuelven a dar el do de pecho en San Sebastián Gastronomika

Nieves Caballero

Viernes, 7 de octubre 2022

San Sebastián Gastronomika fue el primer congreso organizado en el mundo que se dedicaba en exclusiva al arte culinario. Esta cumbre creada hace 23 años inspiró otros encuentros pero sigue siendo una cita ineludible porque fue en esta ciudad del Cantábrico en la que se pusieron los ingredientes para la posterior revolución de la cocina española. Para ello fue necesario que una serie de cocineros vascos viajaran a Francia y regresaran impregnados de las bases que luego dieron lugar a la llamada Nueva Cocina Vasca. Allí, en el Palacio del Kursaal, han estado de nuevo los grandes chef vascos para recibir y arropar a los mejores cocineros de otros puntos del mundo y de España, también a los de Castilla y León.

Han sido varios los protagonistas. El lunes, el vallisoletano Mario Rodríguez se subía al escenario del Auditorio del Palacio del Kursaal junto a uno de los grandes de la cocina actual, el catalán Oriol Castro, uno de los tres socios de Disfrutar Barcelona, establecimiento considerado el tercer mejor restaurante del mundo por The World's 50 Best Restaurants . Al frente de este restaurante con dos estrellas Michelin están Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, que se asociaron hace una década (2012), después del cierre de ElBulli, donde trabajaron en el equipo de Ferran Adriá. En primer lugar abrieron Compartir en Cadaqués, después Disfrutar Barcelona (un espacio de consultoría gastronómica en 2018) y Compartir Barcelona, su tercer local. Oriol Castro no es desconocido en Valladolid puesto que es uno de los patronos de la Escuela Internacional de Cocina Fernando Pérez y ha acudido a la ciudad del Pisuerga en numerosas ocasiones para apoyar los concursos provincial, nacional y mundial de pinchos.

Mario Rodríguez, que forma parte en la actualidad del equipo de consultoría y creatividad de Disfrutar de Barcelona, pertenece a una familia de larga tradición hostelera en Valladolid, ya que sus padres llevaron durante más de 30 años el restaurante Miguel Ángel en Parquesol, hasta que decidieron jubilarse en 2020, justo el año del estallido de la pandemia del coronavirus. Desde el principio, el joven cocinero tuvo claro que quería seguir los pasos de sus padres, con los que trabajó inicialmente después de estudiar Cocina. «La cocina me atrapó», confiesa, y lideró la cocina de Mi Tierra, un segundo restaurante que abrió junto a su familia también en Parquesol, en el que permaneció seis años. Sin embargo, tuvo la necesidad de viajar para tener otras experiencias y conocer otras cocinas y se marchó a Tailandia, donde estuvo durante dos años. Regresó a España y buscó un lugar como Disfrutar Barcelona. «Quería un sitio que me aportase culinariamente el máximo y Disfrutar era el sitio, es la cocina de referencia», apunta.

Tras presentar el año pasado su evolución en el trabajo de las esferificaciones, el equipo de Castro volvió a sorprender este con su trabajo con los almidones, concretamente con la amilopectina que, al horno o al microondas, consigue nuevas texturas sufladas que se pueden trabajar tanto en dulce como en salado.

El equipo de Disfrutar invitó a los representantes de la alta cocina a reflexionar sobre el cambio climático y, para ello, recurrió a un plato en el que se come la nieve, creada con una máquina que logra la textura de una precipitación de pequeños cristales a partir de hielo. Sin embargo, según advirtió, puede venir un camarero con un soplete y la nieve desaparece, como los casquetes polares a causa del calentamiento global del planeta. También adelantó el trabajo que han empezado con el koji y sus esporas para explicar cómo investiga un restaurante de vanguardia.

El cocinero berciano Samuel Naveira, durante su ponencia, y abajo dos de sus platos.
Imagen principal - El cocinero berciano Samuel Naveira, durante su ponencia, y abajo dos de sus platos.
Imagen secundaria 1 - El cocinero berciano Samuel Naveira, durante su ponencia, y abajo dos de sus platos.
Imagen secundaria 2 - El cocinero berciano Samuel Naveira, durante su ponencia, y abajo dos de sus platos.

El martes, subió al escenario del Auditorio del Palacio del Kursaal el berciano Samuel Naviera, con una estrella Michelin en su restaurante Muna de Ponferrada, quien dio una vuelta a un pescado del Atlántico para llevárselo a su terreno y demostrar que con la pesca también se puede ejercer la filosofía del desperdicio cero, como si se tratara del cerdo del que se aprovechan hasta los andares. Naveira unió el mar y la montaña para preparar tres platos con diferentes partes de la lubina y distintas técnicas (plato de huerta, de bosque y marino). La lubina era de Acuanaria, procedente de acuicultura en aguas canarias, y la puso como ejemplo de sostenibilidad. Para el chef de Muna, «la lubina es el cerdo ibérico del mar», que cocina siempre con productos de la huerta de su tierra. «En El Bierzo y en el resto de Castilla y León tenemos productos maravillosos y por eso quiero dar voz a todos los productores que trabajan con nosotros porque nutren nuestras despensas y no seríamos nada sin ellos», abanderó el cocinero, para quien es tan importante el entorno como las vivencias, lo que permite elaborar platos de otros países con productos de aquí.

