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Nieves Caballero
Lunes, 7 de febrero 2022, 17:50
Tempos Vega Sicilia invertirá cerca de 20 millones de euros para elaborar vinos blancos de albariño, variedad autóctona de Rías Baixas (Galicia), donde ya ha comprado 24 hectáreas de viñedo y terrenos para construir una bodega en el municipio de Crecente. Las viñas se encuentran ... en Condado de Tea, en la parte alta del río Miño; en Salnés, en torno a Cambados, O Grove y Sanxenxo; y en el propio Crecente. El desembarco en Galicia se convierte en la segunda incursión de la compañía fuera de Castilla y León, después de la llegada a la DO Calificada Rioja, y Bodega y Viñedos Deiva será la sexta bodega de la compañía.
La bodega gallega elaborará dos vinos: Deiva, con una crianza de dos años, y Arnela, que será el blanco premium de la casa con una crianza de tres años. La primera cosecha de Deiva está prevista para el 2023 y saldrá al mercado en 2025. El objetivo es alcanzar una producción total de 300.000 botellas con los dos vinos, siempre en función de la calidad de las cosechas.
Era una especie de asignatura pendiente: elaborar un gran vino blanco español, después de producir tintos unicos y reconocidos en todo el mundo bajo la emblemática marca Vega Sicilia. Se ha intentando a lo largo de los años con diferentes variedades en los mismos terrenos de la legendaria bodega vallisoletana, sin dar como resultado los estándares de calidad exigidos por la familia Álvarez.
Finalmente, estarán elaborados con la variedad albariño, «probablemente la gran variedad de vino blanco española», en las Rías Baixas, «una región histórica y singular donde ya hay excelentes productores; la familia cumple el sueño de producir un gran vino blanco español», ha señalado, Pablo Álvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia, que fue el encargado de anunciar el nuevo proyecto, en el año en el que se cumple el 40 aniversario de la compra de Vega Sicilia por parte de la familia Álvarez.
Además del anuncio de la nueva bodega, Tempos Vega Sicilia celebrará este aniversario con la edición de un libro conmemorativo sobre la gestión realizada a lo largo de estos 40 años por la familia Álvarez. El libro, que será editado por La Fábrica, está siendo preparado en estos momentos por el periodista y escritor Alfonso Armada y el fotógrafo Luis de las Alas. Será presentado a finales de año.
Asimismo, la bodega pondrá a la venta, también a final de año, un total 100 cajas conmemorativas del 40 aniversario con 7 Magnum de las últimas añadas de Vega Sicilia Único, Valbuena, Reserva Especial, Alión, Pintia, Macán y Petracs. Estas 100 cajas edición especial serán numeradas y una de ellas será subastada con fines benéficos.
Han pasado 40 años desde que David Álvarez comprara Vega Sicilia, bodega situada en el término municipal de Valbuena de Duero, en la provincia de Valladolid. Era el 15 de abril de 1982 cuando el patriarca de la familia Álvarez firmaba la compra ante notario en el restaurante Zalacaín, considerado en aquellos años el mejor y más deseado restaurante de España. Hoy Pablo Álvarez y su hermana Marta, presidenta de Tempos Vega Sicilia, han vuelto a elegir Madrid para anunciar su desembarco en Rias Baixas,en concreto en el restaurante Desde 1911, con el que Pescaderías Coruñesas rinde homenaje al legado familiar de arrieros maragatos y pescaderos vascos.
En estos 40 años, la familia Álvarez ha convertido Vega Sicilia en una compañía de vinos únicos y reconocidos en todo el planeta, ha mejorado de forma indiscutible la calidad de sus referencias y ha recuperado gran parte de la viña que Eloy Lecanda, fundador de la bodega, plantó a mediados del siglo XIX. En estas cuatro décadas, ha creado cuatro nuevas bodegas (Alión en 1991, Oremus en 1993, Pintia en 2001 y Bodegas Benjamin de Rothschild-Vega Sicilia en 2009), además de impulsar la expansión internacional del grupo. Los números lo dicen todo. Si en 1982 Vega Sicilia vendía unas 200.000 botellas y exportaba a cinco países, ahora el grupo puede producir en torno 1,5 millones de botellas al año de todas sus bodegas que llegan a más de 150 países.
Las ventas de Tempos Vega Sicilia han pasado de los 1,2 millones de euros en 1982 a 60 millones de euros en 2021. La producción se situaba en 200.000 botellas en 1982, mientras que en la actualidad se eleva a 1,2 millones de botellas en 2021, siempre en función de las cosechas y de las exigencias de la calidad del grupo.
Los beneficios se han multiplicado desde los 400.000 euros en 1982 a los 30 millones de euros actualmente. El grupo facturó en 2021 un total de 60 millones de euros y obtuvo un EBITDA de 37 millones. Asimismo, invierte 5 millones de euros al año en la renovación y mantenimiento de los activos de sus bodegas.
