La Ruta del Vino de Cigales apuesta por la enogastronomía ligada al territorio

Vinos y alimentos se alían en una completa experiencia para descubrir al visitante la riqueza enológica y gastronómica del territorio vallisoletano que abarca la Ruta del Vino Cigales. Una oportunidad única para poner en valor el esfuerzo de los trabajadores del medio rural en la que la ruta del vino Cigales lleva tiempo trabajando con su adhesión al Club de Producto Producto «Rutas del Vino de España».

Los doce municipios que conforman la Ruta del Vino Cigales, sus ayuntamientos y también empresas, cogen impulso para mostrar el potencial de una tierra cuya principal seña de identidad es el vino. Pero además, gozan de una envidiable despensa de productos de kilómetro cero. Los quesos de Mucientes, elaborados con leche cruda de oveja y degustados a temperatura ambiente con una copa de vino son una tentación difícil de resistir. Tampoco es fácil decir que no a la morcilla de Cigales elaborada desde 1967 o la miel de Montes de Valvení con sus variedades de lavanda, de flores del Cerrato, de bosque y crema.

La enogastronomía se ha posicionado como uno de los productos turísticos más demandados. Favorece la creación de riqueza en el medio rural y el aprovechamiento de los recursos naturales. Un reclamo que la Ruta del Vino de Cigales, tiene como objetivo y que traduce en proyectos de colaboración entre bodegas, pueblos y empresas del sector enológico, hostelero y ganadero.

La cuna del clarete arrancó la temporada escolar en septiembre con la Fiesta de la Vendimia, la más antigua de Castilla y León declarada de Interés Turístico Regional y acaba de finalizar la vendimia. Treinta bodegas han participado en la campaña en la que se han recogido 7,8 millones de kilos de uva con las que elaborar sus afamados rosados y también tintos. Desde la creación de la D.O. Cigales en 1991, esta zona se ha consolidado como productora de vinos de gran calidad que les han valido numerosos premios nacionales e internacionales como las 15 medallas obtenidas en la última edición del Mundial Rosado de Cannes.

Noviembre es por excelencia el mes mundial del enoturismo y trae consigo un completo programa de actividades con las que promover y enseñar todas las aristas que encierra el mundo del vino. El vino forma parte del universo gastronómico, es un alimento presente en celebraciones, comidas y cenas. Y no es una excepción poder disfrutarlo en las Jornadas Gastronómicas del Lechazo organizadas con motivo de la Fiesta de la Trashumancia en Valoria la Buena (Valladolid). Una iniciativa complementaria a las actividades vinculadas al ganado y las vías pecuarias que se celebra del 13 al 21 de noviembre, con la participación de dos restaurantes del pueblo adheridos a la Ruta del Vino como son el Mesón Vizconde y el restaurante El Sueño del General.

Pero la propuesta enogastronómica de la Ruta del Vino de Cigales se prolonga los doce meses del año. Si no se ponen puertas al campo menos se ponen a disfrutar cualquier día del año de los productos ligados a la tierra. Cocineros de reconocido prestigio como Jorge Gómez del restaurante El Sueño del General de Valoria la Buena, David López del Bodegón el Ciervo de Cabezón de Pisuerga o Carlos Piñero del restaurante La Dama de la Motilla se suman a este proyecto con una oferta culinaria que va desde la tradición a la vanguardia. Los recetarios populares y que han ido pasando de generación en generación tienen cabida en los platos que cocina Jorge Gómez en unas jornadas dirigidas a los mayores del pueblo que se organizan en enero.

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