Naveira demostró a través de sus recetas cómo se pueden aprovechar todas las partes de la lubina llevadas a su terreno, con productos de la huerta y el bosque de El Bierzo. Para ello elaboró tres recetas donde utiliza ventresca, grasa, cabeza, espinas, hígado y lomo. En una de las recetas más llamativas recurre a la parpatana, la parte que rodea la boca por abajo, la mandíbula y el cuello, que antes se despreciaba y ahora se ha convertido en una delicia. Naveira destacó que es una parte adecuada para asar y la preparó glaseada con una salsa oscura, por lo que parecía más una pata de conejo o de lechazo. Iba acompañada por un ramen de inspiración japonesa pero con verduras de la huerta berciana. Por otro lado, cocinó el lomo a la brasa para aportar ese toque ahumado muy característico de la cocina berciana y del resto de León. Lomo que iba acompañado de un crujiente relleno con el hígado de la lubina macerado en vino oloroso.

Joaquín Carrasco.

Buen estreno para Salamanca

Sin lugar a dudas, uno de los expositores más transitados y que ha cosechado mayor éxito en esta edición del congreso San Sebastián Gastronomika Euskadi Basque Country ha sido el de Salamanca Para Comérsela. Numerosas personas se han acercado hasta el estand salmantino para probar las creaciones realizadas durante las tres jornadas. Catorce restaurantes y más de media docena de productores locales han sido los embajadores en la primera expedición salmantina a esta cita, considerada como el congreso decano de la gastronomía. En la Parra (con estrella en la Guía Michelin desde 2020), el Mesón de Gonzalo, DOZE, Oroviejo y Vida&Comida fueron los encargados de mostrar sus platos en la primera jornada. La Sastrería del Mercado, Bambú, La Jara, ConSentido y Tapas 3.0. lo hicieron el martes, mientras que Pucela, El Alquimista, Lilicook Vermutería y Lilicook Gastrobar protagonizaron la última jornada. Los ibéricos de La Hoja del Carrasco –firma que contó con un cortador de jamón– y de Blázquez, los vinos de las denominaciones de origen Sierra de Salamanca y Arribes, junto a las Marcas de Garantía Hornazo de Salamanca, Quesos de las Arribes de Salamanca, Garbanzo de Pedrosillo y la Lenteja de la Armuña tuvieron también sus momentos de gloria para hacer las delicias de todos aquellos congresistas y visitantes que se acercaron por el expositor.

Diego González.

El Premio Ruinart, para el burgalés Diego González

El año pasado fue la vallisoletana Elia María Arranz la ganadora de la sexta edición del Premio Ruinart Sommelier Challenge en el marco del congreso San Sebastián Gastronomika Euskadi Basque Country, y este año ha sido el sumiller burgalés Diego González, de 34 años, tras enfrentarse a más de 50 profesionales en una complicada cata con vinos de todo el mundo. Este sumiller aconseja en materia de vinos en estos momentos a restaurantes de la categoría de Cobos Estratos en Burgos y Ambivium, con una estrella Michelin en la localidad vallisoletana de Peñafiel y que este año se ha encargado de la ponencia inaugural en San Sebastián Gastronomika. Diego González fue el Mejor Sumiller de Castilla y León en 2019 y este año se ha clasificado en el certamen nacional para representar a España en el campeonato mundial que se celebrará en febrero de 2023. Diego reconoce que esta competición cada vez es más difícil porque cada año se presenta gente más preparada. Para Diego González ganar el Premio Ruinart es un empuje porque hay que seguir estudiando y formándose, a la vez que disfrutando del mundo del vino, ya que desde su punto de vista esa es la clave, disfrutar con esta bebida. «Hay que hacerlo lo mejor posible, pero teniendo en cuenta que hay personas muy bien preparadas y que va a ser muy difícil». En la actualidad, tiene una asesoría denominada Tiempos Líquidos, que da formación, servicio y organiza catas.

Rafael Carrasco. N. C.

De Ribera del Duero a Ceuta

Rafael Carrasco es cocinero y propietario del restaurante Mesón El Refectorio de Ceuta. Esta semana ha sido uno de los cientos de congresistas que han acudido a San Sebastián Gastronomika y ha visitado a viejos amigos restauradores de la ciudad. Además es distribuidor de vinos de Ribera del Duero en su tierra desde hace 30 años. Pero, ¿como un restaurador ceutí comienza a distribuir grandes vinos de Ribera del Duero en la Ciudad Autónoma de Ceuta, en el norte de África? El cocinero señala que 95% de los vinos que distribuye son de Ribera del Duero, y algunos de Rioja. A principios de los años 90 del siglo pasado, cuando estaban preparados para abrir el restaurante, la Ribera del Duero no era todavía tan conocida, aunque sí que se oía hablar de Alejandro Fernández por la feliz coincidencia del bodeguero de Pesquera de Duero con el cantante español Julio Iglesias en Estados Unidos, donde establecerían una perdurable amistad hasta el fallecimiento del vinatero vallisoletano. «Fue entonces cuando me vine a la Ribera, anduve por allí y me quedé con la distribución de pequeñas marcas», explicaba esta semana Rafael Carrasco.  «En los últimos cinco años el vino que más vendo es Tomás Postigo, Emilio Moro, Arzuaga, Pesquera, Hacienda Monasterio y Aalto. Todos ellos son cupos limitados que están vendidos», argumenta. Distribuye sobre todo los vinos en formatos grandes, magnum, sobre mágnum y otros tamaños disponibles.

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