Expación internacional
Uno de los grandes desafíos de la familia Álvarez al llegar a Vega Sicilia fue impulsar decisivamente su expansión internacional. Y como suele decir Pablo Álvarez: «El refrán de que el buen paño en el arca se vende es falso. Tienen que conocerte y, si no te conocen, no te compran. Y los vinos españoles desgraciadamente en los años 80 eran poco conocidos fuera de nuestras fronteras. En esas épocas no se veían bodegueros españoles por el mundo; eran sobre todo franceses e italianos. Después de estos 40 años puedo decir que el grupo tiene una dimensión internacional que nunca tuvo».
En la década de los 80, 90 y principios del 2000, el grupo «solo tenía una persona dedicada a la exportación; se viajaba por todo el mundo y se pasaba cuatro o cinco meses al año fuera de España; eran exploradores, se iban al fin del mundo a abrir mercados cuando viajar no era fácil, no había teléfonos móviles ni correos electrónicos; era toda una aventura».
Solo en la promoción internacional, Vega Sicilia ha destinado más de 600.000 euros anuales hasta conseguir que el 70% de su producción se compre en 150 países. Según explica el director general de Tempos Vega Sicilia, Antonio Menéndez, que tienen contacto directo con los más de 250 distribuidores repartidos por el mundo.
«Nuestro objetivo», añade Menéndez, «es que cualquier cliente pueda encontrar nuestras botellas en cualquier parte del mundo; por ejemplo, enviamos un lote de 24 botellas a un pequeño país solo para estar presentes en ese mercado». Además, explica, «trabajamos con mucha antelación; ya hemos enviado a nuestros distribuidores clave la planificación de ventas para los próximos 10 años y estamos haciendo un gran esfuerzo de comunicación en el exterior para que nuestros vinos sean cada vez más conocidos».
En España, Tempos Vega Sicilia tiene 3.700 clientes y una lista de espera de 2.500 personas para obtener el cupo de la casa. Los clientes particulares son 2.700 y suponen el 10% de las ventas en España, mientras al resto va dirigido a los grupos de alimentación (un 60%) y la hostelería (30%).
Una historia de éxito y prestigio
Tras la compra de Vega Sicilia, la familia Álvarez siguió invirtiendo. Calcula que han sido 300 lo millones invertidos desde hace 40 años.
En el año 1986 el grupo comienza a adquirir el viñedo para lo que sería cinco años más tarde Alión, tratando de crear un nuevo estilo de vino, más moderno frente al clasicismo de Vega Sicilia. Alión nació en 1991 con 31.900 botellas y ya 1996 llegó a 300.000 botellas. La producción varía en función de la calidad.
Álvarez explica que el mundo del vino estaba muy atrasado en la década de los 80 en España: «Éramos el tuerto en el país de los ciegos. Vega Sicilia ya era muy avanzada en aquellas épocas pero tocaba renovarse, modernizarse, y así lo hicimos. Empezamos a recuperar todo el viñedo que Vega Sicilia tuvo en el siglo XIX, hicimos los primeros estudios de suelos y viñedos, ahora tenemos 24 clones de tempranillo diferentes y 16 tipos de suelos. El viñedo es la base y el gran patrimonio de Vega Sicilia. Y de cualquier gran vino. Esa es la clave». La finca de Vega Sicilia, con un total de 1.000 hectáreas de terreno, tenía en 1982 solo 80 hectáreas de viñedo y ahora tiene 210 hectáreas, recuperando de esta forma el terreno originariamente dedicado al viñedo por el fundador de la bodega, Eloy Lecanda».
El mismo año de la inauguración de Alión (1991), Jesús David Álvarez leyó en un periódico que Hungría quería privatizar las bodegas de Tokaj, la primera denominación de origen del mundo. No hubo dudas. Pablo y Jesús David viajaron a Hungría para entrevistarse con los responsables de Tokaj y exponerles el proyecto que querían desarrollar en la región, quizás la más antigua, y una de las más grandes del mundo. Después de casi dos años de negociaciones se llegó a un acuerdo.
Hoy la bodega tiene 120 hectáreas de viñas, todas ellas clasificadas como Gran Cru en 1772, y desde el año 1993 han sido renovadas prácticamente en un 85%, después de hacer también una selección clonal. La bodega definitiva se inauguró en 1999.
Han sido muchos años de inversiones, trabajo y mucho esfuerzo que ahora, casi 30 años después, empieza a dar sus frutos, a ganar dinero. El tiempo, el esfuerzo y la paciencia son fundamentales para hacer grandes vinos. Además de sus célebres vinos dulces, Oremus decidió por primera vez en la historia de Tokaj elaborar blancos secos para comercializar. Era el año 2000 y ahora casi todas las bodegas de Tokaj producen blancos secos. En ese momento estrenamos Mandolás, el primer vino blanco seco que salió al mercado.
