

Secciones
Servicios
Destacamos
Desde tiempos remotos, los artistas se han inspirado en la viña y el vino para sus obras. Parras, racimos y uvas se reproducen de forma ... más o menos realista en la arquitectura, la pintura y la escultura. La madre tierra marca la vida y nadie puede eludir su origen. Casi sin darse cuenta, el artista percibe los impulsos que al final reflejarán sus obras. Así le ha ocurrido de alguna manera al joven vallisoletano Pedro Alonso Suárez, que estudió dos años de Artes y Oficios pero después enfocó su vida profesional por otros derroteros. Comenzó a realizar sus esculturas como una simple afición hasta que ha logrado que sus obras encuentren un lugar para exponer su arte.
Pedro Alonso se ha inspirado en las cepas viejas que ha visto desde su niñez en el valle del Duero, en la finca familiar de Villabáñez, para realizar sus esculturas abstractas en hierro dulce. En algunos casos, el artista no trata el material para que se perciba el paso del tiempo en el hierro, mientras que en otras ocasiones sí que interviene con tintes de diferentes tonalidades para interrumpir la oxidación natural. De esta menara, logra reinterpretar las diferentes variedades de uva, las estaciones, el tiempo que todo lo transforma y a las personas.
Desde el pasado 25 de noviembre y hasta el próximo 30 de enero de 2022, este joven vallisoletano expone la muestra 'Viñas viejas' en el Patio de la Reina del Hotel de la Reconquista de Oviedo. Como las cepas viejas que siempre darán los mejores frutos, este artista de 49 años ha necesitado madurar para dar el paso y exponer unas obras que hasta ahora solo se habían mostrado en el ámbito privado.
Se trata de 11 esculturas que el artista, también pintor, ha ido moldeando con sus manos en hierro dulce sin que intervenga ningún tipo de maquinaria, al igual que toda la vida se han recogico las uvas de forma manual. En esta caso, las esculturas miden 90x90x100, aunque tiene otras obras de gran formato. Las uvas son imames, que atraen la mirada por su brillo y aportan el punto más realista a sus obras.
Cada obra transita por una casta o cepa distinta. Todas ellas tienen nombre, inspirado en personajes que el autor ha conocido a lo largo de su vida y que están muy vinculados con el mundo del vino, desde la poda hasta la recolección o vendimia, pero también a la elaboración: 'Lola la del acento', 'Casilda la escasa', 'Mariquita Pérez la chulapa', 'Blusa, la más vieja', 'Amelia, siempre el mejor racimo', 'Verdeja, la fresca', 'Silvina, siempre helada', 'Bruno, el de alta graducación', 'Amadora, la más bonita' y 'Aniceto, ácido siempre' son sus evocadores nombres.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.