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Lactarius deliciosus. Su nombre lo dice todo. Es uno de los ejemplares más comunes que crecen en los pinares de Castilla y León. Las lluvias han llegado y la temporada de setas arranca con expectativas. El color anaranjado rojizo tan característico lo hacen fácilmente identificable ... en el plato y también en el campo, eso sí hay que prestar siempre atención a lo que se recoge.
El níscalo comestible puede también confundirse con uno tóxico, así que es mejor consultar ante cualquier duda. A la hora de recolectarlo, cuando se corta el tronco se observa un color naranja y en ningún caso un olor extraño.
Desde el punto de vista gastronómico, las setas en general, cuentan en la región de Castilla y León con fieles seguidores. Son muchos los que esperan cada año la temporada de setas para disfrutar de este manjar que no pasa de moda. Los níscalos se pueden cocinar de múltiples formas. Con unas patatas panaderas, en un revuelto, en arroz, guisados acompañando cualquier carne ya sea pollo, conejo o ternera y también se preparan solos al ajillo, como entrante o tapa de temporada.
Un factor a tener en cuenta a la hora de cocinarlos es su oxidación. Así que se recomienda su consumo en la mayor brevedad. Según avancen las horas adquieren cierta tonalidad verdosa. En cualquier caso, es cuestión de prestar atención y ante cualquier duda consultar antes de consumir.
Para preparar los níscalos al ajillo, lo primero que habrá que hacer es limpiarlos cuidadosamente. Con un poco de paciencia, se les da unas ligeras sacudidas para que vayan cayendo los restos de tierra y después con ayuda de un trapo se van limpiando con cuidado. Después, la preparación será bastante rápida.
En una sartén con aceite de oliva se echan unos trocitos de ajo, pueden ser laminados o troceados en cuadraditos pequeños. Una vez que estén dorados, será el turno de los níscalos. Una pizca de sal y se les va da dando alguna vuelta para que queden bien hechos. En diez minutos aproximadamente se comprobará que están hechos y se retiran del fuego. Antes de servirlos se les echa un poco de perejil fresco que le aportará un interesante contraste de color, y a disfrutarlos.
Ingredientes Níscalos, ajos, aceite y perejil
Proceso Limpiar los níscalos con un trapo húmedo para retirar bien la tierra. Sacudirlos y después trocearlos. En una sartén con aceite dorar un par de dientes de ajo en trozos pequeños. Una vez que tengan color se añaden los trozos de setas, se les echa un poco de sal y se dejan al fuego unos diez minutos. Consumir una vez preparados. El contraste de color lo aporta el verde de perejil que se le añadirá al final.
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