Pintia (Toro) fue inaugurada en 2001, si bien las compras de terreno comenzaron en 1997. Toro es una región histórica que ha producido vinos poderosos durante muchos años pero el grupo consideró que se podían elaborar vinos más elegantes, vinos excelentes con estructura, color y cada día más finos. Pintia es el gran vino de Toro.
Lo mismo ocurrió en La Rioja. Es la región española más importante para elaborar grandes vinos. Benjamin y Ariane de Rothschild mantuvieron varias reuniones con Pablo Álvarez para concretar la idea que venían estudiando desde hacía años. Decidieron crear una bodega al 50% entre las dos familias y comenzaron a comprar terrenos en secreto. Así surgió BR&VS (2013) y sus dos vinos Macán y Macán Clásico, en el norte de La Rioja.
La compra de terrenos duró más de 13 años. Hoy hay 100 hectáreas de viña, todas ellas con más de 30 años porque se buscaron clones de baja producción que estaban en uso en aquella época. «La Rioja es una gran región histórica, la más importante de España con grandes bodegas establecidas desde hace muchos años y la idea del grupo ha sido el poder crear un gran vino en una gran región. Esto no es fácil; requiere tiempo, trabajo, es fuerzo, equivocarse y saber corregir», aseguran los responsables de Tempos Vega Sicilia.
Pablo Álvarez fue destinado a Vega Sicilia en 1983 por decisión de su padre. Comenzó a ir con cierta frecuencia a la bodega, estableció una estrecha relación con Jesús Anadón, director general durante 36 años, y en muy poco tiempo se enamoró del mundo del vino.
En 1985, tras la jubilación de Anadón, Pablo Álvarez fue nombrado director general de la bodega y en menos de dos años tomó las primeras decisiones trascendentales para Vega Sicilia: puso en marcha un plan para mejorar y recuperar la mayor parte del viñedo que plantó Eloy Lecanda en el siglo XIX y suprimió el uso de herbicidas y abonos químicos. El objetivo era que las bodegas fueran de cultivo orgánico y, además, puso en marcha en esos años una gran selección clonal de todas sus variedades.
Mariano García
En 1985 Mariano García, que ya llevaba unos años trabajando en la bodega, fue nombrado director técnico de Vega Sicilia, cargo que ocupó hasta 1998 en que le sucedió Javier Ausas López de Castro, quien trabajó en el grupo hasta 2015, elaborando en 2014 su última cosecha. Es de agradecer la gran labor que ambos directores técnicos desarrollaron durante los años que trabajaron en Vega Sicilia.
Desde el año 2015, la Dirección Técnica está en manos de Gonzalo Iturriaga, hombre inteligente que sabe llevar nuestros vinos a este siglo XXI en el que mucho nos falta por recorrer.
Las 650 hectáreas de viña de Tempos Vega Sicilia se cuidan bajo la dirección de Enrique Macías. Emiliano Yagüe es el director financiero. András Bacsó, conocido como «Mr. Tokaj», ha sido el alma y director de Oremus desde su inauguración en 1993 hasta su jubilación el año pasado, en que le sucedió Robert Kindl. Ignacio Mª de Saralegui es el director comercial. Y todos ellos, junto a los 300 empleados, están dirigidos por Antonio Menéndez, director general, que entró en Tempos Vega Sicilia en 2015.
Las inversiones y esfuerzos realizados por la familia Álvarez en todos estos años han convertido a Tempos Vega Sicilia en un grupo respetado y admirado en todo el mundo como lo demuestran, en primer lugar, el interés de sus clientes, cada vez mayor, las excelentes puntuaciones que reciben, anualmente y desde hace muchos años, sus vinos por medios especializados nacionales e internacionales, la crítica de los grandes expertos, el interés de los coleccionistas más importantes del mundo y de las casas de subastas como Christie´s o Sothebys o su participación en la Primum Familiae Vini, el club de las bodegas familiares más importante del mundo.
A modo de ejemplo cabe resaltar la más importante cata realizada sobre Vega Sicilia en 2015 en Río de Janeiro. Uno de los grandes coleccionistas del mundo reunió durante tres días en el hotel Copacabana Palace, como suele hacer cada año con 40 personas, amigos y expertos, para catar, en este caso, 110 de vinos de Vega Sicilia. Fueron 76 añadas de Único (la más vieja de 1915) y 34 de Reserva Especial (la más vieja comercializada en 1952). Sorprende como cosechas de las añadas de 1910, 1920, 1930… sigan, muchas de ellas, todavía bebibles y vivas. Un lujo que demuestra el interés de los coleccionistas y el mercado internacional por la bodega española.
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