«Me pregunté cómo nadie hacía una cata divertida ¡y me puse a escribirla!»

Decidió unir dos de sus pasiones, el humor y el vino, con el firme objetivo de demostrar que los taninos pueden ser divertidos. A partir de ahí, Sheila González puso en marcha el espectáculo WineUp Comedy, un monólogo con estructura de cata que desencorseta la excesiva seriedad que en muchas ocasiones rodea al mundo del vino. Un espectáculo respetuoso con el producto que se va adaptando a los lugares y a los momentos, con la intención de que el público disfrute y sea feliz.

–Actriz, humorista, sumiller, vinoinfluencer… ¿Quién es Sheila González?

–Soy actriz y monologuista, y una gran amante del vino. Un día, hace unos años, me invitaron a una cata, fui con mucha ilusión y fue aburridísima. Me dio mucha pena y pensé en cómo algo tan espectacular como el vino, tan interesante, termina siendo tan aburrido. Me preguntaba cómo nadie hacía una cata más divertida, no tan técnica y me planteé escribirla. Me puse a escribir el show durante la pandemia, estuve nueve meses, mientras hacía cursos de vinos online. Así empezó WineUp Comedy.

–¿En qué consiste el espectáculo, qué dinámica tiene?

–Es un monólogo sobre el mundo del vino, con cata de vinos integrada. Cuando vienes, te sientas, tienes un mantelito con tres copas. A lo largo del espectáculo, los camareros van rellenando las copas y se van degustando varios vinos. El monólogo tiene estructura de cata porque en las catas siempre se habla de la vista, del gusto y del olfato.

–¿Se mantiene siempre el mismo formato o se va adaptando a cada situación?

–Se va adaptando. Depende de los sitios a los que vamos y el momento del año que sea. Si es Navidad, el monologo tendrá toque navideño; si se acerca San Valentín, va a tener una parte de amor… También se ajusta a los lugares a donde vamos.

–Algo que se recalca en la presentación del show es el respeto al vino, ¿cómo se ha formado en el mundo de los taninos?

–Vengo de familia de vino, mis raíces son de Covarrubias (Burgos). Lo he vivido desde pequeña, cuando tenía seis años iba a pisar la uva al lagar. Lo tengo muy incorporado. Luego, me fui a vivir a Mendoza (Argentina), que es una zona fantástica de vinos, referente en el mundo. Y allí, empecé a estudiar y a hacer cursos de vino. Luego, en Buenos Aires, seguí con ello. Al regresar a España, mantengo la línea. Entonces, un día me dije si soy monologuista y sé de vino, por qué no uno mis dos pasiones y aquí estamos…

–¿Se sorprende la gente que va al espectáculo de que el vino pueda ser divertido?

–Sí, la gente se lo pasa muy bien. Involucro al público, me gusta que el público participe mucho, pero sin ridiculizar ni meterme con ellos, es un show amable. El estilo de humor es para todos los públicos, y muy respetuoso con el mundo del vino.

–Es también una de los 100 vinoinfluencer invitados al encuentro mundial celebrado en septiembre en Valladolid.

–Fue un festival internacional, muy muy interesante. Fue la primera vez que se hizo. Mezclaba el vino con las redes sociales y fue algo muy novedoso y exitoso.

–El vino y el humor, ¿qué tienen en común?

–Cuando te bebes una copa de vino, lo puedes hacer para dos cosas, o para reírte de lo que te pasa en la vida, o para ponerte más triste. Creo que el vino enfatiza todos los sentimientos. A mí me gusta el primero, el de divertirse, ponerse feliz.

–El vino preferido…

–Soy más de blanco, me gustan mucho el verdejo y chardonnay.

–¿Un momento en el que no puede faltar vino?

–Cuando estás cocinando.

–¿Con qué música marida un buen vino?

–Chardonnay, con un electro swing. Un rosado lo marido con cualquier música francesa y un buen tinto de Ribera del Duero, con La MODA, una banda de Burgos fantástica.

–Maridaje gastronómico favorito…

–Un chardonnay con una paella.

–Un brindis.

–Brindo porque todos los pueblos de España tengan papeleras tan bonitas como las de Covarrubias.

• Temas
• Burgos
• Covarrubias
• Ribera del Duero
• sumiller