El terroir y la variedad Tinta de Toro, las joyas de Dominio del Bendito

Dominio del Bendito es la historia de un sueño cumplido, poquito a poco y con buena letra. Antony Terryn es el francés que fundó esta bodega en 2004 y la mano elaboradora de unos vinos provenientes del pago más histórico en Toro, la Jara y otro muy cualitativo en los altos de Valdefinjas.

El terroir y la variedad en Dominio del Bendito, la Tinta de Toro, son las grandes joyas. Su apuesta sigue siendo el paisaje, la poca intervención y el trabajo en ecológico en un viñedo cultivado en vaso y de secano.

Antony es un vigneron, se ocupa de todo el proceso desde el campo hasta la bodega y el viñedo es su pasión. Su 'leitmotiv': «No se puede arreglar en bodega lo que no se ha cuidado en la viña». La intervención a la hora de elaborar es mínima y el respeto por la vid y por la uva, máximo.

En el viñedo conservan las encinas alrededor, incluso en algunos casos dentro del viñedo e intentan propiciar la vida salvaje, porque creen que es posible un equilibrio. «Tener árboles tiene otra ventaja: te visitan los murciélagos - necesitan árboles para ubicarse y poder cazar unos cuántos insectos de la viña, algunos muy dañinos, como la polilla».

Fueron pioneros en replantar, era la tradición y se perdió en gran parte, diferentes tipos de frutales y arbustos en el viñedo, que ayudan a tener unos auxiliares favorables y al equilibrio ecológico de las viñas.

Han plantado árboles que proporcionan polen a las abejas y tienen un proyecto para plantar esencias de árboles, que podrían proporcionar polen a lo largo de casi toda la temporada.

El desarrollo de Dominio del Bendito ha sido muy orgánico y progresivo. Su alma mater sigue involucrado en todo el proceso de elaboración y comercialización de sus vinos, capitaneando un equipo de 8 personas, y cultivando en ecológico 35 hectáreas en propiedad.

Parte de ese sueño se cumplió en el 2019 con la construcción en el campo y al pie del viñedo, de la primera fase de la nueva bodega. Antony decidió construirla en un agujero de gravera en desuso e intentar así, contribuir a la recuperación del paisaje. «Pronto, el pequeño ecosistema que hemos plantando alrededor, será bien diferente al antiguo terreno agujereado y baldío. Hemos plantado más de cien árboles en la finca, unos cuantos ornamentales y otras sesenta variedades de frutales de toda índole; además es un lujo poder trabajar con espacio y muchos más medios como hacíamos hasta el 2019. Siempre dije que elaborábamos cocina Michelin en un chiringuito de playa porque en la antigua bodega en donde comencé, ya no cabía una sola barrica y estuvimos sobrepasando nuestros límites de espacio los últimos años».

Dominio del Bendito lleva recogiendo a lo largo de su historia reconocimientos nacionales e internacionales muy valorados y se ha convertido en un referente de la DO Toro, y fuera de ella. Antony se propuso colocar Toro y al Dominio en el altar de los grandes vinos del mundo y lo está logrando: todas las etiquetas de la bodega, desde 'El Buen Rollo' y hasta 'La Cuesta de las Musas', han recibido máximas puntuaciones en los últimos años por el prestigioso 'The Wine Advocate'.

El mayor reconocimiento ha ido para 'La Cuesta de las Musas' (2016, 96 puntos 2018, 97) el vino más icónico de la bodega; otros como 'Las Sabias' o 'El Titan del Bendito' habían abierto el camino. Y todos estos éxitos no han modificado el rumbo de la bodega: «El objetivo nunca ha sido crecer rápido, sino ir poco a poco asegurando la calidad desde la viña».

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