Carlos Sánchez, cortador de jamón en los Oscar y eventos de lujo

«El vino es el compañero ideal del jamón»

Nada le hacía presagiar cuando regentaba una carnicería en Burgos que iba a terminar cortando jamón para las máximas estrellas del celuloide, el deporte y los nombres más destacados del panorama político internacional. Carlos Sánchez, afincado en Nueva York, se dedica a llevar la felicidad en forma de jamón en eventos como los Óscars o el Máster de Augusta. Se codea con figuras como Barack Obama o Jeff Bezos.

–¿Cómo es ser cortador de jamón para eventos 'luxury'?. Hablamos de los Oscars, Máster de Augusta, Formula I…

–No hace falta nada especial. Me lo encontré de casualidad. Era carnicero en Burgos, de ahí surgió la idea de montar la empresa de cortadores de jamón 'Los Finos' que ya hemos cumplido 21 años. A partir de ahí, empecé a hacer eventos, y sin darme cuenta me he colado en las grandes citas denominadas 'luxury'. Actualmente, junto a mis socios, estamos en los eventos más importantes de lujo a nivel mundial. En mi caso, me centro especialmente en Estados Unidos. He sido la única persona que ha estado dos veces cortando jamón dentro la ceremonia de los Óscars de Hollywood. He estado en la inauguración de la casa de Jeff Bezos, en el Máster de Augusta… Es algo que nunca hemos buscado, pero estamos ahora metidos de lleno en ello.

–¿Cuál ha sido el evento que más ilusión ha generado o más huella ha dejado?

–Tengo un palmarés muy extenso en ese tipo de eventos. Todos son muy especiales y cada uno que haces te va dejando una pequeña huella. Es cierto, que hay dos cosas que me han impresionado mucho. Cuando estuve con Barack Obama y pude hablar con él mientras le cortaba un plato de jamón. Ese día me emocioné. El otro, ha sido este mismo año, en la entrega de los Óscars donde estaba cortando y me ponían el premio en la mesa al lado del jamón. Cuando ya abandonábamos la gala y salíamos andando por la alfombra roja, se me saltaron las lágrimas del momento vivido. Es algo muy inusual, un burgalés, cortador de jamón, pisando la alfombra roja dos veces.

–¿Qué acto cree que puede faltar en su currículum, si es que hay alguno…?

–No lo he pensado, la verdad. Es cierto que tengo un minicalendario del año. Máster de Augusta, Oscars, eventos que ya cuento con ellos. Luego lo que surja, no pienso en lo que me falta.

–¿Alguna anécdota más con rostro famoso?

–Cuando estuve con Steven Spielberg. Se acercó y estuvimos charlando del jamón. Sacó su móvil, puso formato vídeo y se puso a grabarme. Fue muy emocionante porque cuántos actores están deseando que les grabe y, en mi caso, me hizo un vídeo de quince minutos cortando diferentes platos. Fue algo muy curioso y divertido que también me marcó mucho.

–¿Es aficionado al mundo del vino?

–Me encanta el vino y, además, gracias a la posición donde estoy, cada vez conozco más vinos. He estado por Napa Valley descubriendo y visitando bodegas, hemos estado trabajando allí junto a José Andrés con Bradley Cooper, Camerón Díaz y Álex, el batería de Maná.

–¿El vino es buen compañero para el jamón?

–No es buen compañero... ¡es el compañero! Se recomienda que se consuma con un vino. Puede ser un fino, un jerez, un rosado, un champán o un tinto… Aunque siempre digo que cada cual lo disfrute como quiera. Si vamos a Ribera, el vino blanco elaborado con albillo marida muy bien con el jamón. Es algo poco habitual, pero hay que probarlo y descubrirlo, porque aseguro que son grandes compañeros.

–¿Cuál es el momento ideal para disfrutar del jamón y el vino?

–Si fuera doctor, lo recomendaría cada ocho horas (risas). Al terminar la jornada laboral, un poco de música, un vinito y un platito de jamón. Debemos darnos ese capricho. Con el día bueno para celebrar, con el día malo para superarlo.

–¿Un brindis?

–Brindo por Valencia para darles ese apoyo, ese cariño… Y para que no se repita.

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