«El proceso de elaboración del vino es semejante al de un vestido»

Resulta especialmente llamativo comparar el proceso de elaboración de un vino –con el cuidado de la uva en los viñedos, la vendimia, el despalillado, el estrujado, la maceración, la fermentación y el prensado, hasta finalmente el embotellado– con la confección de un vestido. Alejandro Maillo crea este simil para unir los dos mundos –vino y moda– gracias a su amplia trayectoría como diseñador de vestidos de novia en Valladolid. El diseñador estudió Diseño de Moda en la Escuela de Artes de Burgos y, posteriormente, se trasladó a Madrid para especializarse en su gran pasión, la alta costura, algo que logró completando un máster en La Tecnocreativa. Con gran debilidad por la moda nupcial, su atelier del centro de Valladolid luce lleno de vestidos de novia que se convierten en piezas únicas para las mujeres que confían en esta firma para su gran día.

–¿Cómo definiría los diseños propios de Alejandro Maillo Atelier?

–En Alejandro Maillo tenemos multimarca y ateleir de alta costura a medida propios, con diseños exclusivos. Estamos muy enfocados en los vestidos de novia, pero también hacemos madrinas e invitadas.

–¿Cómo se relaciona el proceso de diseño y confección de un vestido con la elaboración de un buen vino?

–Aunque mucha gente no lo crea tienen más en común de lo que imaginamos. Al igual que el vino requiere de un proceso de elaboración largo, un vestido de novia, por ejemplo, también conlleva tiempo. Desde que surge la idea, el bocetaje, el patronaje, la confección y los retoques. De lo que diseñas al principio a lo que es el resultado final hay muchos cambios y nunca se sabe cómo puede ser el vestido hasta el final. Algo así pasa con el vino, hasta que no se prueba, después de los completos tratamientos de fermentación y maduración, no se sabe cómo es.

–¿Cómo surge la inspiración del diseño de esos vestidos?

–Lo cierto es que la inspiración puede aparecer en cualquier momento. Mi línea es un corte tradicional con algo moderno y que sea atractivo visualmente, cuidando las líneas y el patronaje. Pero hay inspiraciones en cada rincón, desde una cafetería, hasta la naturaleza de Castilla y León, pasando, como no podía ser de otra manera, por el vino. Yo nunca me he inspirado en nuestros productos estrella, pero conozco compañeros en Castilla y León que sí.

–¿Cuál es el mejor momento para descorchar una buena botella de vino?

–Siempre vinculamos el vino a compartir momentos y tiempo con la gente que queremos. Asi que ahora que llegan las Navidades creo que es un buen momento. Siempre tengo una botella de vino para abrir en una cena con amigos o en una comida familiar.

–¿Las tendencias en moda cambian al igual que en el mundo enológico?

–Por supuesto, cada vez hay novias más atrevidas y originales, aunque el corte clásico sigue siendo lo más demandado.

–¿Cuál es el color de la temporada y cómo se relaciona con el vino?

–Es sorprendente porque el color de esta temporada es el granate, que justamente es el color del vino. Están viniendo muchos vestidos de madrinas o invitadas en esos tonos, granate, teja, rojizo...

–¿Cuáles son sus proyectos actuales?

–En octubre presentamos en la Pasarela de Moda de Castilla y León la nueva colección, que llevábamos mucho tiempo trabajando en ella, desde enero o febrero. Ahora estamos con ello y con la temporada de vestidos de novias que ya comienza, aunque el verano es la época fuerte. Siempre hay que estar al pie del cañón.

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